En México, tres de cada cuatro empleados no han participado recientemente en programas de bienestar laboral. No porque no los necesiten, sino porque sus empresas no los ofrecen o, aunque existan, no conectan con sus necesidades reales o la operación del día a día no se los permite. A esto se suma que solo el 24% de los colaboradores se siente satisfecho con su equilibrio entre vida personal y trabajo. El resultado muestra que el 45 % de la fuerza laboral reporta altos niveles de malestar emocional, según datos arrojados en una reciente encuesta de Edenred.
De acuerdo con Milagros Nadal, General Manager de Edenred Benefits & Engagement esto no solo es preocupante, es una llamada urgente a repensar cómo cuidamos a quienes hacen posible el funcionamiento de las empresas. Porque, en pleno 2025, el bienestar laboral no un lujo sino una necesidad estratégica por su impacto en los resultados de negocio
Según una encuesta realizada a través de Edenred Wallet aplicada a 5,600 participantes apenas un 29% de los empleados considera que las actividades y beneficios de bienestar integral que ofrece su empresa contribuyen a su satisfacción laboral. Esto significa que más de siete de cada diez colaboradores no sienten un impacto alto de estos programas, lo que refleja la urgencia de diseñar estrategias más personalizadas y efectivas para mejorar su experiencia laboral
Las empresas que no invierten en el bienestar de su gente enfrentan consecuencias concretas: alta rotación, baja productividad y una cultura organizacional debilitada por la apatía. Según datos de OCC, el 77 % de los profesionales en México se siente insatisfecho con su trabajo, pero no busca otro empleo por miedo a la incertidumbre económica.
Las organizaciones que han adoptado una estrategia de bienestar integral ya están viendo resultados medibles. De acuerdo con Edenred, aquellas que han implementado iniciativas que combinan salud mental, educación financiera, seguros, telemedicina, descuentos médicos, adelantos de nómina y esquemas de trabajo flexibles han logrado reducir la rotación entre 15 % y 20 %, e incrementar la satisfacción laboral en rangos del 25 % al 35 %.
Además, el 75 % de los empleados afirma que prefiere trabajar en compañías que ofrecen programas de bienestar integrales. No solo por los beneficios tangibles, sino por lo que comunican: una cultura organizacional más humana, empática y alineada con las necesidades reales del talento.
La encuesta también revela qué dimensiones son más valoradas por los empleados. La mayoría prioriza los programas enfocados en la prevención del estrés y el cuidado de la salud mental, seguidos por los que brindan herramientas para lograr estabilidad financiera y aquellos que promueven hábitos saludables como la alimentación balanceada y la actividad física.
“Hoy no basta con ofrecer beneficios genéricos o esporádicos. Hablar de bienestar debe ser hablar de una cultura organizacional más humana”, afirma Milagros Nadal, General Manager de Edenred Benefits & Engagement.
En un entorno donde el estrés es la norma, las compañías que escuchen, personalicen e inviertan en el bienestar de su talento no solo serán más humanas: serán más competitivas.