IDENTIDAD CULTURAL: EL POZO DE LOS MIL DEMONIOS

“Cuanto más se conoce el pasado, mejor futuro podemos construir”.

Alejandra Moncada
Cultura
Teatro CDMX

El espectáculo teatral El pozo de los mil demonios, escrito por Maribel Carrasco, ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia 2023, y bajo la dirección de Cristina D. Silveira, transporta al público a un fascinante mundo de realismo mágico al explorar una historia rica en metáforas, simbolismos y paisajes sensoriales.

Tres décadas después de su creación, Carrasco describe a la obra como una reinterpretación de Alicia en el país de las maravillas en el contexto del imaginario y la identidad cultural mexicana. Se trata de una fantasía en blanco y negro que invita al espectador, sea niño o adulto, a participar de manera activa, inteligente y libre en la creación de un mundo austero e incompleto.

El paisaje se asemeja a un ambiente rulfiano: árido, gris y desolado por la falta del líquido vital, el agua. Y es que la sequía es uno de los temas que predominan en la obra y a través de la historia se muestran los peligros de vivir en un mundo agotado, donde la única manifestación de vida es un demonio, precisamente el demonio de la sequía.

La riqueza cultural mexicana también se hace presente a través de la cosmovisión de la trama. Jacinta, una niña de nueve años, es la protagonista y la encargada de salvarse a sí misma y al mundo de la escasez del agua mientras descubre su propia identidad. Con ayuda de su nana y la mujer pájaro, una clara representación de un nahual, tomará el valor de enfrentarse a retos inimaginables.

Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras, describe un patrón común en muchas historias épicas y mitológicas de todo el mundo: el viaje del héroe. El protagonista emprende un viaje de autodescubrimiento y transformación que consta de varios pasos, como enfrentar pruebas y desafíos para finalmente obtener una recompensa y regresar transformado.

En El pozo de los mil demonios el viaje del héroe es ahora el de la heroína.

Desde asuntos como la aventura hasta la profundización de temas históricos y existenciales, niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar esta obra. La compañía española Karlik danza-teatro es la encargada de traer a nuestro país esta gran historia, considerada una pieza clave en la literatura dramática.

El reparto lo conforman Elena Rocha, Jorge Barrantes, Laura Reyes, Sergio Barquilla e Iván Luis. Cada uno interpreta al menos a un personaje principal, además de dos o tres secundarios. Así, el espectador tiene la sensación de que es un grupo grande de actores los que están presentes, aunque sean únicamente cinco personas.

Historia para todos

En entrevista con Vértigo la directora Silveira comparte sus experiencias respecto a El pozo de los mil demonios y el teatro infantil.

—¿Cuál es la importancia de regresar a nuestros orígenes, recuperar nuestra identidad cultural?

—Hay algo que pasa hoy en día: que los más jóvenes piensan que los mayores siempre cuentan las mismas historias o a lo mejor no se les toma tanto en cuenta. Entonces es eso: ayudarles a abrir un poco la escucha respecto de los más mayores que tenemos a nuestro lado. Por ejemplo, en esta obra está la nana, que puede ser abuela o cuidadora; y ella, a través de su nahual, que es la mujer pájaro, va ayudando a Jacinta en todo este viaje, observándola. Porque como en todo viaje de crecimiento, de heroína, es ella quien tiene que realizarlo. Y apostar también por heroínas niñas, niñas pequeñas que sientan el valor de poder salvarse ellas solas, no tener que pensar que siempre debe haber una figura masculina que las proteja; ellas se pueden proteger y pueden luchar y ser valientes para poder superar muchísimas dificultades que se encuentran en el camino.

—Como directora, ¿cuál es su perspectiva sobre el teatro infantil actual?

—Creo que el teatro dirigido a infancias últimamente es lo que más me limpia el alma, que más esperanza me da para continuar en esto. Es verdad que las jóvenes audiencias son las que te dan un poco esa esperanza de futuro, saber que ellos pueden cambiar cosas. Hay que tener mucho cuidado en cómo mostrarles el trabajo, cuidar no adoctrinarlos y considerarlos como ciudadanos con su propia mentalidad y corazón para que les vayan entrando cosas y ellos vayan filtrando, y por eso no ser dogmáticos.

La actriz Laura Reyes y los actores Jorge Barrantes e Iván Luis también comparten sus experiencias.

—¿Qué papel interpreta y qué le gusta de él, Laura?

—Mi personaje principal es la nana, es quien lanza a Jacinta a la aventura. También hago la mujer pájaro, que ayuda en otro recorrido y es uno de mis personajes favoritos; es de los que más disfruto porque tiene ese cariño, ese amor de la nana, pero también la protección ante los demás, no solo con la niña, sino con los demás. Es necesario reflejar que el papel de la mujer es muy importante en la vida, en el recorrido que vamos realizando a diario.

—Iván, ¿diría que es una obra dirigida especialmente a niñas y niños?

—Es una obra familiar, porque tiene como tres niveles de capas. La primera es para niños más pequeños, pues es la aventura, el recorrido, que es la transición de la infancia a la pubertad. Al final es una aventura y el niño más pequeño se queda con esto. Los niños un poco más grandes se quedan con una capa más profunda de sentimientos, de reconocimiento de lo que siente y lo que vive el personaje. Luego ya el adulto escucha cosas más profundas, como la memoria histórica, la naturaleza, etcétera. Realmente es una obra para adultos disfrazada de obra para público familiar.

—¿Qué le gustaría que la gente se llevara al ver la obra, Jorge?

—Creo que es un viaje muy bonito, muy mágico, y sobre todo lo que el teatro hace de reflejar al público en este espectáculo es precioso. Vemos a una niña pequeña enfrentarse a sus propios miedos desde un punto de vista en el que el espectador, los más pequeños, se ven reflejados. Es ver un camino de la heroína. En este caso es un viaje muy emotivo que resulta increíble y curioso en la mezcla de tradiciones españolas y mexicanas.

Así, con una narrativa que oscila entre lo cinematográfico y lo teatral, esta obra se presenta en el Teatro Helénico del 13 de abril al 5 de mayo.