EL VALOR DE SOÑAR DISTINTO: TOTO & PEZ EN EL TEATRO HELÉNICO

“No hay una forma a la cual obedecer para vivir”.

Cultura
Compartir
Toto & Pez

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Centro Cultural Helénico, La Máquina del Tiempo Producciones y Los Bocanegra unen esfuerzos para presentar Toto & Pez, una entrañable obra escrita y dirigida por Luis Eduardo Yee.

El montaje, que se presentará hasta el 11 de mayo en el Teatro Helénico, ofrece una mirada poética, divertida y profunda sobre la identidad, los deseos ocultos y la valentía de ir contra la corriente.

Con una propuesta escénica cargada de ternura y humor, Toto & Pez invita a públicos de todas las edades —en especial a las infancias— a cuestionarse lo que son, lo que desean y lo que la sociedad les dice que deben ser.

A lo largo de 90 minutos la obra despliega una historia simple en apariencia, pero cargada de significados complejos, donde la diferencia no es un defecto, sino una posibilidad.

Toto es un ave distinta. Mientras las demás vuelan sin cuestionarse, él prefiere detenerse, contemplar el cielo, imaginar el aire, soñar con poemas. Es un observador del mundo y de sí mismo. Pero en su parvada eso no es bien visto. Las aves están hechas para volar y cualquier desviación de esa norma es señal de debilidad o rareza. Por eso Toto es juzgado, tachado de miedoso, de inútil, incluso de tonto.

Sin embargo, como el propio Yee señala: “Toto no tiene nada de tonto, solo es un ave diferente que sueña con palabras y poemas”. Es en ese contraste entre lo que se espera de él y lo que verdaderamente desea, donde se teje el corazón de esta obra: el conflicto entre la norma social y la individualidad.

La historia no se centra únicamente en Toto. El Pez del título representa esa figura que, si bien distinta en forma y entorno, conecta con el protagonista desde otro universo. Juntos, y desde sus propias diferencias, inician un viaje hacia la aceptación y la libertad, dejando claro que no todos están hechos para lo mismo y que cada quien debe encontrar su propio modo de flotar, nadar o volar.

Esta es la tercera obra infantil que Yee escribe; la anteceden Las casas con olor a pez apestoso dan asco y Acá en la tierra, las cuales fueron hechas por el dramaturgo como parte de su interés por crear discursos que, sin subestimar al público infantil, aborden temas profundos de forma accesible.

En esta obra la ternura no oculta el conflicto ni el humor diluye la seriedad de lo que se plantea: el derecho a ser uno mismo, aunque eso signifique desobedecer expectativas impuestas.

Además de Yee en la dirección y autoría, el elenco también lo integran Assira Abbate, Paula Watson, Rebeca Trejo, Hamlet Ramírez y Diana Sedano. Por otro lado, la producción está a cargo de Paola M. Salguero, Rebeca Trejo y Edgar León.

Libertad

En entrevista con Vértigo Luis Eduardo Yee reflexiona acerca del teatro dirigido a infancias, la amistad y la voluntad.

—¿Cómo nació Toto & Pez?

—Los dos rasgos que determinan o impulsan Toto & Pez son la complicidad creativa que ya tengo tanto con Paola como con Rebeca, porque tenemos un antecedente que es Acá en la tierra, que nos trajo una sensación casi de convicción de querer seguir reforzando y robusteciendo nuestra relación con las infancias desde el teatro. Y no es que solo nos interese hacer teatro para infancias, pero creo que nos hemos dado cuenta de qué tan fértil, tan estimulante, tan conmovedor es el diálogo con las y los niños. Y el otro rasgo es ya solo mío, donde tengo dos grandes intereses en la vida: actuar y escribir, aunque me encantaría también acceder a lo poético y tener esa sensibilidad, esa manera de mirar el mundo que tienen las personas que escriben poesía. Desde ese deseo y todos los elementos quise hacer una obra donde el personaje principal quisiera ser poeta. Y así comenzó todo.

—¿Quién es Pez dentro de esta historia? ¿Qué papel juega en el viaje emocional de Toto?

—No es la primera obra que escribo donde lo que determina todo es una relación de amistad. Que se te pierda un amigo, que de veras ya no esté, es como “¿y ahora qué voy a hacer?” Son las personas con las que más te entiendes, con las que más te diviertes. Pez juega ese rol, muestra que para una amistad no se requiere en realidad que se entiendan, sino que se quieran y ya. Para mí esa es la amistad: no tienes que buscar a personas que piensen igual que tú, ni que hagan lo mismo, sino que te caigan bien y que se quieran y así existir juntos. Pez es la evidencia de toda esa valoración que tengo sobre la amistad.

—¿Cuál es para usted el mensaje más urgente que Toto & Pez busca dejar en el público?

—Pensando que el mensaje me gustaría que lo recibieran niñas y niños, y por lo tanto quienes están a cargo de su crianza, creo que el mensaje es lo que Pez le dice a Toto y luego Toto le debate: “Las aves estamos hechas solo para volar”, afirma Pez. Y Toto le dice: “No, las aves no solo estamos hechas para volar”. Entonces, eso, pensar que no hay deberes, no hay formas de vida determinadas ni por tu género ni por tu geografía ni por tu estado socioeconómico; es decir, no hay una forma a la cual obedecer para vivir. Creo que ese es el mensaje urgente.

—¿Qué dificultades encuentra al escribir obras dirigidas a infancias?

—Encuentro una dificultad que luego se vuelve un debate. Me parece tres veces más difícil escribir para infancias, por la oblicuidad de la mirada, la reflexión o el rigor técnico, el cuidado de ciertos elementos que luego parecen no tener tanto peso en lo adulto como la forma de hablar de los personajes, la cantidad de las palabras, la sintaxis… Todo exige tres veces mayor cuidado. Y digo que se vuelve un debate porque siento, percibo y estoy convencido, y podría defenderlo, que hay una valoración de la literatura infantil como si fuese un género menor, cuando es todo lo contrario.

Toto & Pez se presentará en el Teatro Helénico todos los fines de semana. Las funciones están dirigidas al público familiar, con horarios diseñados para facilitar la asistencia de niñas, niños y sus acompañantes. Al final, esta es una historia de amor verdadero: no en el sentido romántico, sino como una celebración del amor a uno mismo, a los amigos, a la familia, y a la libertad de ser. Y en esa libertad cabe el deseo, la poesía, la ternura y también la diferencia.