COMIENZA LA ERA BIDEN: FRENO AL MURO Y PROTECCIÓN A DREAMERS

Llama a la unidad entre los estadunidenses.

Arturo Moncada
Elecciones Estados Unidos
Inauguration of President Joe Biden in Washington
JIM LO SCALZO/UPI

Joe Biden asumió este miércoles 20 de enero como nuevo presidente de Estados Unidos en medio de una crisis política sin precedente en la historia de ese país y una grave crisis de salud por la pandemia de coronavirus, que a su vez provoca graves daños a la economía: desastres heredados que deberá reparar lo antes posible.

Por eso en plena contingencia sanitaria, con la prioridad de garantizar en su mandato estabilidad y paz social, durante su toma de posesión clamó por la unidad, ensalzó la victoria de la democracia y llamó al pueblo a “empezar de nuevo”.

Joseph Robinette Biden, de 78 años, juró el cargo con la mano sobre la misma Biblia con la que se juramentó como senador hace medio siglo, convirtiéndose en el 46 presidente de Estados Unidos, el segundo católico de la historia —después de John Fitzgerald Kennedy— y el que llega con más edad al puesto.

Frente al Capitolio, que dos semanas antes fue escenario de una violenta protesta de partidarios de Donald Trump, el nuevo mandatario pronunció un discurso de casi 25 minutos.

Con un tono grave que reflejó el difícil momento que vive su país, Biden centró su mensaje en los valores, en la recuperación de un espíritu norteamericano que definió como de unidad, lucha y respeto. “Hemos aprendido que la democracia es un bien precioso y frágil, pero la democracia ha ganado. Este es el día de Estados Unidos, es el día de la democracia”, afirmó.

Biden, a quien millones de estadunidenses instigados por Trump acusan de haber robado las elecciones, insistió en la urgencia de comportarse con la verdad: “Hay verdad y hay mentiras, mentiras que se cuentan en busca de poder y provecho”, subrayó en clara alusión a los dichos de fraude electoral del expresidente Trump.

“Cada uno de nosotros tiene un deber y una responsabilidad como ciudadanos, como estadunidenses y especialmente como líderes; líderes que han jurado honrar la Constitución y proteger a nuestro país, defender la verdad y derrotar a las mentiras”, recalcó.

Y con mayor énfasis subrayó: “La democracia ha ganado y Estados Unidos empieza el duro camino hacia la reconciliación. Estados Unidos ha sido puesto a prueba y ha respondido al desafío. Hoy celebramos el triunfo no de un candidato sino de una causa: la causa de la democracia”.

El nuevo mandatario agregó que apenas días antes “una turba enardecida pensó que por medio de la violencia podría acallar la voz del pueblo, frenar nuestra democracia, expulsarnos de este lugar sagrado; ello no ocurrió. Y nunca ocurrirá. Ni hoy, ni mañana, ni nunca”.

División

Para la analista internacional y periodista Amanda Mars, con el fin del mandato Trump EU transmite un mensaje a un mundo que “atraviesa en los últimos años por el auge de los movimientos populistas que empiezan a desgastarse”.

En efecto, el nuevo gobierno estadunidense hereda un país en una recesión que no había visto en 70 años y niveles de deuda a la altura de los que registraba durante la Segunda Guerra Mundial. También un clima de división política que muchos historiadores comparan al de la Guerra Civil.

Y es que a pesar del triunfo indiscutible de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020 Estados Unidos está hoy profundamente dividido.

Abelardo Rodríguez Sumano, académico e investigador del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, señala que la acción del 6 de enero de 2021, cuando Trump rompió con todos los estándares democráticos al liderar un movimiento que tenía como objetivo evitar la certificación constitucional del triunfo electoral de Biden, mostró el último capítulo de la clara división del pueblo estadunidense.

El doctor en Relaciones Internacionales dice que las acciones divisionistas de Trump durante su mandato son incontables. En la pandemia, indica, “poco le importaron las advertencias de la comunidad científica de su propio país para evitar las aglomeraciones, desnudando su pérdida de liderazgo para conducir a su nación y por lo tanto para liderar una amenaza global”.

