ARGUMENTOS DE UNA PULITZER

Federico González
Cultura
Cristina Rivera Garza

Desde hace tiempo Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964) pisa fuerte como una de las escritoras más interesantes de nuestro país, no solo por los temas que toca sino además por su forma de entender el lenguaje y la estética narrativa.

Piedra de toque en su trayectoria es sin duda el libro recién galardonado con el Premio Pulitzer en la categoría de Memorias o Autobiografía, El invencible verano de Liliana (Literatura Random House), una obra donde aborda el asesinato de su hermana, a la edad de 20 años, perpetrado por quien fuera su novio.

Contado de una manera franca y con un tono más luminoso que lastimero, Rivera Garza ha hecho de este volumen un ejemplo en lo que hablar de la violencia de género se refiere.

Sin duda es su obra con más lectores, pero también la más premiada: además del reconocimiento obtenido en la Unión Americana hace unos días, también obtuvo el Xavier Villaurrutia y el José Donoso, por mencionar algunos.

Recordemos que El invencible verano de Liliana se publicó en México en 2021. Si apenas ahora fue premiado por nuestros vecinos del norte obedece a que recién circula por esos lares, pero sobre todo a que su vigencia toca a prácticamente a todo el mundo.

En mayor o menor medida, los feminicidios son una realidad en todos lados; lo que no es común es abordarlos como lo hace la escritora de Matamoros.

Visibilizar el feminicidio

De hecho, tras ganar el Pulitzer, Rivera Garza comentó que “ojalá el premio sirva para hacer justicia a mi hermana”. Desde luego, un galardón como este visibiliza a nivel global a la escritora, pero también da pie por supuesto para hablar de un tema alarmante en México: tan solo en 2023 se cometieron 827 feminicidios.

Al menos en lo que va del año Cristina Rivera Garza es la protagonista de la noticia más destacada dentro de la literatura mexicana, pero tampoco podemos pasar por alto que el tamaño del problema que retrata es directamente proporcional al tamaño del problema que aborda.

Antes de cerrar hagamos a un lado el discurso social y centrémonos en sus méritos artísticos: ¿qué hace diferente a El invencible verano de Liliana de otros títulos similares?

En este conmovedor relato coinciden obsesiones, miedos y recursos aplicados a lo largo de más de 30 años de carrera, todo dentro de una obra que combina ficción con realidad para rendir un crudo y a la vez luminoso homenaje a las víctimas de feminicidios, algo que en un país como el nuestro, donde la revictimización es una práctica constante y que se practica un día sí y otro también en nuestro sistema de justicia, no es poca cosa.