CDMX. 1 de diciembre 2025. El cierre de 2025 obliga a miles de empresarios y pymes a reorganizar su liquidez ante un arranque de año que suele exigir más capital y registrar menor venta. De acuerdo con el Banco de México, el crédito vigente al sector privado no financiero alcanzó 13.4 billones de pesos en el segundo trimestre de 2025, lo que confirma que muchas compañías dependen del financiamiento para sostener inventarios, mantener capital de trabajo o estabilizar flujos en un contexto de mayor volatilidad.
Para una gran parte de los pequeños negocios, acceder a crédito no es una alternativa más, sino un requisito operativo para sobrevivir las primeras semanas del año, pero los costos también condicionan la estrategia. El Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) ha registrado variaciones superiores al 6% en 2025, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), impulsados por encarecimiento de insumos industriales, transporte y bienes intermedios.
A esto se suma que cerca del 90% de las pymes opera con recursos propios, lo que limita su capacidad de expansión y las lleva a adelantar compras, proteger inventarios y buscar financiamiento anticipado para no comprometer su operación. Además, el Banco de México estima que el costo anual total de las tarjetas empresariales supera el 40%, mientras que los créditos de capital de trabajo oscilan entre 28% y 35%, lo que lleva a que muchos negocios se pregunten si deben liquidar deudas para liberar flujo, consolidarlas para reducir costos o invertir en oportunidades que permitan crecer.
Para Ricardo Arenas, vocero de Yotepresto.com, la decisión debe partir de entender el rendimiento real de cualquier alternativa. “Muchas veces el problema no es la deuda o el capital disponible, sino que nos metemos en instrumentos que no comprendemos. Como decía Warren Buffett: el riesgo viene de no saber lo que estás haciendo”. También advierte que rendimientos muy por encima del promedio pueden ser señales de fraude o alta exposición, por lo que es indispensable evaluar sólo instrumentos que el negocio entienda por completo.
Para muchas pymes, la disyuntiva no es sólo financiera, sino operativa. La Asociación de Emprendedores de México calcula que una de cada tres pymes cierra por problemas de flujo, no por falta de ventas. Para Arenas, la clave está en ordenar primero la estructura financiera. “El presupuesto no es un ejercicio de control, sino de realidad; es la brújula. Si no sabes a dónde se va tu dinero, no puedes saber cuánto puedes invertir, ahorrar o endeudarte”. Recomienda iniciar con una reserva de contingencias colocada en instrumentos líquidos y regulados, como Bonddia de Cetes Directo, lo que ofrece estabilidad antes de asumir riesgos mayores.
Para decidir correctamente hacia 2026, Arenas recomienda que cada empresa arranque con una radiografía completa del gasto y sugiere revisar las tasas reales de las tarjetas en los portales de costos y comisiones de los bancos, un ejercicio que suele revelar costos que muchos pasan por alto.
Checklist que Arenas recomienda para saber cuándo endeudarse, cuándo consolidar, cuándo invertir
· Identifica si la deuda está consumiendo liquidez operativa.
· Actúa temprano: mientras antes consolides, menor pago de intereses.
· Evita pagos mínimos prolongados: pueden extender la deuda más de 10 años.
· Ahorra lo que puedas, pero hazlo cada mes; constancia > porcentaje.
· No acumules efectivo en cuentas de débito sin rendimiento.
· Prioriza instrumentos líquidos, regulados y conocidos.
· Evalúa contratar seguro antes de apostar por inversiones de mayor riesgo.
· No inviertas en algo que no entiendes.
· Revisa tasas reales en los portales de “Costos y comisiones” de tu banco.
· Mantén un presupuesto actualizado; sin él, no hay decisiones estratégicas posibles.
Para los emprendedores mexicanos, el cierre de 2025 no solo exige números claros, sino decisiones estratégicas basadas en una lectura realista del entorno económico. Endeudarse, consolidar o invertir no son acciones aisladas; conforman una secuencia que puede fortalecer o debilitar a un negocio dependiendo del momento en que se ejecute. Como resume Arenas: “No se trata de elegir entre deuda o inversión, sino de entender qué nos sostiene hoy y qué nos hará crecer mañana”.

