Ciudad de México, México, 27 de diciembre. Con medio siglo de trayectoria, el ensamble Huayrapamushka es una de las agrupaciones más representativas de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Su nombre proviene del quechua y se traduce como “hijos del viento”, lo que sintetiza el espíritu del colectivo que lleva los sonidos de la música latinoamericana a espacios educativos, culturales y comunitarios.
En 2024, el grupo tomó una importante apuesta con el proyecto “Huayrapamushka: Fusiones Urbanas”, una iniciativa que renueva el diálogo entre la tradición musical y las voces emergentes del rap y el hip hop, y que fue beneficiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Para Adrián Ehécatl Villagómez Meraz, docente universitario y director del grupo, el proyecto responde a una necesidad de conexión intergeneracional. “Nos dimos cuenta de que el público que asistía a nuestros conciertos era cada vez mayor. Surgió entonces la necesidad de acercarnos a las juventudes, de dialogar con sus lenguajes y de entender sus discursos políticos y sociales”, comenta.
La propuesta plantea un encuentro creativo entre la música popular latinoamericana –con su carga de historia, lucha y esperanza– y las expresiones urbanas contemporáneas. De dicha fusión nace un repertorio de 14 temas originales que reinterpretan los movimientos sociales de los años setenta desde una mirada actual.
“Buscamos un discurso histórico con nuevas letras, nuevos colores y nuevas propuestas”, explica Villagómez. “La canción latinoamericana siempre ha sido un vehículo de conciencia, pero ahora debía abrir espacio a las voces jóvenes que también tienen algo que decir”.
En el proceso creativo participaron músicos del grupo junto a artistas urbanos de Zacatecas, en particular raperos y productores de hip hop. La colaboración surgió de manera orgánica dentro de la institución educativa: los ensayos del grupo despertaron el interés de estudiantes de la licenciatura en Artes, quienes se integraron a las sesiones; de dicha convivencia nació la idea de un proyecto que uniera la experiencia y la experimentación.
“Se convirtió en un punto de encuentro generacional”, recuerda el director. “Nosotros aportamos la historia; ellos, la energía y el lenguaje de su tiempo”.
Además de la producción musical, el proyecto contempla la grabación y distribución gratuita de las piezas a través de tarjetas de descarga digital, una alternativa sustentable que compartirá la música y los videos desde una plataforma en línea.
La grabación se encuentra en su fase final; las presentaciones en vivo se contemplan tras el proceso de edición y mezcla, con escenarios previstos en comunidades y colonias. “Cada encuentro con jóvenes creadores nos confirma la vitalidad de la música latinoamericana”, afirma el músico. “Su mirada nos recuerda que las tradiciones no son piezas de museo, sino raíces que siguen creciendo”.
Con “Huayrapamushka: Fusiones Urbanas”, Adrián Villagómez y su equipo continúan una historia de medio siglo y reafirman el papel del arte como puente entre la memoria y el presente.

