EUROPA DEBATE SI EL COVID-19 ES YA UN VIRUS DE LA GRIPE COMÚN

Existe la esperanza de que el coronavirus termine siendo endémico, aunque eso dependerá de varios factores.

Claudia Luna Palencia
Internacional
Britain Politics Investigation
Tolga Akmen/AP

La comunidad científica discute en Europa si el SARS-CoV-2 con su nueva variante Ómicron se convierte finalmente en un virus de la gripe más, lo que significaría atender la urgencia sanitaria ya no desde la perspectiva de una pandemia sino de un problema endémico que cada país deberá atender conforme a sus propias normas sanitarias y su esquema de vacunación.

Que esta hipótesis termine materializándose este año tendría como consecuencia la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del fin de la pandemia. Al parecer hay una fuerte presión por parte de diversos gobiernos europeos porque así suceda posiblemente entre el segundo y tercer trimestre del año. Aunque también se especula que finalmente será el próximo 14 de marzo, en el segundo aniversario de la declaración de la pandemia, cuando la OMS anunciará su conclusión.

Hay una mescolanza de propósitos para tal efecto: políticos, económicos y electorales.

Ningún presidente sale bien valorado por su gestión de la pandemia y no son pocos los gobiernos que se tambalean precisamente por no guardar coherencia entre lo que dicen y exigen a la población, como medidas severas para ralentizar el contagio.

El llamado partygate en Reino Unido tiene al premier británico, Boris Johnson, al borde de caerse del gobierno tras filtrarse a la prensa una serie de fiestas por “el vino de los viernes” en Downing Street, en las que habrían participado un centenar de empleados con brindis y un jolgorio prolongado más allá de la medianoche.

Un video con Johnson bailando a todo la que da tiene encendidos los tabloides, que tachan al primer ministro de hipócrita y de obligar a la población inclusive a limitar sus reuniones en diciembre y ausentarse de la cena navideña para cumplir con el protocolo antiCovid decretado.

Desde la sede del gobierno enviaron sentidas disculpas a la reina Isabel II por esas dos fiestecillas celebradas en los días previos al entierro de su marido, el príncipe Felipe; las banderas estaban a media asta pero Johnson tuvo amnesia del luto riguroso.

Y en España el presidente Pedro Sánchez (metido ya en lo electoral) pide calma y reitera lo que sucede con Ómicron: “El virus pierde su letalidad, si comparamos la situación de hace un año: era de 13% y en la actualidad es de 1 por ciento”.

Hay una convivencia de variantes que la OMS declara como preocupantes y se detectan en todos los países: Alpha, Beta, Gamma, Delta y Ómicron, que provocan oleadas de casos en distintas franjas de tiempo.

No solo en España, también en Reino Unido e Israel empieza a insistirse en que Ómicron es la expresión de que el coronavirus pierde su grado de letalidad a pesar de tener una mayor capacidad infecciosa y propagarse más fácilmente.

El SARS-CoV-2, según conclusiones de científicos en Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Israel, Reino Unido y Bélgica, se transmite por vía aérea; es decir, se propaga mediante gotículas expelidas desde la boca y la nariz de las personas hacia el aire y tienen una determinada fuerza de suspensión y de desplazamiento aéreo.

La insistencia de que los casos que se viven entre los vacunados (ya sea con la pauta completa o una y hasta dos dosis de refuerzo) son de una gripe común con dolor de cuerpo, fiebre, tos de foca y moqueo. Son el argumento de presión para que el virus se declare ya una enfermedad endémica.

¿Cuál es la diferencia entre una endemia y una pandemia? El Observatorio de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile explica que una pandemia debe cumplir ciertos criterios: “La enfermedad deberá afectar a más de un continente y los casos detectados en cada país ya no son únicamente importados sino que además hay transmisión comunitaria”.

Mientras que una endemia se define como “la aparición de una enfermedad en un área geográfica o grupo de población” e igualmente hace alusión a una alta prevalencia crónica de una enfermedad en dicha área o grupo.

“Y también deberán cumplirse dos criterios: una permanencia de la enfermedad en el tiempo y la afectación de una región o bien de un grupo de población claramente definidos”, según dicho Observatorio.

¿Un espejismo?

Recientemente Anthony Fauci, asesor principal para la Casa Blanca, expresó en un panel virtual que organizó el Foro Económico Mundial de Davos que existe la esperanza de que el coronavirus termine siendo endémico, aunque eso dependerá de varios factores.

Entre ellos, del avance en las vacunaciones en los países más rezagados del mundo al respecto; de la eficacia de las dosis de refuerzo entre la población y de que no aparezca una nueva variante que vuelva a poner en alerta a las autoridades sanitarias porque tenga todavía mayores mutaciones que las anteriores variantes.

¿Levantar la alerta de pandemia significa que se ha vencido al SARS-CoV-2? El reputado epidemiólogo es tajante al respecto: “El Covid-19 no dejará de existir; eso solo ha pasado con el virus de la viruela, que está totalmente erradicado”.

En el mismo sentido y en el mismo foro su colega Annelies Wilder-Smith, una connotada experta en enfermedades infecciosas, subrayó que es demasiado pronto para rebajar el nivel de urgencia del Covid-19 de pandemia a endemia. Y vaticinó que vendrán nuevas variantes del virus.

“Si vemos su evolución podríamos tener la posibilidad de que termine atenuándose y cada vez genere menos gravedad y casos de fallecimientos. Aunque podría seguir siendo muy contagioso; ahora bien, también está la peor de las posibilidades: una nueva variante más contagiosa pero también más letal”, expresó Wilder-Smith.

