Ciudad de México, 15 de diciembre de 2025.- El cierre de año suele venir acompañado de una de las prestaciones más esperadas por millones de trabajadores: el aguinaldo. Más allá del consumo de temporada, este ingreso extraordinario representa una oportunidad estratégica para fortalecer las finanzas personales y dar un paso firme hacia el ahorro para el retiro.
Sin embargo, en México esta visión todavía no es la norma: según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, 33.6% de la población no cuenta con ningún tipo de ahorro formal, mientras que quienes sí lo tienen poseen cuentas de nómina o pensión, principalmente, concentrando la mayor proporción con 36.2%, seguidas de las cuentas de ahorro tradicionales (24%) y productos para recibir apoyos de gobierno (11.6%).
El desafío es aún mayor cuando se habla del ahorro en la vejez. Históricamente, la informalidad laboral, que abarca aproximadamente la mitad de la población activa, ha limitado el acceso a instrumentos formales de acumulación a largo plazo. De acuerdo con la organización “México Cómo Vamos”, sólo el 39.2% de los mexicanos de entre 18 y 70 años cuenta con una cuenta de ahorro para el retiro, lo que anticipa un panorama preocupante para las siguientes generaciones de adultos mayores.
En respuesta a este reto, la infraestructura digital se está convirtiendo en una aliada clave para cerrar brechas históricas de inclusión financiera. Gracias a la tecnología de Sistema de Transferencias y Pagos (STP), es posible realizar aportaciones voluntarias desde $1 peso, en cualquier momento y desde cualquier plataforma financiera, sin comisiones ni trámites presenciales, a través de SPEI, CoDi o Dimo.
Esta interoperabilidad permite que las aportaciones se reflejen de manera inmediata gracias al uso de transferencias electrónicas en tiempo real, lo que otorga a los ahorradores mayor control, transparencia y seguridad. La facilidad de programar aportaciones automáticas (semanales, quincenales o mensuales) convierte el ahorro en un hábito sostenible y accesible para millones de mexicanos.
“Aunque SPEI, CoDi y DiMo no nacieron como herramientas de ahorro, se han convertido en motores fundamentales para que más personas accedan a mecanismos formales y digitales, especialmente quienes antes estaban al margen del sistema financiero. Estas plataformas permiten que 74 millones de mexicanos inicien su construcción patrimonial con cualquier monto de aportación”, explicó Jaime Márquez, Socio y Director Ejecutivo de Desarrollo de Negocios en STP.
Estos avances no sólo responden a necesidades del mercado, sino que también se alinean con la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025–2030, presentada recientemente por el Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CONAIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). La estrategia establece como prioridad ampliar el acceso y uso de servicios financieros formales mediante herramientas digitales, promover el ahorro voluntario para el retiro y fortalecer la educación financiera a través de soluciones accesibles, interoperables y de bajo costo.
El fortalecimiento del ecosistema digital, impulsado por soluciones como SPEI, CoDi, DiMo y las integraciones tecnológicas de STP, contribuye directamente a los objetivos de la PNIF: democratizar el acceso al ahorro, reducir las barreras de entrada al sistema financiero y fomentar la resiliencia económica de los hogares.
En plena temporada de aguinaldos, expertos de STP coinciden en que destinar una parte de este ingreso extraordinario al ahorro para el retiro puede marcar una diferencia tangible en el bienestar futuro. Con herramientas que permiten aportar desde montos simbólicos, sin fricciones y con total trazabilidad, el ahorro deja de ser un privilegio para convertirse en una opción viable para cualquier persona, sin importar su nivel de ingreso.
De acuerdo con Márquez, invertir en el “yo del futuro”, especialmente en un contexto donde la tecnología elimina barreras, no sólo es un acto de responsabilidad financiera: es una estrategia inteligente para construir un retiro más estable y digno en un país que avanza hacia una mayor inclusión financiera.