Por otra parte, agrega, “el Estados Unidos de Donald Trump demostró una política exterior que elevó la incertidumbre con Rusia y la confrontación con China, Irán, Corea del Norte y a veces con India”.

El experto comenta que Trump llevó la retórica de odio a la diversidad racial y a la inmigración, que precipitaron los crímenes de odio como en los peores momentos de la historia de EU.

Añade que en el plano externo “ese mismo gobierno debilitó el orden multilateral que existe en la ONU o la OEA, así como debilitó la cooperación internacional, el desarrollo y las prácticas democráticas. De igual forma erosionó las alianzas estratégicas con la Unión Europea y la OTAN e incluso golpeó la vecindad con Canadá y México”.

La Casa Blanca de Donald Trump “se dedicó a cincelar los bastiones de la democracia atacando al Congreso, a los medios de comunicación, a sus adversarios, a los grupos disidentes, al proceso de rendición de cuentas: su retórica fue el odio y la mentira”, finaliza el experto.

Reconciliación

En su discurso de toma de posesión Biden no ignoró los problemas de división que enfrenta su país. “Sé que hablar de unidad puede sonarle a algunos como una tonta fantasía estos días. Las fuerzas que nos dividen son profundas y reales pero no son nuevas”, expresó.

“Nuestra historia ha sido una pelea constante entre el ideal estadunidense de que todos fuimos creados iguales y la fea y dura realidad de que el racismo, el nacionalismo, el miedo y la demonización nos han separado desde hace tiempo. La batalla es perenne y la victoria no está garantizada”, advirtió.

En uno de los momentos más aplaudidos del discurso Biden calificó la situación actual como “una guerra incivil” y advirtió: “Debemos poner fin a esta guerra incivil que pone a rojos contra azules, al mundo rural contra el mundo urbano, a conservadores contra progresistas. Me comprometo ante ustedes: seré el presidente de todos los estadunidenses”.

Golpe de timón

A pesar de su tono conciliador en la ceremonia inaugural, donde pidió unidad y compromiso entre todas las fuerzas políticas, Biden actuó con fuerza y rápidamente para desmantelar la herencia de la administración Trump con la firma de 17 órdenes ejecutivas durante su primer día como presidente. Una maniobra para acabar con las políticas que, en palabras de los asesores del dirigente, han sido un “daño mayor” para la nación.

La mayoría de los decretos que afianzó están pensados como contramedidas a la era Trump e incluyen cambiar la gestión de la pandemia, invertir en un programa medioambiental, poner fin a nefastas políticas antiinmigración y promover la justicia racial en ese país.

Entre las órdenes destaca la lucha contra la pandemia de coronavirus. Biden nombró a Jeff Zients como máximo coordinador en la lucha del país contra el Covid-19 y, según el presidente, el encargado de lanzar una respuesta “agresiva” contra la propagación del virus. El político supervisará el suministro, distribución y administración de vacunas, así como la producción de equipos y las pruebas de coronavirus. Por lo que se refiere al cubrebocas Biden impuso un decreto más severo respecto de su uso: hizo obligatorio el uso del tapabocas en todas las instalaciones federales, dentro del marco de su campaña 100 días con el cubrebocas e instó a respetar el distanciamiento social.

La orden de Biden de utilizar cubrebocas se aplicará en aeropuertos y aviones, barcos, autobuses de larga distancia, trenes y el transporte público. Los viajeros del exterior deberán presentar una prueba negativa de Covid-19 antes de partir hacia EU y observar cuarentena al arribar.

También suspendió la salida de EU de la OMS, aprobada por Trump junto a la suspensión de fondos para la organización.

Por otra parte la medida climática más importante tomada por Biden fue reincorporar a Estados Unidos al Acuerdo de París, del que volverá a formar parte en 30 días. En 2019 Trump notificó oficialmente a la ONU que EU abandonaba la coalición de casi 200 países, que trabaja por alejarse de los combustibles fósiles que contribuyen al calentamiento global, tales como el carbón, el petróleo y el gas natural.

Igualmente Biden anunció la revocación del permiso para el oleoducto Keystone XL, todo un símbolo de la lucha contra la crisis climática.

