Nueva York, Estados Unidos, 30 de septiembre. Pete Rose, el líder de imparables de la Grandes Ligas y un ídolo caído en desgracia que socavó sus logros históricos y sueños de ingresar al Salón de la Fama por apostar en el deporte que amó, ha fallecido. Tenía 83 años de edad.
Stephanie Wheatley, portavoz del Condado Clark de Nevada, confirmó la noticia en nombre del médico forense. Wheatley dijo que no han determinado las causas de su fallecimiento.
Para los aficionados que crecieron en la década de los 60 y 70, no hubo un pelotero más emocionante que el número 14 de los Rojos de Cincinnati, la superestrella de cabello desgreñado, nariz redonda y brazos musculosos. Cuando empezaba el césped artificial, los juegos divisionales y la agencia libre, Rose tenía un estilo de la vieja escuela.
El béisbol de las Grandes Ligas, que le vetó en 1989, divulgó un escueto comunicado para expresar condolencias y destacó su “grandeza, garra y determinación” en el terreno de juego. Bob Castellini, dueño y director ejecutivo de los Rojos, señaló en un comunicado que Rose fue “uno de los competidores más feroces que se han visto en el deporte” y agregó: “Nunca debemos olvidarnos de lo que logró".
Elegido en 17 ocasiones al Juego de Estrellas, Rose ganó tres veces la Serie Mundial. Fue MVP de la Liga Nacional en 1973 y MVP de la Serie Mundial dos años después. Tiene el récord de juegos disputados (tres mil 562) y apariciones al plato (15 mil 890) de MLB, así como el récord de la Liga Nacional de la racha de hits más larga (44). Fue el primer bate de la formidable alineación con la que los Rojos que ganaron el campeonato en 1975 y 1976. Entre sus compañeros estaban Johnny Bench, Tony Pérez y Joe Morgan, todos futuros miembros del Salón de la Fama.
Pero ninguno de sus logros se acercó a sus cuatro mil 256 hits, batiendo el récord de cuatro mil 191 de Ty Cobb y que fue ejemplo de su excelencia sin importar que llegó después. Es tan impresionante, que un pelotero podría sumar 200 hits por temporada por 20 años y aún así quedar corto. Su secreto fue su consistencia y longevidad. Disputó 24 temporadas, todas menos seis con los Rojos. Rose alcanzó al menos 200 hits en 10 temporadas y más de 180 en cuatro. Su promedio de bateo fue de .303 en su carrera incluso a pesar de pasar de segunda base al jardín y luego a tercera y primera.
“Cada verano tres cosas sucederán”, solía decir Rose, “el césped se podrán más verde, el clima será más cálido y Pete Rose llegará a 200 hits y .300 al bate”.
Alcanzó la marca de Cobb el 8 de septiembre de 1985 y lo superó tres días después en Cincinnati. Rose tenía 44 años y era jugador-mánager. Rose recibió la bola y lloró en los hombros del coach de primera base y su excompañero Tommy Helms.