TÁR: UN FILME PROVOCADOR CON ESPECTACULARES ACTUACIONES

“Aquí se presenta algo nunca antes visto”.

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Francisca Yolin
Cultura
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Cate Blanchett interpreta a Lydia Tár, una célebre directora de orquesta, en la nueva película de Todd Field, la primera del director desde Little Children, hace 16 años. Lydia es un personaje fascinante: es una famosa maestra de la Filarmónica de Berlín, protegida de Leonard Bernstein, fundadora de una beca para jóvenes directoras de orquesta con talento que, a pesar de su extraordinario talento y compostura —o a causa de ellos—, se precipita hacia la ruina personal y profesional a la velocidad del Quinto Capricho de Paganini.

Tár es un drama épico y cambiante sobre la caída de una mujer genial que se hizo a sí misma y es a veces escalofriante, a veces hilarante, a veces prístina y a veces dolorosamente triste.

Luego de un simbólico prólogo, con base principalmente en el sonido y que se desarrolla durante los títulos de crédito, nos unimos a Lydia un mes antes de que su carrera alcance su tan esperado punto álgido: una interpretación grabada de la Quinta Sinfonía de Mahler, que completaría su vieja ambición de grabar las nueve sinfonías del compositor.

A medida que se acerca esa fecha su vida se ve enturbiada por una confluencia de crisis, muchas de las cuales, aunque no todas, son autoinfligidas. Un flirteo peligroso con una bella violonchelista rusa (Sophie Kauer) hace tambalear su matrimonio con su violinista principal, Sharon, interpretada con gran contención por Nina Hoss, y se convierte en la causa de muchas miradas de juicio en los ensayos.

Mientras tanto, su ayudante personal, Francesca (Noémie Merlant), otra amante ocasional, parece estar tramando algo, quizá relacionado con sus propias ambiciones profesionales estancadas.

Envolvente

También se produce un choque explosivo con la cultura de la cancelación después de que un estudiante en una clase magistral de Juilliard, hablando “como persona BIPOC pangénero”, critica a Bach por ser un hombre blanco heterosexual. En una extraordinaria secuencia de una sola toma, Lydia destripa verbalmente al chico delante de sus compañeros de clase. Pero, por supuesto, el incidente se vuelve contra ella.

Entre otras muchas cosas, Tár obliga a su público a cuestionarse por qué valoramos a los artistas: por su identidad, su comportamiento o su trabajo.

Todd Field fue alumno de Stanley Kubrick y en Tár se siente fuerte la influencia del aclamado director: su dominio de la forma, su interpretación excepcional y su atmósfera envolvente.

Sin embargo, como en los proyectos de Kubrick, Tár es completamente única en su estilo. Aquí se presenta algo nunca antes visto, que debe ser experimentado en todo su esplendor en la pantalla grande, con un sonido potente y envolvente, o como te lo permita tu cine más cercano.

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