También decidió poner fin a la Comisión 1776, creada por Trump y que, según expertos e historiadores, distorsionaba la historia de la esclavitud en Estados Unidos.

Migración y muro de la vergüenza

Mención aparte merecen las órdenes ejecutivas firmadas para poner fin a la construcción del muro fronterizo con México y a una serie de nefastas medidas antiinmigración implementadas por Trump.

Y como lo había prometido, Biden lanzó un decreto para proteger a cerca de 700 mil inmigrantes indocumentados que llegaron a ese país siendo todavía niños, los llamados dreamers. Además la medida también pide al Congreso que promulgue una legislación que les proporcione estatus de inmigrantes permanentes y les abra camino a la ciudadanía.

Es ampliamente conocido que la política de Trump se caracterizó por ser “dura” con los inmigrantes. Al respecto el nuevo mandatario impulsó dos decretos en los que pide revisar las prioridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) a la hora de proceder al arresto de indocumentados, así como la inclusión de este segmento de la población en el censo federal. De igual forma suspendió por decreto el “veto musulmán”, una medida que Trump tomó para prohibir la entrada en el país a los viajeros de once países con mayoría musulmana.

También imperiosa fue la orden para detener la construcción del llamado muro de la vergüenza con México, impuesto por decreto por Trump el 25 de enero de 2017 para frenar, según sus palabras, la entrada a EU de los mexicanos “violadores” y “criminales”. El muro pretendía cerrar los más de tres mil 100 kilómetros de frontera bilateral bajo el argumento de “un grave riesgo para la seguridad nacional”.

Con la medida el nuevo presidente frenó el proyecto estrella de Trump en la frontera, aunque Biden no planea derribar la parte de barrera ya construida por su predecesor, que se extiende a lo largo de 727 kilómetros de la zona limítrofe.

Economía

Con su llegada a la Presidencia Joe Biden anunció el jueves 21 de enero un plan de 1.9 billones de dólares para estimular la mayor economía del mundo, debilitada por la pandemia de Covid-19.

Su propuesta incluye un billón de dólares destinados a los estadunidenses mediante pagos directos de mil 400 dólares si el Congreso la aprueba. El plan también contiene 415 mil millones de dólares para impulsar la aplicación de la vacuna contra el coronavirus, así como 440 mil millones de dólares en apoyos a pequeñas empresas.

Ernesto Revilla, economista en jefe para América Latina de Citigroup, comentó que de aprobarse el plan del mandatario este tendrá un efecto colateral positivo en México. “Este nuevo paquete de estímulo anunciado por Biden fortalecerá el crecimiento de la economía de EU y ello puede seguir dándole soporte a las remesas hacia México, ayudando al consumo en nuestro país. Además si aumenta el consumo interno se traducirá en una mayor demanda de productos manufactureros y, por ende, en un incremento de las importaciones mexicanas. De hecho el apoyo del sector externo ha sido muy importante para la economía mexicana en los últimos meses: es el motor externo el que empuja a la economía mexicana”, afirmó.

Además de la reactivación del sector productivo Biden tiene por delante retos relacionados con la creación de una economía más justa y sustentable, así como mejorar los lazos con el resto del mundo y organismos multilaterales, indicó el experto.

Para otros analistas en lo que respecta a la parte de economía sustentable la transición a energías renovables de Biden y los demócratas tendrá diferencias con México ya que el gobierno federal aplica una política enfocada a las energías fósiles, poniendo todo su empeño en Pemex y la CFE.

Sin embargo los planes en política exterior de Biden de regresar a EU a la OMC y replantear el acercamiento y presencia de su país en el mundo y en América Latina también son buenas señales para México. Ignacio Martínez coordinador del Laboratorio de Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM, señala que “Biden tratará de reforzar los lazos bilaterales para conformar un frente, que denomina coalición frente a China, tomando en consideración el avance de China en la economía mundial”.

Relación bilateral

Aunque en política exterior Biden debe enfrentar y corregir diversos conflictos estratégicos heredados por Trump —OTAN, Irán, Rusia, China, Oriente Medio, Acuerdo de París, etcétera—, México es un tema aparte por cuestiones fronterizas, seguridad interna e importante socio comercial.

