París, 19 de enero. Miles de protestantes recorrieron las calles de París y otras ciudades francesas durante huelgas nacionales contra los planes para extender la edad de jubilación, mientras el presidente Emmanuel Macron insistió en que las reformas de pensiones propuestas continuarán.
El sistema de transporte, escuelas y otros servicios se vieron gravemente afectados debido huelgas nacionales en toda Francia.
En una cumbre franco-española que llevó a cabo en Barcelona, Macron dijo que “debemos hacer esa reforma” para “rescatar” el sistema de pensiones.
Y añadió que “lo haremos con respeto y con espíritu de diálogo, pero también con determinación y responsabilidad”.
Paralelo al discurso de Macron, la policía antidisturbios actuó contra los manifestantes que lanzaban proyectiles al margen de una marcha que se realizaba en París, la mayoría de manera pacífica, por lo que la situación volvió a la normalidad rápidamente.
Las nuevas normas dictan que los trabajadores franceses tendrían que trabajar durante más tiempo, ya que la edad mínima para la jubilación subirá de los 62 a los 64 años. Francia cuenta con una población amplia de personas mayores donde todos reciben una pensión del Estado. El gobierno de Macron afirma que la reforma es la única manera de que el sistema sigua siendo solvente.
Los sindicatos alegan que la reforma a las pensiones pone en riesgo los derechos, por lo que proponen un impuesto a las personas más acaudaladas o que los empleadores aumenten su contribución en las nóminas para financiar el sistema de pensiones. Sondeos realizados entre la población apuntan a que la mayoría de los franceses se oponen a dicha reforma.