Ciudad de México, a 12 de noviembre de 2025. En un contexto de retos globales como el cambio climático, la escasez de recursos y la creciente demanda de productos saludables y accesibles, es fundamental generar conocimiento que permita diseñar alimentos más seguros, nutritivos y sostenibles, y que a la vez respondan a las necesidades sociales, ambientales y de salud. Por ello, la alimentación del futuro requiere soluciones basadas en evidencia científica, innovación tecnológica y colaboración interdisciplinaria, así lo destacaron especialistas durante el VIII Congreso de Ingeniería en Alimentos: FoodTech Evolution, organizado por la Universidad Iberoamericana.
La investigación científica y la innovación en la industria alimentaria impulsan la transformación de los alimentos, desde nuevas técnicas de procesamiento y conservación, hasta la formulación de productos más funcionales y de mayor calidad nutricional. Estos avances contribuyen a reducir desperdicios, prolongar la vida útil de los alimentos y garantizar su disponibilidad, fortaleciendo la seguridad alimentaria y ampliando el acceso a opciones seguras y nutritivas para más personas.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), más de un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial nunca se consumen, lo que representa una pérdida de recursos naturales, económicos y humanos sin precedente. Además, los recursos del planeta se están utilizando 80% más rápido de lo que pueden regenerarse, lo que subraya la urgencia de transformar los sistemas alimentarios hacia modelos más eficientes y sostenibles, donde la ciencia y la tecnología de alimentos ocupan un papel central.
“Espacios como el FoodTech Evolution cobran una relevancia especial ya que más allá de ser un evento académico, el Congreso representa una plataforma de reflexión y colaboración entre estudiantes, investigadores y líderes del sector comprometidos con transformar los sistemas alimentarios desde una perspectiva sostenible, inclusiva e innovadora”, señaló Alejandra Cantoral, académica de la Ibero, quien participó en la mesa Procesamiento de alimentos y salud: Evidencias y controversias sobre los ultraprocesados, de este octavo congreso.
A lo largo de conferencias, talleres y paneles, se abordaron temas como el procesamiento inteligente de alimentos, reformulación de productos, trazabilidad, economía circular y equidad en la cadena alimentaria, todos ellos esenciales para construir sistemas alimentarios más resilientes. En el caso del procesamiento, por ejemplo, se destacó que, apoyado en la ciencia, es un aliado estratégico del futuro alimentario al permitir optimizar recursos, mantener la calidad nutricional y funcionalidad de los productos, y ofrecer soluciones convenientes sin comprometer la seguridad ni la sostenibilidad.
Además, durante el evento se destacó la importancia de tomar decisiones de consumo basadas en evidencia científica, evitando interpretaciones simplistas o estigmatizantes de ciertos alimentos o ingredientes. Y es que fomentar un consumo informado fortalece la confianza de la sociedad en los procesos, productos y profesionales que conforman el sistema alimentario, y permite que la innovación y la ciencia tengan un impacto real en la vida cotidiana de los consumidores.
“Tenemos que hablar con los alumnos, ellos son el futuro de esta profesión que combatirá el hambre. Debemos olvidar la palabra de ultraprocesados. Los alimentos son crudos, procesados (y todos procesamos nuestros alimentos en nuestras casas, en nuestras cocinas, básicamente todos) o industrializados, porque salen de una fábrica. Lo que debe saber el consumidor es que todos los alimentos disponibles son seguros para su consumo, en lo que debemos enfocarnos en todo caso es en su perfil nutricional”, destacó Márcia Terra, miembro del Consejo de la National Association for Diabetes Care, ANAD por sus siglas en inglés y experta en Nutrición.
Por su parte, Adriana Quintero, nutrióloga especializada en inocuidad y ciencia de alimentos, ex consultora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que los aditivos tienen una funcionalidad, sin embargo, el término de ultraprocesados es impreciso, por lo que deberíamos centrarnos en la composición del alimento, independientemente de dónde o cómo fue procesado. “El término ha sido incorrecto, y puede llevar interpretaciones erróneas o estigmatizantes, lo que puede generar confusión en la calidad alimentaria y desalentar el uso de tecnologías que mejoren la calidad de los alimentos”.
Así, la colaboración entre academia, industria y comunidad, junto con espacios de diálogo como el FoodTech Evolution, demuestra que reunir distintas perspectivas es clave para generar debate, aprendizaje y creación de soluciones que impulsen un futuro alimentario más sostenible, saludable y accesible para las próximas generaciones.

