LOS LÍMITES DEL DESEO EN LOCO AMOR

Loco Amor
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El escenario del Teatro Milán aloja una de las obras más potentes del teatro norteamericano contemporáneo: la célebre pieza de Sam Shepard, Loco Amor, ha sido reconocida desde su creación en 1983 como una muestra implacable del deseo, la violencia emocional y las contradicciones que habitan las relaciones apasionadas.

La obra —cuyo título original es Fool for Love— se desarrolla en un pequeño motel aislado, en medio del desierto, donde la soledad y el encierro funcionan como catalizadores de los conflictos entre Eddie y May, dos amantes unidos por un vínculo profundo y destructivo.

Shepard, con su estilo directo y poético, sumerge al espectador en una historia que explora los límites del amor y las heridas del pasado que nunca terminan de sanar.

En esta versión la dirección corre a cargo de Gabriela Negrete, quien aporta una mirada íntima y arriesgada, enfocada en la verdad emocional de los personajes. Su propuesta parte del minimalismo y de la fuerza actoral, confiando en que la tensión sicológica y la atmósfera casi sofocante del motel bastarán para que la historia cobre vida de forma brutal y conmovedora.

“Shepard nos muestra que el amor no siempre redime: a veces también destruye —y en esa destrucción hay belleza—”, señala la directora, quien ha trabajado con un equipo creativo que privilegia la contención escénica y la vulnerabilidad como motores dramáticos.

Para Rafaela Covas, quien interpreta a May, Loco Amor no solo es un texto fundamental dentro del teatro, sino una pieza que acompaña a generaciones de intérpretes desde su formación actoral.

“Es un texto que todos conocemos, que se trabaja mucho en escuelas de teatro por la fuerza de sus escenas y la complejidad emocional de los personajes. Yo lo había leído, me encantaba, pero nunca lo había interpretado. Y ahora estoy justo en el límite de edad para interpretar a May, así que esta oportunidad me emociona muchísimo”, comenta en entrevista con Vértigo.

La actriz reconoce que habitar a May ha sido un desafío profundo. No se trata únicamente de interpretar a un personaje intenso sino de comprender la rapidez con la que transita entre emociones opuestas. “May es vertiginosa. Cambia de un estado a otro de manera casi instantánea. Entender esa filigrana emocional es lo que la vuelve tan fascinante; y también es un desafío”, explica.

Para Covas el público se siente atraído hacia Loco Amor porque bajo la superficie de la historia late algo que conecta con experiencias humanas universales: relaciones apasionadas, vínculos difíciles de comprender, la fuerza del pasado y la imposibilidad de desprenderse del todo de ciertas personas.

Teatro que confronta

La relación entre Eddie y May es el núcleo de la obra y también una de las razones por las cuales continúa resonando en distintas generaciones de espectadores. “Es una relación muy loca, muy intensa, que mezcla circunstancias del pasado, química, pasión, heridas, deseo… Todo eso los une y todo eso los separa”, reflexiona Covas.

Ese vaivén emocional es parte de lo que vuelve a la obra especialmente vigente. “Todos hemos vivido relaciones que nos marcan, que no entendemos del todo, pero que nos mueven por dentro”, agrega.

Sin revelar detalles esenciales la actriz anticipa que la pieza aborda temas tabúes que impactarán al público y profundizan la tensión dramática. “Hay elementos de la historia que no puedo contar porque forman parte de la sorpresa, pero Shepard toca temas muy delicados. Explora pasiones que son tan antiguas como la humanidad: los celos, la posesión, el deseo. Eso es lo que hace que la obra sea tan actual y personal”, afirma.

La puesta en escena de esta nueva versión se caracteriza por su dinamismo. Más allá de los diálogos intensos, la obra se mueve a un ritmo emocional constante, como una montaña rusa que no da respiro ni a sus personajes ni al público.

“Es una obra muy movida y eso es algo que disfruto enormemente”, dice Covas. Y agrega: “Todo cambia todo el tiempo: el ambiente, la energía, los estados emocionales. El motel donde ocurre la historia es claustrofóbico, pero a la vez también es muy valiente lo que sucede ahí”.

La actriz destaca también el trabajo en conjunto con el resto del elenco, con quienes comparte la construcción de un ambiente escénico cargado, íntimo y profundamente humano. En la puesta en escena también participan Rodrigo Virago, Alejandro Morales y Alberto Lomnitz.

Uno de los deseos de Covas es que el público salga transformado. No necesariamente con respuestas, sino con una energía renovada y una conciencia más profunda de sí mismos.

“Quiero verlos encendidos, enamorados de la vida, de ellos mismos. Esta obra tiene un impacto fuerte, pero también celebra la maravilla de estar vivos, de amar. Eso es lo que buscamos: traer un poco de vida a la vida de quienes nos vienen a ver”, comenta.

En esa búsqueda Loco Amor se reafirma como una obra que invita a mirar de frente las zonas más frágiles y contradictorias del ser humano. La mezcla entre pasión, violencia emocional, humor, memoria y deseo convierte a la pieza de Shepard en un espejo implacable y, al mismo tiempo, en un recordatorio de la complejidad del amor.

Con la dirección de Negrete y con un equipo actoral dispuesto a explorar los rincones más vulnerables de sus personajes, Loco Amor se perfila como uno de los estrenos más destacados de la temporada teatral.

Quienes asistan al Teatro Milán podrán sumergirse en una historia que borra la frontera entre la razón y la locura, entre el amor que cobija y el amor que consume. Una obra que si bien fue escrita hace décadas sigue interrogando al público sobre los vínculos que formamos y nos marcan para siempre.

Loco Amor tendrá temporada hasta el 21 de enero de 2026, con funciones miércoles y jueves a las 20:30 horas. Los boletos tienen un costo de 350 pesos y pueden adquirirse directamente en taquillas del teatro o a través de internet.

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