El pasado viernes Tom Brady y Gisele Bündchen anunciaron la conclusión de su divorcio, por lo que luego de 13 años uno de los matrimonios mediáticos más famosos llega a su fin.
“La decisión de poner fin a un matrimonio nunca es fácil, pero nos hemos distanciado y aunque ciertamente es difícil pasar por algo como esto, me siento agradecida por el tiempo que estuvimos juntos y siempre le desearé lo mejor a Tom”, escribió la modelo Bündchen.
Las dos estrellas indicaron que su máxima prioridad son sus hijos, por lo que pidieron respeto y privacidad.
Por su lado, Brady dijo en un comunicado que “Llegamos a la decisión de poner fin al matrimonio tras gran consideración. Hacerlo, por supuesto, es doloroso y complicado, como lo es para mucha gente que pasa por lo mismo en todo el mundo”.
El quarterback de los Buccaneers de Tampa Bay anunció su retiro en febrero, pero cambio de opinión a los 40 días.
“¿Qué más tienes que demostrar?”, le dijo Bündchen a su hoy ex esposo tras su último título de Super Bowl. A pesar de que Brady dijo que su retiro era una oportunidad para enfocar su tiempo y energía en la familia y otros asuntos, parte de lo que motivó su regreso es lo que definió como “asuntos pendientes” con los Bucs.
Fue un amigo en común el que presentó a Bündchen y a Brady, quienes poco tiempo después se casaron, en el año 2009. Su hijo Benjamin nació ese mismo año y en 2012 nació su hija Vivian.
Por su parte, Brady tiene un hijo de 15 años llamado Jack Moynahan, producto de su relación pasada con la actriz Bridget Moynahan.
Bündchen fue una de las modelos mejor pagadas de la industria en la década de los 2000’s. En el 2015 se alejó del modelaje y las pasarelas, limitando su trabajo a esporádicas campañas publicitarias y portadas de revista.