Los organizadores de Davos pospusieron la reunión anual presencial de los líderes económicos y políticos mundiales hasta junio, asombrados ante los contagios diarios que a veces llegan a multiplicarse por tres: España reportó 368 mil contagios en 48 horas; países como Francia experimentan 464 mil casos en 24 horas; en Alemania también se sale de control con más de 100 mil casos diarios; y prácticamente todos los países se sumen en la misma vorágine esperando llegar al pico más pronto que tarde.

A su vez, los asesores científicos principales de la Unión Europea (UE) avizoran que evolucionará hacia una enfermedad estacional y endémica.

Peter Piot, consejero de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, declaró a la televisión belga RTL: “Creemos que provocará una explosión de contagios que será menos grave; sobre todo estará presente en los inviernos; pero luego habrá otro escenario en primavera y verano”.

Convivencia con otros virus

España apuesta por la búsqueda de la inmunidad de grupo. Lo mismo Reino Unido: sorpresivamente, el premier Johnson en medio de la fuerte ola de Ómicron anunció el fin de las restricciones, de la eliminación de las cuarentenas a los positivos a partir de marzo; ya no se usarán más las mascarillas en los lugares públicos, ni en las aulas de los colegios, ni exigirá el Pasaporte Covid. Y ello a pesar de que la semana pasada su país rompió el récord de fallecimientos en un día con 438 muertos por coronavirus.

¿Se le está ganando la batalla al patógeno de origen desconocido? En opinión del virólogo Luis Enjuanes en cierta forma sí, porque las vacunas coadyuvan a hacerlo posible.

Para el experto en salud pública Juan Jesús Gestal Otero las recientes manifestaciones de Flurona (personas que se contagian al mismo tiempo tanto de gripe estacional como del coronavirus) pueden interpretarse como una señal de que el virus pandémico se debilita y puede ser el principio del fin de la pandemia.

“Lo que también se ve apoyado por el hecho de que la variante Ómicron produzca mayoritariamente (en más de 95% de los casos) cuadros asintomáticos o leves, lo que nos indica una adaptación del SARS-CoV-2 a los humanos, a no producir cuadros graves, pudiendo acabar siendo otro coronavirus responsable de cuadros catarrales estacionales”, comenta en entrevista.

Gestal Otero actualmente es un destacado profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, pero a lo largo de su vida ha desempeñado diversos cargos que le permiten una cierta experiencia bien valorada respecto de la gestión de la salud pública.

Para él es relevante la situación actual en que el coronavirus convive con otros virus: “Durante toda la pandemia solo circuló el virus pandémico, otros virus respiratorios como el sincitial respiratorio, los del catarro común y los de la gripe no circularon. No sabemos muy bien por qué, pero la realidad es esa; y ya la habíamos observado en la pandemia de gripe A en 2009”.

En su opinión esta circunstancia puede deberse al principio o ley de exclusión competitiva, conocida como ley de Gause, formulada en 1934 por el ecólogo ruso Georgii Frantsevich Gause. “Por tanto, el hecho de que ahora se detecten, aunque tímidamente, virus sincitial respiratorio y virus de la gripe nos indica que el virus pandémico se debilitó y podemos estar ya en el principio del fin de la pandemia”, explica el experto.

—¿Estamos realmente cerca del final de la pandemia? La OMS lleva unos meses aventurando que en 2022 levantará la alerta. ¿Puede ser este año, lo ve fehaciente?

—Muy posiblemente lo estemos, salvo que aparezca una nueva variante, lo que también podría ocurrir dada la amplia circulación del virus en poblaciones no vacunadas.

—Como experto en salud pública, ¿qué enseñanzas está dejándole esta pandemia?

—Nos ha puesto de manifiesto las debilidades de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS), algunas ya conocidas con anterioridad, que esta crisis agudizó, y otras que expuso la pandemia, tanto en salud pública y la cenicienta del SNS, que precisa renovar los sistemas de vigilancia epidemiológica, dotación de recursos humanos y más presupuesto, como en atención primaria y hospitalaria; en cuanto a recursos humanos; renovación tecnológica; y cambios en los modelos de gestión y de organización de trabajo, con menos burocracia y más tiempo para la atención de los pacientes.

Si bien la OMS ha puesto sobre la mesa la necesidad de tener un Tratado Internacional de Pandemias y casi nada se ha avanzado a nivel global, para Gestal Otero no sería necesario. “No hace falta porque ya tenemos el Reglamento Sanitario Internacional en vigor desde 2007. Lo que hace falta en España es una ley de pandemias que facilite su gestión a las comunidades autónomas”, subraya.

—Y de las vacunas ¿qué opina? Están poniendo una cuarta vacuna sin que exista un historial, una evidencia científica previa de largo recorrido acerca del impacto de la vacuna en nuestro cuerpo…

—De momento esta decisión ha sido de una dosis adicional para las personas inmunodeprimidas, pero considero que ya no deben administrarse más dosis a estas personas, pues si tras cuatro dosis no han respondido ya no lo harán aunque les demos más. La población general no precisa una cuarta dosis.

—¿Cuánto tiempo cree usted que seguiremos con este escenario actual?

—Eso no lo sabe nadie. Pero si finalizada esta ola (aproximadamente en el entorno de la llegada de la primavera) no aparece una nueva variante y este descenso de la circulación del virus se produce en todos los continentes, comenzaría a correr el reloj para que la OMS tomase la decisión de declarar finalizada la pandemia.