El triunfo de la revolución en Cuba en diciembre de 1959 transformó de manera radical la vida en la isla: de ser un territorio fértil para el trabajo y la inversión, la llegada al poder de los revolucionarios que encabezó Fidel Castro significó en poco tiempo la instalación de un régimen autoritario que durante más de 60 años ha prohibido la libertad de emprender, de invertir, de movimiento y de expresión a los cubanos.
Las condiciones inhumanas impuestas por el régimen castrista, que ahora sigue aplicando el presidente Miguel Díaz-Canel, causan un grave deterioro no solo a los derechos humanos de los habitantes de Cuba, ya que el Estado no solo se apoderó de las propiedades de los ciudadanos, fueran ricos o pobres, sino también de las empresas extranjeras que operaban en la isla al momento del triunfo de la revolución.
De este modo, de la noche a la mañana los habitantes de la isla caribeña perdieron todo lo que habían logrado de patrimonio con un gran esfuerzo, bienes que pasaron al control gubernamental y que al correr del tiempo se repartieron o usaron entre la burocracia cubana.
A lo largo de seis décadas el régimen dictatorial ha pretextado un bloqueo por parte de Estados Unidos desde principios de los años sesenta del siglo XX como represalia por el cambio de rumbo que tomó la revolución.
Sin embargo, la Unión Americana mantiene un embargo solo a empresas estadunidenses que desean comerciar con la isla, medida que se adoptó porque el régimen cubano se apropió de los bienes de ciudadanos y empresas norteamericanos sin indemnizarlos.
Las condiciones de extrema pobreza en la que vive la mayoría de los cubanos —salvo las clases dirigentes, que gozan de todo tipo de comodidades y privilegios— se atribuyen a la postura de Washington, lo que le permite a la dictadura de Cuba justificar el racionamiento de alimentos, que casi en su totalidad tiene que importar porque el campo solo produce lo que el régimen ordena a los campesinos.
Sin libertades
La grave situación en que sobreviven millones de cubanos, agudizada después de que la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) diera por concluido el apoyo que les brindó durante muchos años, provoca manifestaciones de protesta en las principales ciudades de Cuba, que reprimen de manera violenta los órganos de seguridad y espionaje del Estado.
Además de pasar hambre, los habitantes de la isla no gozan de libertades: cualquier intento de expresión para inconformarse, como golpear cazuelas para llamar la atención por la falta de alimentos, lo sofocan de inmediato las autoridades, que además detienen a los promotores de las protestas y los encarcelan bajo graves cargos que los mantienen durante meses e incluso años en prisión.
El caso más reciente de inconformidad del pueblo de Cuba fue la histórica protesta del domingo 11 de julio, cuando miles de cubanos salieron a las calles en todo el país para protestar por la falta de libertades que sufren desde hace décadas, la escasez de alimentos, los apagones y el manejo de la pandemia de Covid-19 por parte del régimen.
Contra el eslogan del gobierno cubano de “Patria o muerte” los inconformes respondieron con el lema de “Libertad, patria y vida”.
Se trató de un movimiento espontáneo que provocó el recrudecimiento de la represión de la cúpula del gobierno, que empezó con la detención de manera violenta de cientos de cubanos que se manifestaban en la vía pública.
Ese mismo día el presidente Díaz-Canel instó a los partidarios del gobierno y a las fuerzas de seguridad a responder con violencia a la protesta.
Hambre
Antes de ser reprimidos a golpes y posteriormente encarcelados, jóvenes cubanos gritaban por las calles que “la represión que se tiene hacia el pueblo está matándonos de hambre. La Habana entera se derrumba. Estamos sin casa, sin nada”.
Los jóvenes, que tal vez por primera vez habían perdido el miedo, recorrían las avenidas de La Habana para disfrutar durante unas horas la sensación de poder manifestarse, lo mismo que otros miles también hacían a lo largo y ancho de la isla caribeña.
Para que el mundo no se enterara de las atrocidades cometidas por el régimen dictatorial se suspendió el servicio de internet y se aplicaron restricciones a la redes sociales.
Sin embargo, pese a este intento de esconder los actos represivos la comunidad internacional pudo conocer la detención y persecución de quienes participaron en las protestas y de acuerdo con organizaciones de derechos humanos más de 500 personas fueron privadas de su libertad, tanto en las calles como en sus domicilios.
La brutal represión provocó que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestara su preocupación por las denuncias de uso excesivo de la fuerza y el arresto de un gran número de personas, de las que decenas se encontraban incomunicadas, por lo que pidió al régimen cubano liberar a los detenidos, respetar la libertad de expresión y restaurar el acceso a internet.
Aquel día las declaraciones de los cubanos fueron contundentes: “Ahora en Cuba te meten preso, te encarcelan, te censuran, te quieren tapar la boca, te quieren amordazar. No quieren que el mundo sepa que el cubano quiere otra cosa”, denunció un joven que también salió a manifestar su inconformidad y hastío frente al gobierno autoritario.
Hoy la realidad es que en Cuba nadie puede alzar la voz contra un régimen opresor. Cualquier intento de disidencia es aplastado. Los cubanos están encerrados en su propia isla, no pueden viajar, no pueden elegir siquiera lo que van comer. Los anaqueles están vacíos.
En la actualidad Cuba es el ejemplo perfecto de un Estado que no puede darle nada a sus ciudadanos… porque ya les arrebató todo.
Pide sanciones por represión
El Parlamento Europeo exigió que la Unión Europea (UE) adopte sanciones contra los responsables de “violaciones de derechos humanos” en Cuba luego de las protestas que estallaron en la isla el 11 de julio y denunció el incumplimiento del acuerdo de diálogo político y cooperación por parte de La Habana.
Los legisladores de esa instancia pidieron una resolución no vinculante que adopte sanciones contra funcionarios de Cuba responsables por la represión de las protestas.
En la resolución, adoptada por 426 votos contra 146, los eurodiputados piden al Consejo Europeo que “haga uso de lo dispuesto en la Ley Magnitsky y adopte sanciones lo antes posible contra los responsables de violaciones de los derechos humanos en Cuba”.
El documento también “condena en los términos más enérgicos la violencia y represión extrema” por parte del gobierno ante las protestas de los cubanos.