Se cumplió el 11 de marzo el primer aniversario de la declaración de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y desde entonces la vida de las personas ha dado un vuelco.
En primera instancia es muy lamentable el costo en vidas humanas, con más de 115 millones de infectados en el mundo y camino de los casi tres millones de víctimas fatales; aunque es innegable que la guerra biológica activó la resiliencia de una humanidad que aprende a readaptarse a las normas de higiene y de seguridad que demanda el control del contagio.
La gente ha debido reinventarse y buscar oportunidades en medio de la oscuridad económica que deja el cierre intermitente de negocios no esenciales, la hostelería y los hoteles.
Desde el encierro en casa se acelera la revolución digital como nunca antes: el nuevo entorno laboral coexiste básicamente gracias a un empleado conectado con una computadora, lo que además permite la deslocalización del ecosistema laboral.
Asimismo la familia reivindica ser la atalaya más certera, el espacio vital eje de la convivencia alrededor del hogar, nuevamente como sitio de confort y de resguardo en medio de la amenaza sanitaria.
Si antes del Covid-19 diversos organismos fechaban a 2030 como el parteaguas para la inevitable reconversión digital absoluta y la connivencia con el Internet de las Cosas, la pandemia aceleró el proceso casi una década antes.
Además, de acuerdo con el Instituto de Finanzas Internacionales y Deloitte, las inversiones digitales efectuadas por los bancos y las aseguradoras en los últimos diez años ayudan a que ambos sectores sean “más fuertes y más resistentes” frente al impacto del coronavirus en la economía real.
En opinión de Sandra Zelada, gerente de consultoría de Deloitte, la pandemia de Covid-19 impacta al mundo en todos los sentidos: las empresas no han tenido de otra más que revisar sus estrategias.
“Sin embargo los desafíos que presenta esta crisis brindan una oportunidad para que las organizaciones evolucionen hacia una nueva realidad donde predomina lo digital”, esgrime.
Ya no hay lugar a dudas: de acuerdo con Zelada si bien durante los últimos años ocurre un proceso de transformación digital, la crisis sanitaria actual es un acelerador en la velocidad de transformación.
Desde su postura la experta en consulting defiende que “el coronavirus, hasta cierto punto, se ha convertido en un instrumento de medición para saber cuán preparados estábamos a nivel privado y público en la ruta de la transformación digital”.
Ciencia, gran ganadora
Muchas micro, pequeñas y medianas empresas se readaptan a la demanda del momento que detona el uso de geles hidroalcohólicos, de mascarillas de diversas características, de multitud de productos de limpieza, así como de guantes desechables y material sanitario de protección oficial.
Si bien hasta la fecha no hay un dato de cuántas mascarillas a escala mundial se utilizaron el año pasado, algunos departamentos de Consumo, como el de España, señalan un incremento de hasta 10,000% en la demanda de tapabocas tan solo en el país ibérico.
Hay otros productores que también ven presionado su ritmo de fabricación ante una inusitada adquisición en papel higiénico, bebidas azucaradas, vinos y licores y la mayor parte de los alimentos con carbohidratos; mientras que restaurantes, bares y cafeterías afectados por las restricciones, los cierres de horario y las limitaciones de aforo sobreviven gracias a sus ventas online con reparto a domicilio.
Otro de los subsectores agraciados se relaciona con las compañías de reparto: con la fuerte demanda de la gente pidiendo comida para entregar a sus hogares Apps como Deliveroo, Glovo, Uber Eats o Resto Inn dan empleo a montones de autónomos que usan sus coches, motos y bicicletas para las entregas.
Pasar más tiempo en casa, teletrabajando y en la escuela digital hace que mientras el gasto de los hogares se reduzca en ocio, diversión, turismo, compra de ropa y pago de gasolina, por lo contrario aumente en otros renglones dedicados a la reparación, reforma y remodelación del hogar.
Hay otras empresas agraciadas con las solicitudes de reforma y de remodelación de casas y departamentos, mientras que personal de belleza y de peluquería es cada vez más solicitado para prestar sus servicios privados en casas particulares, así como entrenadores personales de pilates, yoga u otras técnicas.
