¡QUEREMOS TRABAJAR!: DEMANDA MUNDIAL

El coronavirus destruirá 305 millones de puestos de trabajo en el mundo.

Norberto Vázquez
Internacional
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El prolongado letargo que genera la pandemia de Covid-19 en la actividad en distintas áreas de producción da lugar a un urgente llamado de empresarios, ciudadanos, comerciantes y sectores industriales a escala mundial para comenzar a reactivar la fuerza laboral en cada rincón del planeta con el firme objetivo de evitar el quebranto económico de las familias, una crisis severa en las finanzas públicas de los países y, por si fuera poco, evitar una hambruna de proporciones históricas para la especie humana.

Para diversos expertos consultados el coronavirus está ahí produciendo decesos, pero si se dejan de atender además variables como la parálisis industrial, el cierre de comercios, las caídas en las bolsas del mundo, la volatilidad en los precios del petróleo, la desestabilización de las cadenas productivas que interactúan a nivel global, el freno al intercambio de bienes y servicios y en su totalidad la inmovilización del flujo comercial, habrá mucho más muertes por el desempleo, la falta de liquidez económica familiar, la inseguridad y el hambre.

Los especialistas determinan que el mundo enfrenta la epidemia en una situación muy adversa: millones viviendo en pobreza, con sistemas de salud insuficientes y rebasados, con una economía a la baja y condiciones del mercado laboral que colocan a la mayoría de los trabajadores en riesgo de perder su salud, su salario, su empleo y su futuro, cuando requieren pagar comida, agua, servicios y contar con un ingreso que los ayude a sobrevivir la crisis.

De ahí que sea por completo comprensible su demanda: ahora exigen trabajar.

Escenario difícil

Los especialistas determinan que los gobiernos del orbe deben elaborar un plan global integral para enfrentar no solo la crisis sanitaria sino también la emergencia económica y la pérdida de puestos de trabajo: el Covid-19 ha paralizado al mundo, la cuarentena en las principales potencias mundiales ha sido total y se ha registrado el paro de actividades productivas más grande en la historia de la humanidad, lo que cambia totalmente las perspectivas económicas, por lo que resulta urgente iniciar la reactivación en lo inmediato del mercado laboral para enfrentar un eventual escenario de recesión mundial.

Hacia futuro, dicen los especialistas, será indispensable analizar cómo se verán afectados el freno al proceso industrial, el empleo, la inversión y el crecimiento de la productividad: si ninguno de ellos cambia la economía regresará a su ruta original, lo cual sería una buena noticia, pero para ello la crisis del virus tendría que limitarse al sector de la salud.

Según estos expertos muchas naciones han comenzado a abrir ya parcialmente su maquinaria industrial, mientras que otras ya han puesto fechas para romper la veda de producción.

Por lo que a México respecta afirman que “continúa estancado en el obsoleto planteamiento de los sectores no esenciales”, sin tomar en consideración que la fabricación nacional es eje toral de importantes sectores en los mercados norteamericano, europeo y asiático, como el automotriz, el aeronáutico, el turístico y el textil, entre otros, por lo que el llamado es concreto: liberar el trabajo como un derecho inalienable.

Desempleo

Basta ver algunos datos a nivel internacional y en México para darse una idea de los estragos que está dejando el Covid-19 en materia de trabajo y productividad.

La crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus amenaza con dar cuenta de más de 300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo y mil 660 millones de trabajadores de la economía informal pueden perder completamente sus fuentes de ingresos, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe Observatorio de la OIT: Covid-19 y sus repercusiones sobre el empleo, la peor crisis mundial desde la Segunda Guerra Mundial incluye información sectorial y regional sobre los efectos de la pandemia.

Según el estudio mil 250 millones de personas están empleadas en los sectores que se consideran en alto riesgo de sufrir los efectos de la pandemia del Covid-19.

A escala mundial dos mil millones de personas trabajan en el sector informal (la mayoría en las economías emergentes y en desarrollo) y corren un riesgo especial por la pandemia, según el organismo internacional.

La OIT avisa que es necesario adoptar medidas políticas integradas y a gran escala, centradas en cuatro pilares: apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos; estimular la economía y los empleos; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo, y utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones.

Prevé en materia empresarial que más de 436 millones de firmas en todo el mundo corren el riesgo de cerrar durante la pandemia. Entre los sectores que se verán más perjudicados están el comercio mayorista y minorista, la industria manufacturera, los servicios de alojamiento, líneas aéreas, automotriz y textil, entre otros.

Indica el organismo internacional que el sector inmobiliario y otras actividades perjudicarán su actividad con la posibilidad de que de estas 436 millones de compañías 42 millones cierren en su totalidad y no vuelvan a abrir sus negocios.

