Taipéi, Taiwán, 11 de agosto. La pausa de 90 días en la imposición de aranceles más altos a China expira mañana martes y no está claro si se extenderá.
Después de la ronda más reciente de conversaciones comerciales entre China y Estados Unidos, celebrada a finales del mes pasado en Estocolmo, funcionarios chinos y estadunidenses declararon que esperaban que el plazo se extendiera por otros 90 días. La parte estadunidense indicó que la decisión dependía del presidente Donald Trump. Hasta ahora no ha habido un anuncio formal sobre si él respaldará una extensión o seguirá adelante con los aranceles más altos.
La incertidumbre ha dejado a las empresas en el limbo y una decisión de aumentar los aranceles podría sacudir los mercados mundiales.
Silencio desde Washington y Beijing
Trump ha cambiado repetidamente los plazos y las tasas arancelarias, y ninguna de las partes ha indicado qué planea para el martes. Extender el plazo del 12 de agosto para alcanzar un acuerdo comercial con China evitaría amenazas anteriores de aranceles de hasta el 245%.
El secretario del Tesoro Scott Bessent señaló que Trump estaba decidiendo sobre otro retraso de 90 días para permitir tiempo para trabajar en los detalles de un acuerdo que establezca aranceles en la mayoría de los productos al 50%, incluidos derechos de importación adicionales relacionados con el comercio ilícito de fentanilo.
Los aranceles más altos buscan compensar el enorme y crónico déficit comercial de Estados Unidos con China, que alcanzó un mínimo de 21 años en julio, ya que la amenaza de aranceles afectó las exportaciones chinas.
No es inusual que Estados Unidos dé pistas sobre el estado de las conversaciones, pero es raro que China haga anuncios hasta que se tomen decisiones importantes. Hasta ahora, Beijing se ha abstenido de comentar antes del plazo del martes.
En una entrevista con Fox News grabada el jueves pero emitida el domingo, el vicepresidente estadounidense JD Vance sostuvo que Trump estaba considerando aranceles adicionales sobre Beijing debido a las compras de petróleo ruso por parte de China. Pero dijo que Trump “no ha tomado ninguna decisión firme”.
China resistió llegar a un acuerdo temprano
Aranceles prohibitivamente altos sobre las exportaciones chinas a Estados Unidos ejercerían una gran presión sobre Beijing en un momento en que la economía china, la segunda más grande del mundo, aún se está recuperando de una prolongada recesión en su mercado inmobiliario. Los efectos persistentes de la pandemia de Covid-19 han dejado a millones de personas dependientes del “trabajo temporal”, restringiendo el mercado laboral. Los impuestos de importación más altos sobre pequeños paquetes de China también han perjudicado a las fábricas más pequeñas y los despidos se han acelerado.
Pero Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones de China para todo tipo de productos, desde bienes de consumo y ropa hasta turbinas eólicas, chips básicos de computadora, baterías de vehículos eléctricos y las tierras raras necesarias para fabricarlas. Eso le da a Beijing gran poder de negociación con Washington.
Incluso con aranceles más altos, China sigue siendo competitiva para muchos productos. Y sus líderes son conscientes de que la economía de Estados Unidos apenas está comenzando a sentir los efectos de los precios más altos debido a los aranceles de Trump.
Por ahora, las importaciones de China están sujetas a un arancel base del 10% y un arancel adicional del 20% relacionado con el problema del fentanilo. Algunos productos están gravados a tasas más altas. Las exportaciones estadunidenses a China están sujetas a aranceles de alrededor del 30%. Antes de que ambas partes llamaran a una tregua, Trump había amenazado con imponer derechos de importación del 245% sobre los productos chinos. China respondió diciendo que aumentaría su arancel sobre los productos estadounidenses al 125%.
Hay mucho en juego
Una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo tiene ramificaciones en toda la economía global, afectando las cadenas de suministro industriales, la demanda de materias primas como el cobre y el petróleo y cuestiones geopolíticas como la guerra en Ucrania.
Después de una llamada telefónica con el líder chino Xi Jinping en junio, Trump aseguró que esperaba reunirse con Xi más adelante este año. Eso es un incentivo para llegar a un acuerdo con Beijing.
Si ambas partes no logran mantener su tregua, las tensiones comerciales podrían escalar y los aranceles podrían aumentar a niveles aún más altos, infligiendo aún más dolor a ambas economías y sacudiendo los mercados mundiales. Las empresas se abstendrían de hacer compromisos de inversión y contratación, mientras que la inflación aumentaría.
Las empresas están en un “período extendido de esperar a ver”, señaló Oxford Economics en un informe reciente.