Washington, Estados Unidos, 25 de septiembre. Un aumento en el gasto de los consumidores ayudó a que la economía de Estados Unidos se expandiera a un sorprendente 3.8% de abril a junio, informó el gobierno en una drástica actualización al alza de su estimación previa del crecimiento del segundo trimestre del año.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos —la producción nacional de bienes y servicios— se recuperó en primavera de una caída del 0.6% en el primer trimestre causada por las repercusiones de las guerras comerciales del presidente Donald Trump, indicó el Departamento de Comercio, que había estimado previamente un crecimiento del segundo trimestre del 3.3%, y los analistas esperaban que esa cifra se repitiera.
La caída del PIB en el primer trimestre, el primer retroceso de la economía de Estados Unidos en tres años, fue causada principalmente por un aumento en las importaciones —que se restan del PIB— ya que las empresas se apresuraron a introducir bienes extranjeros antes que Trump pudiera imponerles impuestos generalizados. Esa tendencia se revirtió como se esperaba en el segundo trimestre: las importaciones cayeron a un ritmo del 29,3%, impulsando el crecimiento de abril a junio en más de cinco puntos porcentuales.
El gasto de los consumidores aumentó a un ritmo del 2.5%, frente al 0.6% del primer trimestre y muy por encima del 1.6% que el gobierno había estimado previamente.
“El consumidor estadunidense se mantuvo mucho más fuerte de lo que muchos pensaban, incluso en medio de una venta masiva en el mercado de valores y mucha incertidumbre comercial”, publicó en las redes sociales Heather Long, economista jefe de Navy Federal Credit Union.
Una categoría dentro de los datos del PIB que mide la fortaleza subyacente de la economía también resultó ser más fuerte de lo reportado anteriormente, creciendo un 2.9% de abril a junio, frente al 1,9% del primer trimestre y en la estimación previa del gobierno. Esta categoría incluye el gasto de los consumidores y la inversión privada, pero excluye elementos volátiles como las exportaciones, los inventarios y el gasto gubernamental.
Pero la inversión privada cayó, incluyendo una disminución del 5.1% en la inversión residencial. La disminución de los inventarios empresariales restó más de 3.4 puntos porcentuales al crecimiento del segundo trimestre del año.
El gasto y la inversión del gobierno federal cayeron a un ritmo anual del 5.3% además de una caída del 5.6% en los primeros tres meses de 2025.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha revertido décadas de política estadunidense en apoyo de un comercio más libre. Ha exigido impuestos de dos dígitos —aranceles— a las importaciones de casi todos los países del mundo y ha apuntado a productos específicos para aranceles, incluidos el acero, el aluminio y los automóviles.
Trump ve los aranceles como una forma de proteger la industria estadunidense, atraer fábricas de regreso a Estados Unidos y ayudar a pagar los enormes recortes de impuestos que firmó como ley el 4 de julio.
Pero los economistas convencionales —cuyas opiniones Trump y sus asesores rechazan— afirman que sus aranceles dañarán la economía, aumentando los costos y haciendo que las empresas estadunidenses protegidas sean menos eficientes. Señalan que los aranceles son pagados por los importadores en Estados Unidos, quienes intentan trasladar el costo a sus clientes a través de precios más altos. Por lo tanto, los aranceles pueden ser inflacionarios, aunque su impacto en los precios hasta ahora ha sido modesto.