En España la ciudad de Málaga quiere alojar una exposición internacional en 2027, pero su aspiración hasta el momento no cuenta con el total soporte del gobierno que preside el socialista Pedro Sánchez, mientras que la localidad estadunidense de Bloomington ya presentó su candidatura amparada por el presidente Joe Biden.
La propuesta de esta ciudad de Minnesota lleva como tema la salud, bajo el título representativo de Gente saludable, planeta saludable, bienestar para todos, que a principios de agosto quedó asentada en la Oficina Internacional de Exposiciones con sede en París.
El plazo para inscribirse en este magno concurso global expirará en seis meses y en noviembre de 2022 el jurado decidirá qué país gana la sede para la Expo 2027.
La idea de Málaga, que impulsa el alcalde Francisco de la Torre, un veterano de la política, pretende destacar la relevancia de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) enmarcados dentro del proyecto La era urbana: hacia la ciudad sostenible.
Sin embargo, hasta la fecha De la Torre no logra desatascar que La Moncloa vea con buenos ojos que esta ciudad porteña de las costas andaluzas y que encabeza un alcalde del Partido Popular (PP) quiera seguir rompiendo con el estereotipo de la clásica urbe provinciana rezagada y sin iniciativas propias.
Ubicada al sur de España, Málaga tiene un vastísimo bagaje histórico fruto de sus transformaciones. Se trata de una de las ciudades más antiguas de Europa; prácticamente por sus tierras pasaron fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos y árabes hasta la reconquista por los reyes católicos.
En sus calles todavía se conserva algo de la reminiscencia de los pueblos del pasado y en sus monumentos se puede disfrutar de la Malaka fenicia o de la Malaca romana y, por supuesto, de la Malaqa árabe.
Sin embargo, esta urbe que forma parte de la llamada Costa del Sol lleva tiempo diversificando sus atractivos, tratando de potenciar su oferta para no depender totalmente y solo del turismo de sol y playa, tanto para el mercado nacional como para el internacional.
De la Torre lleva tiempo trabajando en otros renglones, como en lo cultural, en la oferta tecnológica, en la mejora de los transportes y la capacidad de las vías de comunicación; así como en la oferta universitaria en la medida en que la ciudad de casi 600 mil habitantes va modernizándose.
Para este alcalde, quien está al frente del Ayuntamiento desde 2000 y no descarta volver a presentarse en las listas de las próximas elecciones de 2023, la intención de su gobierno es hacer que “la gente aquí sea feliz trabajando”.
Se trata, junto con el caso de Miguel Ángel Revilla, alcalde de Santander (Vértigo, febrero de 2019) de los dos presidentes municipales actuales que más tiempo llevan en el ejercicio de sus funciones y con edad similar: 78 años. Ambos gozan de una amplia popularidad, no solo dentro de sus respectivos terruños.
A De la Torre la gente le reconoce su visión, porque Málaga avanza para posicionarse como una ciudad europea atractiva para invertir y asentarse: en los últimos años varias agencias de la ONU instalaron diversas oficinas: están el Centro Internacional de Formación de Autoridades y Líderes (CIFAL); el Fondo de Desarrollo de Capital de Naciones Unidas; una suboficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y hay un acuerdo para la Oficina de Pesca en el Mediterráneo de la FAO.
En su momento alzó la mano para mostrar interés por alojar a la Agencia Europea del Medicamento, pero tampoco La Moncloa apoyó su candidatura, decantándose por Barcelona que al final perdió porque Ámsterdam fue la elegida.
Y ahora está en vilo el apoyo del presidente Sánchez para impulsar la candidatura para la Expo 2027. De hecho, hace unos días el propio alcalde le envió una carta al mandatario español pidiéndole su respaldo.
“Queremos que el gobierno la vea como una gran oportunidad no solo para nosotros sino para toda España ante el mundo, porque nos ubica como un país capaz de dar respuestas a los retos de tener ciudades sostenibles en el siglo XXI”, asevera en entrevista con Vértigo.
En los años recientes se desarrollaron importantes foros en Málaga que buscan poner sobre la mesa la impronta de ser sustentable: desde Greencities (foro de inteligencia y sostenibilidad urbana) y S-Moving (para destacar la movilidad sustentable), hasta el Global Startupcities Summit (en pro de intercambiar experiencias de proyectos) y otros espacios que buscan divulgar y fortalecer el ecosistema de la sustentabilidad ambiental.
Conexión y modernización
Las vías de comunicación y la modernización de sus medios de transporte, así como de la infraestructura necesaria, colocan a esta, la sexta ciudad más poblada de España, dentro de las preferencias de nacionales y extranjeros. El carácter alegre y afable de su población abierta a la inmigración, junto con la calidad de vida en una urbe todavía apacible que combina el paisaje de montaña con los atardeceres en la playa, forman parte de sus características.
Considerada una de las ciudades con mayores cualidades de la geografía ibérica Málaga se ubica a 550 kilómetros de Madrid, vertebrada por una serie de trenes de alta velocidad conocidos popularmente como AVE, que ponen al viajero en dos horas y 20 minutos en la capital de España o increíblemente facilitan los traslados hacia Barcelona en cinco horas y 30 minutos con un recorrido de mil 100 kilómetros. Es ir de una punta a la otra de la Península Ibérica.
Y además cuenta con un moderno aeropuerto nacional e internacional que De la Torre destaca por sus conexiones: “Llega a 130 destinos internacionales y 230 rutas. La conexión con Europa es formidable. Por ejemplo, con Londres tenemos 20 rutas distintas a diversos aeropuertos. Málaga con Reino Unido es la ciudad más conectada de España, mucho más que Madrid”.