“Millones de empresas en el mundo están al borde del colapso, carecen de ahorros y de acceso al crédito. Estos son los verdaderos rostros del mundo del trabajo y si no se les ayuda ahora, sencillamente perecerán”, advirtió el director general de la OIT, Guy Ryder.

Por ello, agregó, “la OIT pide adoptar medidas urgentes, específicas y flexibles para apoyar a los trabajadores y las empresas, especialmente las pequeñas y medianas”.

México

En México el panorama pinta igual. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la crisis económica a causa del coronavirus en nuestro país podría significar la pérdida de hasta 2.9 millones de empleos formales en un escenario de recesión prolongada.

De acuerdo con el estudio ¿Cómo impactará el Covid-19 al empleo?: posibles escenarios para América Latina y el Caribe, el organismo internacional estima que el efecto de la pandemia en el mercado laboral reduciría entre 4.4 y 14.8% las plazas de trabajo formales en la región.

“La crisis ocasionada por el Covid-19 puede generar una pérdida de hasta 17 millones de empleos formales en América Latina y el Caribe, aunque esto dependerá, obviamente, de cómo evolucione la pandemia y de las medidas de mitigación adoptadas por los gobiernos de la región”, destaca el estudio.

La estimación de pérdida de empleos para México va de un rango de 4.1 a 14.4% de los puestos de trabajo formales, dependiendo de la duración de la crisis.

Y es que de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) antes de que iniciaran los contagios del coronavirus en el país se reportó una plantilla de 20.6 millones de trabajadores formales —al cierre de febrero de 2020— y con base en la estimación del BID el impacto del Covid-19 podría costarle a México la destrucción de entre 845 mil y 2.9 millones de empleos.

Cabe señalar que el primer corte de caja presentado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social informó que hasta el 6 de abril se habían perdido en el país 346 mil 878 empleos.

Por si fuera poco la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) estima el cierre de un millón de empresas a nivel nacional por el coronavirus.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI revela en tanto que más de cinco millones de mexicanos con empleo dijeron querer trabajar más horas porque sus ingresos no les alcanzaban cuando inició el “gran confinamiento” que generó la actual pandemia.

Producción

La parálisis de gran parte de las actividades productivas alrededor del mundo por la pandemia ha provocado un dislocamiento de las cadenas productivas en los principales centros de fabricación internacional, sobre todo en Estados Unidos y China, las dos primeras economías mundiales.

Dentro del proceso de globalización —caracterizado por la distribución en diferentes regiones del planeta— de los centros de manufactura de sectores económicos clave como automotriz, electrónica, industria farmacéutica o aeroespacial, México ocupa un lugar destacado en las cadenas productivas proveedoras de insumos a nivel internacional.

La industria manufacturera mexicana —la más importante de Latinoamérica— juega un papel importante dentro de las cadenas de suministros de insumos en particular dentro de la región de América del Norte, donde la integración económica con Estados Unidos y Canadá la convierten en una de las más productivas y competitivas.

El confinamiento aplicado en un gran número de países para evitar mayores contagios del coronavirus provocó que se detuvieran la mayor parte de las actividades y trajo consigo la pérdida de millones de empleos en todo el orbe.

Por lo que respecta a nuestro país el sector automotriz no fue considerado como una actividad prioritaria como parte de las medidas adoptadas para contener la propagación del Covid-19, no obstante su importancia para la economía nacional: sus exportaciones representan poco más de 3% del Producto Interno Bruto (PIB), con la generación de ingresos por más de 80 mil millones de dólares al año.

De acuerdo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, en México se producen 40 marcas y 500 modelos de autos; en su territorio se encuentran establecidos más de 600 proveedores y tienen presencia 90 de las 100 empresas de autopartes más grandes del mundo.

Por la emergencia sanitaria la industria maquiladora y manufacturera —no solo del sector automotriz— ha resentido los efectos del paro de actividades ya que otros rubros detuvieron líneas productivas, aplicaron paros técnicos y redujeron jornadas laborales.

El Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) informó que de acuerdo con una encuesta realizada entre más de 150 empresas en 13 entidades del país —incluidas las seis fronterizas del norte— revela que 45% experimenta falta de insumos, 28% tiene retrasos en el cumplimiento de un contrato, 20% ha realizado paros técnicos y 18% paros en las líneas de producción.

Esta situación se presenta en empresas de las industrias automotriz, autopartes, eléctrica-electrónica, textil, equipo médico, aeroespacial, electrodomésticos, metalmecánico y muebles, entre otras.

Y es en este entorno complicado que la Asociación Nacional de Manufactureros de Estados Unidos pide al presidente Andrés Manuel López Obrador equiparar las industria esenciales de México con los sectores catalogados como críticos en ese país, a fin de evitar la interrupción en la cadena de suministro y de producción en las industrias integradas de los tres socios de Norteamérica, petición que analiza ya el gobierno mexicano.

