Autofraude: creciente amenaza silenciosa para el sistema financiero mexicano

La Condusef informó que el monto total reclamado superó los 10,714 millones de pesos

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Cortesía Provenir
Finanzas
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Ciudad de México, a 28 de noviembre de 2025. Durante el primer semestre de 2025, la Condusef registró 2 millones 484 mil reclamaciones por presuntos fraudes bancarios, un aumento de 5.2% respecto al mismo periodo de 2024.

En este contexto de crecimiento acelerado del fraude, especialistas alertan sobre un fenómeno que suele pasar desapercibido: el autofraude, también conocido como first party fraud, una práctica silenciosa y compleja que ocurre desde el interior de los sistemas financieros y que representa una amenaza creciente para bancos, fintechs y comercios.  
Modus operandi cada vez más sofisticado
El autodefraudador opera con planificación y premeditación. Entre las conductas más comunes se encuentran:

  • Solicitar créditos que no planea pagar.
  • Inflar ingresos para obtener mayores montos.
  • Simular quiebras para desaparecer deudas.
  • Abusar de promociones o devoluciones para obtener beneficios indebidos.

Estas acciones suelen pasar inadvertidas porque los sistemas tradicionales los clasifican como “malos pagadores”, sin detectar la intención detrás de su comportamiento.  

Un problema que rebasa los sistemas actuales
El autofraude es difícil de identificar debido a la falta de integración entre los equipos de riesgo, fraude y cobranza, que generalmente trabajan de manera aislada. Sin una visión unificada del cliente, las señales tempranas se pierden y el impago deliberado aparece cuando ya es tarde.

Distinguir entre quien no puede pagar y quien nunca quiso hacerlo continúa siendo uno de los mayores retos del sector.

Asimismo, la Condusef informó que el monto total reclamado superó los 10,714 millones de pesos, de los cuales únicamente 2,556 millones fueron reembolsados a los usuarios.

La actividad fraudulenta en los servicios financieros aumentó 21% entre 2024 y 2025, y los fraudes cibernéticos ya representan una proporción creciente del total: pasaron del 59% en 2018 al 71% en 2023, advirtió la Condusef.

Tecnología e inteligencia conductual: piezas clave

Expertos advierten que enfrentar el autofraude requiere ir más allá del historial crediticio. La detección efectiva demanda inteligencia conductual y una visión de 360 grados del cliente, con elementos como:

  • Análisis de interacción con formularios.
  • Señales de dispositivos e interfaces.
  • Modelos de machine learning en tiempo real.
  • Integración de datos de burós, telecomunicaciones e información interna.

Detalles como la velocidad al escribir, el uso de copiar y pegar, la navegación dentro de plataformas o el tipo de dispositivo utilizado pueden revelar indicios de comportamiento fraudulento y permitir decisiones preventivas.  

“El gran reto del autofraude es que no se ve, pero sí se siente: erosiona la rentabilidad, distorsiona los modelos de riesgo y deja a las instituciones ciegas si no cuentan con tecnologías que detecten intención, no solo historial. Identificar estos patrones requiere unir datos, equipos y capacidades en tiempo real. Quien logre anticiparlo, tendrá una ventaja competitiva en un entorno donde el fraude evoluciona más rápido que nunca”, destacó Mauricio González, Head of Spanish LATAM y Country Manager para México en Provenir.
 
Hacia un sistema financiero más seguro
El uso de plataformas integradas, motores de decisión y modelos predictivos permite correlacionar señales de riesgo y anticipar impagos deliberados.

Además de reducir pérdidas, este enfoque contribuye a reforzar la confianza en los servicios financieros y mejorar la relación con clientes legítimos.

Especialistas coinciden en que tratar el autofraude como una deuda incobrable es un error. Reconocer su naturaleza premeditada y adoptar tecnologías de detección avanzada puede convertirse en una ventaja competitiva para las instituciones que buscan operar en un mercado más seguro, justo y sostenible.

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