CDMX. 18 de diciembre de 2025. La escena es conocida: La familia está reunida alrededor de la mesa, el pavo ya se sirvió y, entre risas y recuerdos, alguien menciona los terrenos de la abuela. Lo que comienza como anécdota termina en preguntas incómodas: ¿a nombre de quién están?, ¿hay testamento?, ¿quién sabe dónde están las escrituras? El ambiente cambia. Nadie tiene respuestas claras y, como suele ocurrir, el tema se deja para después y en el peor de los casos termina en pleito.
La conversación anterior no es una anécdota aislada, es el reflejo de una realidad nacional: de acuerdo con el Registro Nacional de Testamentos, apenas 4.7 por ciento de los mexicanos adultos ha realizado este trámite, lo que convierte a la falta de planeación patrimonial en un problema estructural que impacta directamente a las familias. Sin testamento y sin información organizada, los bienes se transforman en disputas y los recuerdos en conflictos.
“Hablar de estos temas en vida evita que una herencia se convierta en un pleito”, señala Jorge Arellano, consultor en planeación patrimonial. “El problema no es solo no tener testamento, sino que nadie sabe dónde están los documentos, qué seguros existen o cuáles eran los deseos de la persona”.
Por otro lado, en México, las empresas familiares constituyen el corazón del tejido productivo nacional. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que aproximadamente 90 por ciento de las unidades de negocio en el país son empresas familiares, contribuyendo con alrededor de 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Este tipo de empresas también representa una fuente significativa de empleo y actividad económica en todos los sectores.
Sin embargo, para Jorge estos negocios enfrentan retos serios cuando no existe un proceso de sucesión claro: “solo un 5 por ciento de las empresas familiares declara estar en orden en temas de gobernanza y sucesión, lo que coloca a la mayoría en riesgo de perder continuidad generacional y valor económico”.
“La falta de planeación no solo afecta a una familia, también puede poner en riesgo la sostenibilidad de negocios que emplean a decenas o cientos de personas”, añade Arellano. “Un proceso de sucesión organizado protege tanto el patrimonio personal como el empresarial”.
Como respuesta a esta falta de orden, Arellano desarrolló Un regalo para tu familia, un documento técnico y práctico que permite concentrar en un solo lugar información clave: bienes inmuebles, pólizas de seguros, cuentas bancarias, deudas, contactos, ubicación de documentos y últimas voluntades. El archivo no sustituye al testamento, pero lo complementa y facilita la toma de decisiones en momentos críticos.
“El testamento dice quién hereda; este documento dice qué existe y dónde está”, explica Arellano. “Es una guía para que la familia no tenga que improvisar en medio del duelo”.
El documento puede descargarse gratuitamente en la sección Descargables de https://www.quirongroup.com/ y está pensado como un primer paso para fomentar la cultura de la planeación patrimonial en México.
Esta Navidad, el mejor regalo para la familia puede no estar envuelto: puede ser la certeza de que los terrenos de la abuela —y todo lo demás— no serán motivo de pleito, sino de tranquilidad.