Consumo

Otra de las víctimas de la pandemia de coronavirus es el consumo, a consecuencia de la cuarentena y aislamiento social para evitar la propagación del virus, lo que ha llevado al cierre de actividades no prioritarias.

Esta situación se refleja en el cierre de miles de establecimientos comerciales de todo tipo, con la consiguiente contracción de la demanda y la caída de la actividad económica.

Antes de que se declarara la pandemia de Covid-19 el país registraba un consumo interno con un crecimiento moderado, pese a lo cual se mantenía como el principal motor de crecimiento de la economía mexicana al inicio de 2020.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que el consumo privado tuvo un ligero avance en enero, aunque en febrero la confianza de los consumidores tuvo un retroceso respecto del mismo mes del año anterior, por lo que el consumo no pudo dar un impulso al crecimiento que venía dando antes de la pandemia.

El cierre de gran parte de las actividades económicas y la situación de contingencia en que se encuentran los mexicanos han cambiado de manera importante el consumo de las familias desde el inicio de las acciones para evitar un mayor número de contagios de Covid-19.

La compra de bienes semiduraderos y duraderos de origen nacional o importados se detuvo de manera importante y las compras de los ciudadanos se han dirigido hacia productos para hacer frente a la contingencia.

Mediciones hechas por empresas especialistas en el consumo establecen que los patrones de adquisición de bienes se han dirigido a productos de higiene, desinfectantes y alimentos enlatados, que registran incrementos en sus ventas de más de 150% durante la actual contingencia.

La atención se centra en la compra de alimentos y un surtido amplio de productos para la salud. Estos cambios en los patrones de consumo ya se habían presentado en emergencias sanitarias anteriores, como la de 2009 con la epidemia de influenza, cuando también se tuvo un aumento en la venta de alimentos y productos de la salud.

Varios estudios adelantan que a consecuencia de la fuerte recesión económica que dejará tras de sí la pandemia de Covid-19 en México se propiciará una caída en el consumo privado, lo cual ya se observa en las actuales ventas minoristas.

El economista en jefe de un banco privado en México, Carlos Serrano, expuso que con base en el indicador de consumo de la propia institución el gasto de los mexicanos cayó 24.4% al 22 de abril en términos anuales, lo que calificó como una caída sin precedente que se explica por el confinamiento social y el cierre de negocios por el coronavirus.

No obstante reconoció que en la medida en que se levantarán gradualmente las restricciones a partir del mes de julio “creemos que el consumo puede acabar el año con una caída de 12%”, lo que significa el doble de lo observado en la más reciente recesión de 2009.

Reactivación industrial

En varias regiones del mundo la curva de contagios y fallecimientos por el coronavirus ha empezado a disminuir después de alcanzar su pico y la emergencia sanitaria comienza a ser superada.

Ante este panorama ya inicia la reactivación de la actividad industrial, debido a la necesidad de impulsar la recuperación económica y la productividad de los países en lo inmediato.

Dos meses después de que China paralizó la mayoría de su actividad industrial las autoridades ya reabren algunos sectores fundamentales para su economía.

El costo económico para la llamada fábrica del mundo por la parálisis de su gigantesca planta productiva —que convierte a China en el más grande proveedor de productos a escala mundial— será muy alto ya que de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrá una fuerte desaceleración y dejará una huella profunda todo el año.

En Estados Unidos la actividad industrial también sufrió una fuerte caída por el daño ocasionado a las cadenas de producción a consecuencia de las medidas aplicadas para evitar un mayor contagio del virus, lo que trajo consigo el cierre de la actividad comercial y el despido hasta el momento de más de 30 millones de trabajadores.

Para reactivar algunos sectores el presidente Donald Trump presentó un plan de tres fases que prevé el reinicio de actividades a partir del 1 de mayo.

La primera establece que antes se debe cumplir con un periodo de 14 días consecutivos de reducción de contagios y el retorno a la demanda hospitalaria que existía antes de la irrupción del coronavirus. Los estados deberán establecer mecanismos rápidos y eficientes para diagnosticar la enfermedad y garantizar que cuentan con suficientes máscaras, guantes y otro tipo de artículos necesarios para asegurar la protección de médicos. Una vez que se cumplan esos requisitos la fase prevé un regreso paulatino a los sitios de trabajo pero con parámetros de distanciamiento social, mediciones de temperatura de empleados y altos estándares de higiene.

