REGRESA EL LIBER FESTIVAL CON UNA PROGRAMACIÓN IMPERDIBLE

“La oferta artística en Liber Festival obedece a criterios de diversidad”.

Alejandra Moncada
Cultura
LIBER FESTIVAL

En el marco de una alianza entre Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego (CRBSP) y el Forum Cultural Guanajuato, el Liber Festival vuelve a León tras su debut triunfal en 2019.

Su objetivo es fomentar el desarrollo armónico y enriquecedor de nuestra sociedad mediante la presentación de expresiones artísticas de alto calibre y la promoción de la cultura como un pilar fundamental para el engrandecimiento de la humanidad.

Artes visuales, música y cine son las disciplinas que el público disfrutará en el Liber Festival del 17 al 23 de abril.

Esta edición se enfocará en el muy esperado estreno en México, casi un siglo y medio después de su debut en Bayreuth, de Parsifal, la última ópera de Richard Wagner, conocida como su “festival escénico sacro”.

Al respecto, en la conferencia de prensa del Liber Festival, Sergio Vela, director general de Arte & Cultura del CRBSP, señaló que “se sumaron esfuerzos con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, bajo la dirección de Guido Maria Guida, que cuenta con una trayectoria realmente notable y trabajó directamente esta obra en el festival de Bayreuth durante muchos años”.

En torno de Wagner se organizarán diversas charlas y mesas redondas, además de un recital donde la pianista cubana Ana Gabriela Fernández ejecutará algunas de las significativas transcripciones para piano creadas por Franz Liszt con base en las óperas de sus contemporáneos Wagner y Giuseppe Verdi.

Steven Isserlis, prestigiado violonchelista británico, y Connie Shih, pianista canadiense, darán un recital con obras de Busoni, Fauré, Schubert, Bloch y Poulenc. Por otro lado, en el bicentenario de la novena sinfonía de Beethoven y para finalizar la programación musical la Orquesta Sinfónica del Instituto Superior de Música Esperanza Azteca, el Coro del Teatro del Bicentenario y el Coro del Conservatorio de Celaya se unen para interpretar esta magna obra.

Reencuentros

En cuanto a las artes visuales, la exposición Mirar al otro estará abierta al público en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato. La exhibición se conforma por álbumes fotográficos de la Colección Ricardo B. Salinas Pliego, cuyas imágenes transportan al espectador en el tiempo, visualizando un México de fines del siglo XIX y principios del XX.

Magdalena Zavala Bonachea, directora del Museo de Arte e Historia de Guanajuato, afirma sobre la exposición que “la fotografía se inventa como un espejo de la realidad que tiene la mirada de otro al otro. Eso es lo más interesante: es un espejo de doble continuidad y el que mira es el fotógrafo: te da su perspectiva, su encuentro con la cultura. Esta visión del mundo tarahumara o de las escenas tradicionales del estado de Jalisco se une con otras internacionales, como las de Paul Strand. Nos permite redescubrir un recuerdo de México que a veces parece perdido y sin embargo sigue vigente”.

Para continuar con el redescubrimiento de nuestra cultura, durante el festival estará disponible el Pabellón del Encuentro, una experiencia de realidad virtual que recorre los tiempos de esplendor de Tenochtitlán hasta su destrucción con la llegada de las tropas de Hernán Cortés en 1519.

El séptimo arte será enaltecido con diversas proyecciones que se llevarán a cabo en conjunto con la Cineteca Nacional, como Los Caifanes (1967), de Juan Ibáñez; El rey del barrio, de Germán Martínez Solares; Río Escondido, de Emilio el Indio Fernández; y La sombra del caudillo, de Julio Bracho.

Libertad

En entrevista con Vértigo, Sergio Vela comparte detalles sobre esta nueva edición del Liber Festival.

—¿Cuál es la relación entre arte, cultura y libertad?

—La libertad es una premisa necesaria para la creación artística y es también una premisa necesaria para la reinterpretación artística; es decir, por supuesto, asociada con la libertad está la responsabilidad de nuestros actos. Las decisiones artísticas también deben estar debidamente sostenidas por criterios estéticos, culturales, por destreza técnica, etcétera. Pero siempre debemos tener presente que el ejercicio de la libertad es una tarea que nos compete cotidianamente y que en el caso de la creación artística y de la reinterpretación es absolutamente necesario.

