Supera AL expectativas económicas y se estabiliza en 2023: BID

México fue importante factor para el crecimiento regional

Redacción
Finanzas
Logo, BID.
Foto: AP

Punta Cana, República Dominicana, 11 de marzo. La deuda pública de América Latina y el Caribe disminuyó entre 2020 y 2023 para acercarse a niveles prepandémicos, después de que la economía de los países de la región creciera por encima de lo esperado el año pasado, reveló un informe del Banco Interamericano de Desarrollo ( BID ). “Como resultado de los esfuerzos de ajuste fiscal en la región, la deuda pública está disminuyendo y se acerca a niveles anteriores a la pandemia”, aseguró la institución.

La deuda pública experimentó una disminución de 11 puntos porcentuales en relación al Producto Interno Bruto ( PIB ), pasando de 71% en 2020, a 66% en 2021, 62% en 2022 y 60% en 2023, precisa. El año pasado, la reducción fue menos pronunciada debido a un crecimiento menor del PIB, sobre todo en “las economías dependientes del turismo”, señala el organismo en el informe.

Así la región experimentó un crecimiento económico del 2.1% en comparación con el año anterior, una cifra que duplicó las proyecciones que había hecho el propio banco.

“Después de 2 años turbulentos, aterrizamos suavemente y ahora estamos disponibles para despegar”, explicó el economista jefe del BID, Eric Parrado, en una entrevista con la agencia EFE.

El reporte detalló que las políticas fiscales que los países de la región tomaron para lidiar con los efectos de la pandemia, junto a un crecimiento generalizado de la economía global, dieron el empujón necesario para la recuperación que se está experimentando.

Además, el BID destacó la “oportuna” reacción de los bancos centrales de la región para hacer frente a la inflación, lo que bajo su criterio abonó también el terreno para que los datos del año pasado superaran las expectativas.

La política monetaria se activó para contener la inflación. “Los bancos centrales de la región hicieron su trabajo de forma oportuna, mucho antes que los países desarrollados y de forma mucho más significativa”, sostiene Parrado, que explica que la inflación ha bajado desde un máximo del 9.9% al entorno del 3%. A eso añade que “el sistema bancario de la región fue parte de la solución y no del problema”. “La mayoría de los sistemas bancarios están mejor capitalizados, tienen mayor liquidez y eso obviamente les da resiliencia en términos de poder enfrentar estos shocks externos que hemos tenido”, explica.

El crecimiento regional registrado el año pasado se debe en gran parte también a la expansión de las economías de países como México, impulsadas por el aumento en los precios de las materias primas, con tasas de crecimiento en torno al 3%.

El BID prevé que el crecimiento se desacelere en 20224 hasta el 1,6%, para luego repuntar hasta el 2% en 2025, en línea con el actual crecimiento potencial de la región. “El 2% es una tasa de crecimiento muy baja en el mediano y largo plazo para las necesidades que tenemos”, indica Parrado, que recuerda que la asamblea del BID en Punta Cana se ha referido precisamente al triple desafío que implican las crecientes necesidades sociales, la escasez de recursos fiscales y el bajo crecimiento que impide que aumenten esos recursos. “Tenemos que ir pensando cómo enfrentar esos desafíos en el largo plazo, con medidas y con reformas que puedan ayudar a subir el crecimiento potencial. O sea, yo diría que hoy día hay brotes verdes de que estamos haciendo lo mejor de lo esperado, pero necesitamos ese punto de inflexión mucho más firme con las reformas de mediano y largo plazo”, indica Parrado.

Las expectativas de crecimiento para 2024 se ven influidas por varios factores, como un menor crecimiento mundial, elevadas tasas de interés, precios estables de las materias primas, consolidación fiscal gradual y niveles de deuda relativamente elevados, según el informe del BID.

Entre las políticas para impulsar la productividad, el informe recomienda a los países mejorar el acceso a una educación de calidad, fomentar la formalización y el crecimiento de las pequeñas empresas, facilitar el acceso a los mercados mundiales a todas las empresas, aprovechar la reorganización y los cambios en las cadenas de valor a nivel global para atraer flujos de inversión extranjera directa y promover un mercado crediticio más competitivo para el sector corporativo.