Fráncfort, Alemania, 24 de julio. El Banco Central Europeo ha dejado sin cambios las tasas de interés mientras espera ver qué tan grande será el impacto de los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump antes de decidir si recorta nuevamente las tasas.
El consejo de gobierno del banco anunció el jueves en su sede de rascacielos en Fráncfort que mantendría su tasa de depósito de referencia en 2%.
El banco indicó que la economía hasta ahora era “resiliente” en parte debido a una serie de recortes de tasas por parte del banco. “Al mismo tiempo, el entorno sigue siendo excepcionalmente incierto, especialmente debido a las disputas comerciales”, dice el comunicado.
El BCE ya ha recortado las tasas ocho veces desde junio del año pasado y la directora de la institución Christine Lagarde dijo después de la última reunión el 5 de junio que el banco central está “llegando al final de un ciclo de política monetaria”.
La autoridad monetaria para los 20 países que utilizan el euro ha estado bajando las tasas para apoyar el crecimiento después de haberlas subido en 2022-2023 para extinguir la inflación causada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el repunte tras la pandemia.
Con la tasa de referencia ahora en 2%, bajando desde un máximo histórico de 4%, los analistas piensan que podría haber un recorte más, pero solo en septiembre.
La razón, dicen los analistas: Los responsables de la política del BCE simplemente no conocen el resultado de las conversaciones entre la comisión ejecutiva de la UE y la administración Trump. Trump primero estableció un arancel del 20% para los bienes de la UE, luego amenazó con un 50% después de expresar su descontento con el ritmo de las conversaciones, luego envió a la UE una carta informando de un posible arancel del 30%. Los funcionarios de la UE anteriormente mantenían la esperanza de ganar al menos el 10% base que se aplica a casi todos los socios comerciales, y los analistas piensan que la tasa real podría ser más baja que las amenazas arancelarias de Trump. Las conversaciones enfrentan una fecha límite del 1 de agosto, pero los plazos anteriores se han extendido mientras las partes seguían hablando.
Con señales de que la actividad económica se mantiene razonablemente bien, el BCE puede permitirse esperar y ver cuál será el resultado de las negociaciones comerciales.