Añade que “no se trata de una máxima que aparezca como una suerte de eslogan propagandístico; se trata simple y sencillamente de reconocer que cada tiempo implica una mirada sobre el arte y que en esa mirada necesitamos la libertad. Claro, la convicción de que la libertad es un bien preciadísimo para la construcción de cualquier sociedad civilizada y próspera. Y bueno, la reflexión artística es una de las maneras más profundas y fortalecedoras de arraigar estos principios que alimentan, nutren poderosamente a una sociedad”.

—¿Cuál es la importancia de poder dialogar con las tradiciones culturales de otras partes del mundo?

—Creo que cuando estamos frente a fenómenos culturales o artísticos siempre está implícita la referencia a los demás, al otro, a los otros. Esto, cuando lo advertimos con toda reflexión, es una condición indisociable de la identidad. ¿Cuál es nuestra identidad? Pues todo aquello que nos distingue de los demás, pero también es todo aquello que nos asemeja a los demás, porque hay muchos aspectos compartidos en distintas culturas que son justamente los que permiten entablar una fuente de diálogo a través de encuentros como lo es Liber Festival.

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Es decir, explica Vela, “un encuentro que propicia ese diálogo de diversas culturas y que muestra todo aquello que compartimos con otros y todo aquello que nos distingue de los demás. No se trata de que las distinciones sean una fuente de discordia, por el contrario: ahí están los rasgos de identidad que a su vez está sostenida sobre la base de lo que compartimos con los demás”.

—¿De qué manera el sector privado interviene con el sector público para volver al arte algo sustentable?

—Muchas veces las instituciones públicas piensan que les toca hacer todo; y hay mucha gente del sector privado que no pretende mover un solo dedo; y a mí me parece absolutamente admirable, y lo celebro deveras, que empresarios como el señor Ricardo Salinas tengan la sensibilidad para dedicar buena parte de su reflexión a las artes y a compartir también. Hay un compromiso de participación en la gestión y realización de proyectos. Tan responsable es una institución pública de hacer las tareas que debe hacer, en este caso la programación cualitativa y cuantitativa de una oferta cultural muy amplia, como el sector privado que suma sus voluntades, sus posibilidades, sus recursos, sobre todo su visión, para ofrecer una contribución favorable a la sociedad. Creo que es muchísimo lo que se hace en el sector privado. Y hay que celebrarlo.

—¿Cuál es la línea que une a todas las disciplinas del Liber Festival?

—Son varias líneas, porque evidentemente el tema de libertad, creación y recreación es esencial, de ahí el nombre también de “Liber”: hay una libertad del espíritu para poder dialogar. Más que una premisa, esto es una máxima que tenemos muy marcada. Cada tiempo implica una aproximación distinta al arte, como decíamos hace unos años. En el edificio de la Secesión de Viena hay un frontispicio muy bello que dice “A cada tiempo su arte y a cada arte su libertad”. Esto quiere decir que en cada tiempo estamos reinterpretando o creando; y es así, con ese espíritu de renovación y de arrojar nuevas luces sobre otros ámbitos, que estamos integrando una programación tan diversa.

—¿Cuál es la vigencia de estas disciplinas?

—Por una parte, en el Centro Ricardo B. Salinas Pliego, particularmente en Arte y Cultura, hacemos una labor de preservación de tesoros artísticos, como son estos álbumes fotográficos que constituyen la parte medular de una exposición que además cuenta con comentarios de miembros del Seminario de Cultura Mexicana, lo cual ya implica un diálogo de diversas disciplinas. La exposición cuenta con una museografía y con aportaciones y colaboraciones de distinguidos científicos, intelectuales, etcétera, que brindan su mirada y así reinterpretan. Eso lo subrayo porque me parece importantísimo tener presente que siempre necesitamos en el arte la reinterpretación. La música, por ejemplo, está consignada en una partitura, pero mientras no se reinterprete no alcanza su plenitud, que es precisamente llegar al oyente. La reinterpretación sobre las reinterpretaciones es parte de la reflexión histórica. Igualmente, cuando hablamos de una puesta en escena y una ejecución musical como la de Parsifal, estamos reinterpretando la obra para darle toda su plenitud del significado y que el público sea quien tenga la última palabra sobre su importancia y sobre su contenido.