En la fase 2 se sugiere que las personas mantengan su distancia en lugares públicos y evitar congregaciones de más de 50 personas donde estas distancias no se puedan mantener. Se permitirán viajes no esenciales y se autorizará la reapertura de colegios, en tanto que las restricciones para restaurantes, cines, iglesias y eventos musicales y deportivos pasarán de estrictas a moderadas.
En la fase 3 se levantarán la mayoría de restricciones pendientes, entre ellas la reapertura de bares y la visita a hospitales y asilos de personas de la tercera edad, con ciertas precauciones.
Escenarios

Para la economista en jefe del FMI, Gita Gopinath, “es urgente abrir los puestos de empleo a escala mundial ya que esta crisis no se parece a ninguna”.

Según sus pronósticos solo dos economías se salvarán este año de caer en una recesión, pero en ambos casos la expansión será mínima: China, cuna del Covid-19, crecerá 1.2%; en tanto que India lo hará en 1.9 por ciento.
Para los países desarrollados, en cambio, se espera que la caída alcance 6.1%. La mayoría de las grandes economías sufrirán mermas en su actividad: Estados Unidos, -5.9%; Japón, -5.2%; Reino Unido, -6.5%; en tanto el desplome será peor en la eurozona, con duras caídas en Italia, -9.1%; España; -8%; Francia, -7.2%, y Alemania, -7 por ciento.
La contracción del PIB será aguda en América Latina y el Caribe (-5.2%), con golpes para México (-6.6%) y Brasil (-5.3%) y una profundización de la recesión en Argentina (-5.7%). Entre los emergentes también sentirán el impacto Rusia (-5.5%) y Sudáfrica (-5.8 por ciento).
Gopinath anticipa además “una disminución de 11% en el volumen del comercio de bienes y servicios en 2020”, por lo que señala que “serán necesarias medidas presupuestarias adicionales y la urgente reactivación del empleo ya que la recuperación resulta demasiado débil una vez que se levantan las severas medidas adoptadas por los gobiernos”.
Así, para los expertos la pandemia de coronavirus es un virus latente, pero las otras pandemias: desempleo, paro industrial, cierre de negocios, nulo comercio, bloqueo de cadenas productivas e inseguridad, pueden producir más muertes que las mismas que genera el Covid-19.

RECUADROS

¿Cómo opera el préstamo del BID Invest?

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID Invest), junto con el Consejo Mexicano de Negocios, otorgará un financiamiento que consiste en doce mil millones de dólares para las cadenas productivas del país, con el fin de apoyar a micro, pequeñas y medianas empresas frente a la crisis por Covid-19.

BID Invest es integrante del Grupo Banco Internacional de Desarrollo (Grupo BID), una institución que presta apoyo financiero y técnico a los países de América Latina y el Caribe para reducir las brechas de pobreza y desigualdad. Mientras, BID Invest se enfoca solo en apoyar al sector privado y proyectos sostenibles.

Ambas instituciones funcionan como bancos privados pero pertenecen a los 47 países integrantes de la región y tienen representantes en cada uno de ellos. Sus empréstitos pueden ser a Estados, instituciones o empresas públicas y privadas.

Su poder de votación para créditos está jerarquizada en la Asamblea de Gobernadores (autoridad máxima) y el Directorio Ejecutivo y se basa en su suscripción al capital ordinario. La distribución actual del voto es América Latina y el Caribe 50%, Estados Unidos 30%, Japón 5%, Canadá 4% e integrantes no regionales 11 por ciento.

Hambruna: FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió en un informe que la pandemia causada por la enfermedad del nuevo coronavirus repercutirá en un incremento del hambre y la pobreza en los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). El representante regional de la FAO, Julio Berdegué, dijo en un comunicado difundido por la oficina regional en Santiago de Chile que “es clave que los gobiernos declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, con apoyo de todos los órganos del Estado y de la población. Es esencial mantener vivo el sistema alimentario para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria”. El informe, elaborado a solicitud de la presidencia pro témpore de México ante la Celac, analizó los problemas que aquejan a la región y, en particular, los que impactan durante la emergencia sanitaria, que “desconocen fronteras y por tanto deben afrontarse en conjunto”.

Puntos centrales de comercio global por Covid-19

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el comercio mundial de mercancías experimentará un descenso de entre 13 y 32% en 2020 debido a la pandemia.

Se prevé una recuperación del comercio en 2021, pero dependerá de la duración del brote y de la eficacia de las respuestas en materia de políticas públicas.

Casi todas las regiones sufrirán en 2020 disminuciones de dos dígitos en su volumen de comercio; las exportaciones se verán especialmente afectadas en América del Norte y Asia.

Es probable que la caída del comercio sea más pronunciada en sectores caracterizados por la complejidad de las cadenas de valor, sobre todo en el caso de los productos electrónicos y de la industria del automóvil.

El comercio de servicios bien podría ser el más directamente afectado, debido a la imposición de restricciones al transporte y los viajes.

El volumen del comercio de mercancías ya registró una desaceleración de 0.1% en 2019, lastrado por las tensiones comerciales y la ralentización del crecimiento económico.