CDMX. 30 de diciembre de 2025. En las alturas de un corporativo, un CEO observa la ciudad desde la ventana antes de apagar su laptop. Con ese gesto no solo cierra el año: comienza el siguiente. Los líderes que se atreven a detenerse descubren que diciembre puede ser más productivo que cualquier mes lleno de reuniones, porque el descanso no es tiempo perdido, es el espacio que necesitan para redefinir cómo van a liderar.
De acuerdo con Harvard Business Review, los CEOs destinan apenas 28% de su tiempo a la reflexión y al descanso, y casi 59% de ese tiempo se fragmenta en bloques de menos de una hora. Esa falta de profundidad lleva a que muchas decisiones sean automáticas, impulsadas por la urgencia y no por la estrategia.
“Cuando un líder se desconecta, muchas veces está afinando su criterio. El liderazgo del futuro no se mide por la cantidad de correos respondidos, sino por la claridad con la que se toman decisiones complejas”, explica Saskia de Winter, socia fundadora y directora general de Saskia de Winter Training.
El arma secreta de la alta dirección
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el estrés laboral crónico y la falta de recuperación generan pérdidas globales cercanas a 1 billón de dólares anuales en
productividad. El descanso es una condición para decidir con estrategia. Este giro empieza a reflejarse en las agendas de muchos CEOs. “Cada vez más líderes están bloqueando tiempo para analizar y no solo para ejecutar. No es una concesión personal ni un lujo de fin de año, es un ajuste en la lógica de liderazgo”, señala Saskia de Winter.
El punto de quiebre aparece al cierre del año. Más allá de los resultados financieros, surge un problema menos visible pero igual de costoso: decisiones estratégicas tomadas en estado de saturación.
Algunas empresas ya están corrigiendo el rumbo y cada vez más líderes reservan bloques largos de análisis sin interrupciones, limitan deliberadamente la conexión digital en momentos clave y se obligan a estructurar las ideas antes de convertirlas en decisiones.
Por eso la escena se repite cada vez más: un CEO silencia las notificaciones y abre una libreta. En ese gesto se esconde algo clave para la empresa: por primera vez en semanas, la agenda deja de mandar y la mente recupera el control. “El descanso es el espacio donde el líder define la estrategia y toma las decisiones que definirán el año que viene”, concluye De Winter.