Respecto de la movilidad urbana De la Torre explica que tienen un proyecto “muy interesante” para facilitar el transporte público de todos los municipios a lo largo de la Costa del Sol hacia intercambiadores nodales en Málaga para que “quien viva en estos municipios” tenga prácticamente la misma ventaja del transporte público como si viviera en Málaga.
“Tenemos el tren de cercanías hasta Fuengirola y hay un proyecto para conectar a Málaga con Marbella mediante un tren de características no de alta velocidad, pero sí de velocidad importante para tratar de llegar en media hora”, apunta.
—¿Cómo es el tema de la convivencia con los inmigrantes extranjeros?
—Málaga tiene unas 150 nacionalidades extranjeras viviendo aquí y cada vez hay más gente que compra vivienda y muchos su segunda residencia cuando vienen de otros países. En el conjunto de la provincia, aunque muchos no están censados, tenemos que hablar de unos 200 mil habitantes extranjeros, entre residentes de segunda residencia y los inmigrantes tanto de América hispana como del este de Europa o del Norte de África.
De la convivencia, prosigue el alcalde: “Tenemos una inmigración bastante integrada con una buena inclusión social, aunque siempre hay problemas por resolver; pero no hay conflicto en la convivencia”.
No todo está resuelto
Pero no todo es miel sobre hojuelas y con la pandemia mucho menos. El golpe de la emergencia sanitaria que propicia el SARS-CoV-2 lastra no solo las vidas humanas sino también la generación de la riqueza y los sectores más afectados son los vinculados con los servicios.
A Málaga la pandemia le recordó que 82% de su riqueza está en el sector servicios, sobre todo el relacionado con el turismo, la hostelería y el comercio.
El área de Analistas Económicos de Andalucía, perteneciente a Unicaja, puntualiza que en 2020 en Andalucía se tuvo una media de caída del PIB de 10.3% pero en algunas provincias fue más acusada, como en Málaga, que cayó 14% y que representa una quinta parte del PIB andaluz.
La pandemia, señala De la Torre, afecta mucho en cuanto a la reducción de la movilidad: “Si no hay movilidad no hay turismo. Y eso tiene consecuencias sociales y económicas. La pandemia demuestra que Málaga siempre es solidaria; conserva y potencia esa cualidad porque hubo una reacción social y popular muy capaz en aquellos sitios en los que no había elementos de protección: la gente se movilizó en una enorme red de voluntariado. Ojalá que sigan”.
El alcalde reconoce que “no todo está resuelto y tampoco es el paraíso”, porque los retos inmediatos tienen que ver con la recuperación del empleo: los analistas cifran en 47 mil los desempleados en Málaga como resultado de la pandemia, que deberían sumarse a los desempleados previos a 2020: la tasa de desempleo afecta a 22.4% de la población activa de Málaga.
—Cuando usted salió elegido por vez primera en 2000, ¿se imaginó que se quedaría tanto tiempo al frente del Ayuntamiento?
—No, pero tampoco venía de paso. Yo pretendía… vamos, tenía ideas muy claras de qué es lo que la ciudad podía hacer. La hoja de ruta exacta no, pero en 2004 firmamos un acuerdo con el puerto, negociado durante unos meses, para definir el plan con muelle uno y muelle dos; abordamos también el muelle cuatro y empezamos a definir los espacios culturales.
—¿Y se plantea la reelección en 2023?
—No me lo planteo ahora mismo, porque estoy muy absorbido con la tarea del día a día con los retos que comentamos. Ya llegará el momento y lo pensaremos. No depende solo de mí: son temas, decisiones y propuestas de partidos. Estoy ahora en lo que estoy: en sacar proyectos interesantes en el marco de los fondos europeos y que el gobierno español nos escuche para la Expo 2027.
—¿Cómo le gustaría ser recordado?
—Como una persona que siendo malagueño ama a Málaga y lucha por conseguir lo mejor… Y cercano, eso sí creo que lo soy: he buscado y busco en mi acción política siempre el bien común.
La cultura es prioritaria
En Málaga nació el pintor universal Pablo Picasso y ha vuelto a su tierra otra celebridad, el actor Antonio Banderas, quien lleva años viviendo en su ciudad natal vanagloriado por su fama de Hollywood y quien decidió desarrollar proyectos culturales y artísticos como la puesta en marcha del Teatro del Soho.
A lo largo de los años la ciudad adquiere una relevante fama cultural por todos los eventos que celebra: no pasa un solo día sin que haya alguna muestra o convocatoria al respecto.
Y con carácter adquiere la categoría de ser la Ciudad de los Museos: nada más en su Centro Histórico se concentran 40 dedicados a diversas artes y la apuesta segura para De la Torre pasa por más cultura.
“En materia de cultura la capacidad de Málaga es ilimitada: no hay más límite que lo económico. La cultura siempre tiene un cierto precio, pero es una siembra oportuna porque genera riqueza no solamente por el turismo, el turismo de congresos y el turismo de calidad, sino también por la capacidad de hacer actividad creativa”, defiende convencido.
Inmerso ahora en la batalla para que la antigua prisión se convierta en un espacio para creadores emergentes, De la Torre también tiene en la mira la habilitación de un auditorio.
“Siempre he creído en la potencialidad de Málaga, en su capacidad de atraer gente con talento, emprendedora e innovadora. Es verdad que la ciudad tiene encanto, tiene historia, tiene valores, paisajes y lo que hay es que, con una estrategia de ciudad bien establecida y consensuada, se van fortaleciendo esas potencialidades y si hay alguna debilidad tratar de anularla, de superarla. Eso hemos tratado de hacer con un plan estratégico bien consensuado”, dice satisfecho.