Automatizan carga del combustible de Grupo CISA en Metrobús

Tiene asignados 110 buses a la Línea 1 que gastan 600 mil litros mensuales de diésel.

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Foto: Cortesía.
Finanzas
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Ciudad de México, a 10 de julio. A partir de la última semana de junio, las 110 unidades que Grupo CISA opera en la Línea 1 del Metrobús automatizaron su control del inventario y carga de diésel, lo cual agiliza el proceso y permite ahorro de tiempo.

El cambio en los despachadores ubicados en el Patio Norte (sitio de resguardo y mantenimiento de las unidades) se hizo bajo la supervisión de la Gerencia de Energéticos del grupo empresarial, a cargo de Sergio Martínez, de quien depende que el abasto, inventario y despacho de todos los energéticos se mantenga dentro de la norma, pues de lo contrario se incurriría en faltas fiscales y se perderían cientos de millones de pesos por la afectación de los inyectores, bombas de diésel y otros componentes de los buses, lo que incrementaría el número diario de desincorporaciones por reparaciones.

Sergio Martínez explicó que, sólo en las 110 unidades asignadas a la Línea 1 del Metrobús, se gastan 600 mil litros mensuales de diésel, en tanto que la inversión anual de combustible para las mil 120 unidades de transporte público urbano que opera el grupo a nivel nacional, (además de la Ciudad de México tiene presencia en Hermosillo, Monterrey, Puebla y Querétaro) rebasa los 800 millones de pesos.

Un volumen así de combustible (el grupo recibe pipas desde 20 mil litros, hasta autotanques de 62 mil litros) requiere una supervisión especial, por lo que la principal tarea de la Gerencia de Energéticos consiste en verificar tanto la licitud, como la calidad del producto. Para la primera encomienda es necesario detectar su trazabilidad (origen y diferentes etapas en la elaboración y distribución), por lo que se analiza toda la documentación que lo avala, con el fin de verificar su procedencia.

“Una de cada tres propuestas para el abastecimiento se rechaza, porque viene de proveedores o sitios de dudosa procedencia, sin que se pueda determinar su origen. Algunos elementos que generan sospecha son recibir documentación susceptible de falsificación, así como algún elemento en el seguimiento del combustible que no cuadre con los estándares habituales”, explicó el gerente de Energéticos.

“El segundo elemento se refiere a las características del producto: cristalino (de un color entre verde y ámbar), translúcido, consistente (qué tan ligero o denso es), con olor a diésel (muy característico ya que el 35% de sus componentes son aromáticos), sin partículas suspendidas, aditivos o algún fluido extraño, entre otras características. Si se percibe con una coloración extraña, turbia, sucia, color opaco, partículas suspendidas, agua, exceso de azufre (detectable por olor desagradable), entonces se rechaza”, dijo.

Indicó que el personal de todos los patios del país está capacitado tanto para llevar a cabo un protocolo de recepción (antes de la descarga se saca una muestra, se hace una inspección visual, olfativa y de densidad), así como un análisis mensual del producto, donde se verifica que cumplacon menos de 15 partículas por millón de azufrey esté dentro de los parámetros de flash point o punto de inflamación (temperatura más baja a la cual un líquido desprende vapores suficientes para formar una mezcla inflamable a la compresión) y el número óptimo de cetanos por carga (que permite al combustible encender con mayor rapidez para mejorar la eficiencia del motor y reducir emisiones contaminantes), lo que determina continuar la relación comercial con el proveedor.

Sergio Martínez señaló, finalmente, que, en las próximas semanas, Grupo CISA invertirá en la adquisición de equipo de alta tecnología para analizar la calidad química del diésel, servicio que en la actualidad se subcontrata.

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