GABRIEL ZAID: 90 AÑOS DE UNA LEYENDA VIVA

“El autor más original y radical crítico del poder”.

Guillermo Medel
Cultura
GABRIEL ZAID

Con homenajes, conferencias y charlas, múltiples publicaciones e instituciones celebran al poeta, ensayista, escritor e ingeniero Gabriel Zaid, quien festeja 90 años de vida.

Nacido en Monterrey, Nuevo León, el 24 de enero de 1934, es considerado por especialistas como uno de los intelectuales más connotados del siglo XX en México.

Con una vida alejada de los reflectores, su identidad es poco conocida, pero Zaid destaca en el mundo literario, entre otras cosas, por obras como Los demasiados libros (1972), Cómo leer en bicicleta (1975), El progreso improductivo (1979) y Dinero para la cultura (20213), entre otras.

Incansable

De 1976 a 1992 fue miembro del consejo de la revista Vuelta, al lado del poeta y Nobel de Literatura Octavio Paz.

Asimismo, de 1986 a 2002 formó parte de la Academia Mexicana de la Lengua y, por si fuera poco, colaboró en diversos suplementos como Diálogos, Letras Libres, Plural, Revista de Bellas Artes y Cuadernos del Viento, por mencionar algunos.

En 1972 ganó el prestigioso Premio Xavier Villaurrutia por Leer poesía, así como el Premio Magda Donato de 1985 por La poesía en la práctica, y parte de su obra ha sido traducida a varios idiomas.

Homenajes

En el marco de su nonagésimo cumpleaños, el Colegio Nacional (Colnal), el Instituto Tecnológico de Monterrey, así como las revistas Letras Libres y Liber dedicaron actividades y publicaciones en torno de la figura de Gabriel Zaid.

De igual forma, el Colnal rindió un homenaje coordinado por el escritor y ensayista Enrique Krauze con una conversación entre amigos y lectores como Humberto Beck, Fernando García Ramírez, Julio Hubard y el también colegiado Christopher Domínguez Michael.

Por otro lado, el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, dedicó al escritor la charla Los mundos de Gabriel Zaid, donde Krauze y Domínguez destacaron algunos aspectos de la obra del nonagenario.

Durante la charla, Krauze señaló que tiene más de 50 años de conocer y leer a Gabriel Zaid y recordó que en 1970 “publicó un libro que se llama Ómnibus de poesía mexicana, que yo pensé que era solo una antología y resultó ser un gran camión de poesía nacional, donde se puede encontrar a los más altos poetas que ha dado México, como Sor Juana Inés de la Cruz, López Velarde, Octavio Paz, José Gorostiza y Carlos Pellicer”.

Pero también, agregó, “a Agustín Lara y a la poesía popular: las canciones de amor, los boleros, los arrullos, los dichos de las abuelas, la poesía de los indígenas y de los españoles, y de la época barroca y de la inquisición, etcétera. Toda la poesía mexicana está en ese librito que, si tienen oportunidad, les sugiero que lo lean”.

Añadió que Zaid “ha escrito más de 40 libros y sobre temas diversos. Solo se ha dedicado únicamente a leer y a escribir, jamás ha dado una sola entrevista, nadie ha visto una fotografía de él, él no es un personaje, no quiere ser famoso por su imagen, sino por su obra”.

Único

En 1955 Zaid se graduó como ingeniero mecánico administrador del Instituto Tecnológico de Monterrey; tres años más tarde llegó a la Ciudad de México y en 1967 publicó sus primeros ensayos en el suplemento México en la Cultura, llamando la atención de propios y extraños por su habilidad para manejar el humor y la ironía.

Además de un gran poeta, dijo Krauze, “también es ingeniero industrial, egresado del Tec de Monterrey. Había un profesor que se llamaba Rafael Dieste, que era un poeta y dramaturgo español, y además experto en altísima geometría. ¿Quién era su discípulo? Zaid”.

En este sentido, recalcó, “Gabriel Zaid es un científico, un matemático, un teórico; segundo, un poeta; pero además un ingeniero industrial que se dedicó mucho tiempo a ser consultor de empresas; estas ya son tres de muchas vocaciones que tiene”.

Por su lado, Domínguez Michael recordó que cuando leía a Zaid en la revista Plural “llamaba mucho la atención quién era esa persona de la que, en efecto, nadie había visto fotos, no daba entrevistas —al grado que había discusiones de que era un seudónimo de alguien—. Pero ¿quién podía ser ese alguien que tuviese ideas tan originales?”

Ha sido un crítico del poder político, añadió, “pero también un hombre de ideas prácticas, que han incidido en el diseño de la cultura en México con todas sus deformaciones. Zaid ha sido un hombre permanentemente preocupado de las condiciones de vida, no solo de los mexicanos en general, sino de los creadores artísticos en particular”.

Algo que él decía, recordó Domínguez, “es que el Estado mexicano afirma que provee muchas cosas, pero en realidad al primero que se da es a sí mismo; y que, en el fondo, a la gente más necesitada no les dan nada. Hay una Secretaría de Pesca que a los pescadores no les sirve de mucho”.

El gran aparato del Estado mexicano era tan gigantesco en la época de Luis Echeverría, añadió, “que en el fondo servía para alimentarse a sí mismo con el argumento de estar para servir al pueblo. Años después, todos esos artículos los reunió en su libro El progreso improductivo”.

Puntualizó que “una de las cosas que inventarió Gabriel Zaid, en 1973, es el reparto de dinero en efectivo que este gobierno está haciendo, pero con una diferencia importante: era dinero que llegaba a la gente sin que se le cobrara con obediencia política”, apuntó.

Finalmente, expresó, “hoy estamos celebrando los 90 años de este extraordinario mexicano, regiomontano, universal, al que yo considero un clásico discreto, pero lo más maravilloso es que es un clásico vivo. El autor más original y radical crítico del poder fue y sigue siendo Gabriel Zaid”.