Para diversos analistas la llegada de Biden a la Presidencia cambia de forma y fondo la relación bilateral entre México y EU. Y es que ambas naciones mantienen una larga tradición de interacción al más alto nivel entre sus gobiernos. Previamente a la asunción de Biden el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y el nuevo asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se reunieron y coincidieron en la importancia de trabajar juntos para atender “las causas estructurales de la migración”. México puso a consideración la implementación de un programa de cooperación para el desarrollo en el norte de Centroamérica y el sur de nuestro país, en respuesta a la crisis económica que provocan la pandemia y los recientes huracanes que afectaron a esa región.

Amanda Mars comenta que si bien la agenda bilateral comparte temas como la pandemia, el apoyo a Centroamérica y la reactivación de la economía regional con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), en los capítulos laboral y ambiental habrá rispidez mutua. “El lavado de dinero, el tráfico de drogas, el trasiego de armas, el respeto a los derechos humanos en uno y otro lado de la frontera, el impulso a la inversión privada, la política energética que privilegia las energías limpias y renovables, así como el incierto destino de la Iniciativa Mérida también son puntos de tensión”, acota.

Además, dice, el tema de seguridad está en plena convulsión y es punto reciente de confrontación. “Por un lado la operación silenciosa de la DEA contra el general Salvador Cienfuegos que se le ocultó al gobierno mexicano fue una ofensa mayúscula, más tratándose de un militar con el más alto rango. Por el otro su exoneración y las restricciones a los agentes extranjeros fue una respuesta que no gustó en Washington”.

No obstante para la toma de posesión de Biden el presidente Andrés Manuel López Obrador envió un mensaje de éxito en su gestión como presidente de EU. “Que esta ceremonia se lleve a cabo con tranquilidad, con paz; que sea para bien del pueblo de Estados Unidos, que son nuestros vecinos, nuestros hermanos. Además no olvidar que en EU viven, trabajan, 38 millones de mexicanos. De modo que es muy importante el acto del día de hoy, la llegada de un nuevo presidente”, expresó.

En su conferencia de prensa matutina AMLO indicó que coincide con tres de los planteamientos principales del nuevo presidente: atención a la pandemia de Covid-19, reactivación de la economía e implementación de un plan migratorio.

López Obrador reafirmó que México seguirá conduciéndose con fundamento en los principios de política exterior establecidos en la Constitución y procurará relaciones de amistad y cooperación.

“Lo mejor es reconocer lo bueno de quien esté en la Presidencia de EU y reconocer lo que es bueno para México, para nosotros, y no meternos, no debemos, en asuntos internos de otros países. Es sabio lo de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos”, expresó.

Dreamers en números

En EU hay 690 mil jóvenes inmigrantes indocumentados (dreamers).

45% vive en dos estados: California (29%) y Texas (16%).

24 años es su edad actual promedio.

Seis años es la edad promedio en que llegaron a EU.

53% son mujeres y 47% son hombres.

Fuente: USCIS

Reforma migratoria

La última vez que el Congreso estadunidense, entonces bajo control demócrata, aprobó una reforma migratoria significativa que estableciera un camino a la ciudadanía fue en 1986, bajo el gobierno del republicano Ronald Reagan.

Perfil

Joseph Robinette Biden Jr. nació el 20 de noviembre de 1942 en Scranton, Pensilvania, pero desde pequeño se mudó a Claymont, en Delaware. De niño sufrió de tartamudez, la cual superó recitando pasajes de poesía ante un espejo. Con 78 años Biden se convirtió, el pasado 20 de enero, en el presidente de mayor edad que ocupa la Casa Blanca. Abogado de profesión inició su carrera política en 1972, cuando a los 29 años fue elegido para el Senado por el estado de Delaware y permaneció allí durante 36 años antes de ocupar entre 2009 y 2017 el cargo de vicepresidente en la administración de Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos. Su vida personal está marcada por una historia de tragedia familiar con la muerte de su primera esposa y una hija en un accidente automovilístico y de un hijo a causa del cáncer.