Cierra el año con propósito: tres acciones para liderar desde la conciencia

El cierre de año suele convertirse en una carrera contra el tiempo marcada por la saturación de pendientes y el desgaste emocional que confunde productividad con bienestar

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CDMX. 13 de noviembre de 2025. Cada cierre de año es una carrera contra reloj. Las metas se acumulan y la actividad se intensifica, pero productividad no siempre significa prisa. Cerrar ciclos no implica bajar el paso, sino hacerlo con dirección: mantener los objetivos claros, pero salir del modo automático para actuar con presencia y propósito.

Con más de una década acompañando procesos de transformación profunda, Jorge Bolio, estratega de vida y especialista en desarrollo personal, ha comprobado que el verdadero cambio comienza en lo personal: detenerse, observar y reconectar con un propósito. Desde ahí —desde esa claridad interna— propone una forma distinta de liderar, una que trasciende lo individual y se refleja en la manera en que se dirige, inspira y construye.

Esa conexión interna, dice Bolio, no es un lujo personal, sino el punto de partida para liderar con sentido. No es casual que, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más del 70% de los trabajadores en el país experimente altos niveles de estrés laboral, una cifra que crece hacia el cierre del año.

“Cuando un líder opera desde la prisa transmite ansiedad; cuando lo hace desde la conciencia, comunica claridad. Liderar empieza por regular el propio ritmo: la calma, más que una pausa, se convierte en una estrategia de dirección. Incluso en la Fórmula 1 lo saben bien: slow down to go faster, un recordatorio de que avanzar con conciencia es más efectivo que moverse en automático”, afirma.

El final del año puede ser una oportunidad para replantear la manera que se ejerce el liderazgo. Para ello, Jorge Bolio aconseja realizar tres acciones concretas para fortalecer el balance personal y guiar con propósito:

1. Procurar la presencia: Vivimos rodeados de tareas, pero la verdadera productividad no se mide por la cantidad, sino por la intención detrás de cada acción. Ser productivos incluye hacerlo con foco, conciencia y sentido: ahí es donde las decisiones se afinan y la escucha se vuelve estratégica.

2. Cultivar espacios de silencio: El silencio es un recurso estratégico en tiempos de saturación. Crear pausas deliberadas —sin correos, reuniones y llamadas— permite recuperar perspectiva y energía. Estas pausas son un mecanismo de regulación que favorece el pensamiento crítico y la creatividad.

3. Reconectar con el propósito: Detrás de cada meta hay una motivación; no obstante, el ritmo del trabajo diario suele desconectarnos. Revisar qué sentido tuvo el año y hacia dónde queremos avanzar no es un ejercicio simbólico, es una práctica de dirección consciente.

“El cierre de año es un espacio para soltar lo que ya no aporta y enfocar la energía en lo que sí. No se trata de llenarse de propósitos, sino de elegir tres que realmente importen, trabajar en ellos y, cuando se cumplan, fijar otros tres nuevos. Liderar desde la conciencia es entender que es cuestión de presencia y enfoque”, concluye Jorge Bolio.

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