Ayudar es delicioso

Tarumba lo demuestra con su Menú Rosa

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Víctor Mijangos
Finanzas
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CDMX, 1 de octubre de 2025. Cada octubre, el calendario se tiñe de rosa para recordarnos la importancia de la prevención y detección temprana del cáncer de mama. Se trata de la vida de millones de mujeres en todo el mundo y, particularmente, de miles de mexicanas que cada año enfrentan esta enfermedad. En ese contexto, el restaurante Tarumba, ubicado en Chiapas y dirigido por el chef Jorge Gordillo, se suma por tercer año consecutivo a la causa de la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM). Lo hace con lo que mejor sabe, cocinar con corazón, creatividad y significado.

El lema de este año, “Ayudar es delicioso”, cobra vida en cada platillo del Menú Rosa, una propuesta que se convierte en un vehículo de apoyo. Con cada tamal, con cada café rosa, con cada bocado dulce, los comensales contribuyen directamente a la labor de FUCAM, institución que trabaja de forma incansable para acercar servicios de detección, diagnóstico y tratamiento de cáncer de mama a mujeres de todo México, muchas de ellas sin acceso a servicios de salud de calidad.

El chef Gordillo concibió este menú con la intención de que cada detalle tenga un trasfondo. Su propuesta central es un tamal en mole rosa relleno de carne de la región, acompañado con frutos secos y tomates deshidratados, coronado con un esquite de granos de elote cubierto en ceniza.

El color vibrante del mole proviene del betabel, y la ceniza tiene un significado profundo. En la cultura maya, la ceniza está asociada con la trascendencia y el paso de una vida a otra. Para el chef, este elemento se convierte en un homenaje a las mujeres que han luchado contra el cáncer de mama y a aquellas que siguen enfrentando día a día la enfermedad. El plato transmite la idea de transformación, de resiliencia y de renacimiento.

Para quienes buscan algo dulce y reconfortante, Tarumba diseñó un combo muy especial con una concha tradicional en tono rosa, coronada con turrón y acompañada de un latte que obtiene su color de forma natural gracias al betabel.

Este detalle visual tan llamativo, que despierta sonrisas en cuanto llega a la mesa, es también un recordatorio de que el apoyo a una causa tan importante puede ser cálido, accesible y, sobre todo, parte de la vida cotidiana. En palabras del chef, se trata de un abrazo en forma de postre, una experiencia sencilla pero cargada de significado emocional.

La importancia de esta acción se hace aún más evidente cuando se miran las cifras. En México, una de cada siete mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida. Cada 70 minutos muere una mujer en nuestro país por esta causa. Alrededor de 27 mil nuevos casos se diagnostican cada año, con más de 7 mil defunciones, lo que convierte al cáncer de mama en uno de los principales problemas de salud pública.

Lo más alarmante es que el 60% de las mujeres diagnosticadas no presenta factores de riesgo evidentes, lo que significa que nadie está exento y que la detección temprana es crucial. Sin embargo, mientras que en países desarrollados se detecta a tiempo hasta un 65% de los casos, en México apenas alcanzamos un 30.8%. Estas cifras son un reflejo del enorme trabajo que falta por hacer en cultura de prevención y acceso a servicios médicos.

El contraste es doloroso, un cáncer diagnosticado en etapas tempranas puede tener hasta un 97% de curación, mientras que en etapas avanzadas las probabilidades se reducen drásticamente. De ahí la importancia de apoyar iniciativas como las de FUCAM, que no solo ofrece atención médica especializada, sino que también realiza campañas de concientización en comunidades, llevando información y servicios a quienes más lo necesitan. Cada platillo rosa que se pide en Tarumba es, en consecuencia, un apoyo directo a esta labor vital.

El menú rosa también tiene un vínculo con el calendario cultural y gastronómico de México. Octubre y noviembre son meses donde los tamales se vuelven protagonistas de celebraciones y altares de Día de Muertos, un platillo cargado de simbolismo en sí mismo. En este contexto, la elección del chef no es casual, el tamal es un elemento que conecta con la memoria, con los rituales de bienvenida a los que ya partieron y con el acompañamiento a quienes siguen presentes.

Más allá del sabor, la experiencia de vivir el Menú Rosa en Tarumba es un acto de unión. Los comensales participan de un gesto colectivo que trasciende la mesa y se proyecta hacia una causa nacional. El restaurante, reconocido por rescatar y reinterpretar ingredientes y tradiciones chiapanecas, se convierte así en un espacio donde la alta cocina se encuentra con la empatía y la responsabilidad social. Porque ayudar es delicioso, pero también puede ser transformador.

Este octubre, el rosa está en los platos que llegan a la mesa, en la espuma de un latte, en la suavidad de una concha y en el color vibrante de un mole. Está en cada persona que se sienta en Tarumba y decide, con un gesto sencillo, apoyar a miles de mujeres en México. La lucha contra el cáncer de mama es larga y desafiante, pero también está llena de símbolos de vida, de renacimiento y de esperanza. Y desde Chiapas, un restaurante recuerda que todos podemos ser parte de esa lucha, incluso a través del placer de comer.

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