LA MIRADA OCULTA DE VIVIAN MAIER

“La mirada de Maier llega por primera vez a Latinoamérica”.

Alejandra Moncada
Cultura
 VIVIAN MAIER

Bajo el título de Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa, el Museo Franz Mayer en la Ciudad de México trae por primera vez a nuestro país y América Latina la obra de esta mujer, cuyas fotografías capturan la crónica íntima de su mundo y ofrecen una visión auténtica de la condición humana.

La muestra, disponible hasta el 19 de mayo, está conformada por 200 piezas dentro de las que se encuentran videos, cámaras, fotografías y espejos. Todas ellas ayudan a profundizar en la mirada de Maier, quien concretó un estilo muy particular de retrato y autorretrato durante sus años de vida en Nueva York y Chicago.

En sus autorretratos se aprecia su sombra proyectada en el suelo o el contorno de su figura, así como reflejos de su rostro en espejos, lo que constituye una afirmación de su presencia en ese espacio y momento específicos.

Maier tuvo una trayectoria singular: surgió como fotógrafa autodidacta mientras desempeñaba labores como niñera. A lo largo de su vida su obra fue prácticamente desconocida para el mundo e incluso ella misma no llegó a ver la mayoría de sus fotografías reveladas.

Además de los autorretratos, Maier fotografió principalmente a la clase trabajadora, plasmando las desigualdades económicas y sociales de los cincuenta, lo que la consagra como un icono del llamado street photography.

Hombres de oficina en el transporte público, mujeres con trajes sastre, infantes e incluso otras niñeras fueron el objeto preferido por la artista para capturar con su cámara Rolleiflex o Leica, mismas que también se exhiben en el museo.

La exposición desarrolla un recorrido visual de su trabajo, el cual ha sido aclamado por su composición, el uso del blanco y negro, y su capacidad para transmitir la complejidad de la vida urbana.

Hacia el final se hallan imágenes más abstractas y llenas de color, lo que expone el paso hacia una era más moderna, tanto para la propia artista como para el mundo.

Dado que Maier no solo fotografiaba los momentos cotidianos que le parecían especiales, sino que también los editaba, en la exhibición se aprecian varias imágenes encontradas en los negativos comparadas con las revelaciones que hacía la fotógrafa y hay casos en los que ampliaba la imagen para destacar lo que le parecía más importante.

Para adentrarse aún más en el ojo y la vida de Maier se pueden apreciar varios videos que grabó en Super8, donde entrevista a distintas personas que se encuentra en la calle; en una sala los visitantes pueden conocer su voz gracias a una grabación en audio; y hasta hay un espacio donde se recrea el set que la fotógrafa utilizó para un autorretrato.

La curación de esta exhibición está a cargo de Anne Morin, galardonada en 2022 como “curadora del año” en los Premios Lucie con sede en Nueva York.

La muestra se ha presentado en Francia, Italia, Corea del Sur y, después de su itinerancia en el Franz Mayer, viajará a la ciudad de Nueva York.

El Museo del Objeto del Objeto (MODO) también tiene una importante participación en este evento, pues prestó 19 piezas para recrear el escenario de revelado que la fotógrafa tuvo a lo largo de su vida. La muestra se nutre, además, de un rico programa público compuesto por recorridos guiados, visitas especiales y talleres sobre fotografía.

Una aguja en un pajar

Maier nació en 1926 en Estados Unidos. De ascendencia francesa por parte materna y austríaca por parte paterna, en sus primeros años de vida estuvo viajando del continente americano a Francia hasta finalmente asentarse en Nueva York, donde pasó el resto de sus días.

Era niñera de profesión y durante su trabajo desarrolló una gran ambición por la fotografía. De hecho, gran parte de su archivo incluye retratos de los niños que tenía a su cargo. En su obra se observan detalles de la vida cotidiana, los cuales plasma con una sensibilidad única.

A pesar de su talento, fue una desconocida en el arte hasta 2007, dos años antes de fallecer, cuando John Maloof, escritor y director estadunidense, quien adquirió gran parte de los negativos de Maier en una subasta, descubrió su legado fotográfico. Este se caracterizó por una visión austera e introvertida, plasmada en sus retratos de la vida en las calles de Nueva York y Chicago.

Se sabe que Maier fue siempre una mujer solitaria; no tuvo parejas ni hijos y dedicó su vida a la profesión de niñera.

Durante la conferencia de prensa para presentar la exposición, Anne Morin dio a conocer que alrededor de 15 mil objetos fotográficos, entre negativos y fotos reveladas, fueron los que se obtuvieron en dicha subasta.

El trabajo de Maier continúa inspirando a fotógrafos y artistas emergentes, demostrando que la pasión y el talento pueden trascender las barreras del reconocimiento público.

Su historia también sirve como recordatorio de la importancia de documentar el mundo que nos rodea y encontrar belleza en lo aparentemente ordinario.

Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa es más que una simple retrospectiva: es un homenaje a una mujer cuyo talento fue descubierto demasiado tarde. A través de esta exposición su legado perdura, recordándonos la importancia de mirar más allá de lo superficial y encontrar belleza en lo mundano.