Quienes fundamentalmente son visibles en internet o en redes sociales anunciando sus servicios no han perdido su ingreso e inclusive logran subir su facturación.
Pero, sin duda, en materia de las grandes industrias ganadoras en la pandemia las farmacéuticas se llevan la medalla de oro en lo que ha sido catalogado como “2020, el año de la ciencia”.
El poder tecnológico y el poder científico permiten amortiguar el golpe de una emergencia sanitaria de tales dimensiones y que quizás en otras circunstancias hubiese sido todavía más mortal y más catastrófica en términos socioeconómicos.
Un año después de la declaración de pandemia miles de personas, todos los días y en diversos países, acuden presurosas a recibir alguna de las dosis de las vacunas disponibles contra el SARS-CoV-2.
Se registraron en tiempo récord más de 150 proyectos ante la OMS, desde vacunas hasta placebos y varios de estos dan sus frutos minando al contagio del coronavirus.
Un año después hay más población inmunizada que contagiada a nivel global, con más de 268.7 millones de personas vacunadas; y los sueros disponibles son variopintos demostrando las altas capacidades de investigación.
El mayor logro en esta pandemia es que el ser humano se ha demostrado a sí mismo su capacidad de investigación y que la ciencia es y será siempre el mejor activo para la supervivencia de la raza humana.
Nunca antes se había inventado una inmunización en tan corto tiempo. Nunca antes en el largo historial de las vacunas. Sin embargo en menos de medio año Rusia ya había registrado Sputnik V (adenovirus de la gripe humana, dos dosis AD26 y AD5) el 11 de agosto de 2020 y un mes después China presentaba su primera inmunización de Sinopharm (virus inactivado) contra el Covid-19, dentro de un largo periplo de otras vacunas chinas como la de CanSino Biologics (adenovirus de la gripe humana AD5) y experimenta otras de una sola dosis e inclusive inhaladas.
En Reino Unido la farmacéutica norteamericana Pfizer en convenio con el laboratorio germano BioNTech arrancó con su programa de vacunación el pasado 8 de diciembre atendiendo primero a los mayores de más de 80 años, así como a cuidadores y a personal sanitario.
Unos días más tarde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el uso de Pfizer en la Unión Americana y luego lo hizo también con la vacuna de Moderna.
Ambas inmunizaciones —Pfizer y Moderna— comparten una tecnología vanguardista a partir del RNA mensajero cuyas características de conservación implican su mantenimiento, la primera a 70 grados bajo cero, y la segunda por debajo de los 20 grados.
También el laboratorio Johnson & Johnson empieza a surtir su suero bajo el sello de Janssen; es de una sola dosis (adenovirus de la gripe humana AD26) y ya se aprobó en Estados Unidos y la Unión Europea.
Doce meses después de la pandemia se vive un escenario inédito con escenas de gente vacunándose masivamente en estadios, estacionamientos, centros comerciales, otros centros deportivos o, como lo hace Israel, con camionetas móviles que se desplazan por distintos barrios y vacunan a todo aquel que lo quiera sin más.
El amor a la vida ha hecho posible este milagro en el que la resiliencia, la inteligencia, la innovación y la inventiva crean nuevas fronteras y están por verse los resultados de vacunas novísimas como la de Italia, bajo la patente de Covid-eVax (técnica del DNA), desarrollada por Takis Biotech, que se administra con pequeñas descargas eléctricas en el brazo de forma intramuscular.
Startups e innovación
A la capacidad científica también se añade la valentía de muchas personas que deciden no ser perdedoras en este cisma sanitario-económico y que a pesar de ello persiguen sus sueños. Algunas tomando decisiones drásticas como abandonar las ciudades para aprovechar las ventajas de las zonas rurales como punto de partida para una deslocalización, plausible hoy más que nunca gracias a la tecnología digital.
En España, por ejemplo, se habla de las oportunidades de repoblar más de tres mil pueblos con apenas habitantes y que ante el aire limpio, el paisaje verde, los costos más baratos y la mejora en la calidad de vida se han puesto en el punto de mira de personas dispuestas a migrar, siempre y cuando tengan una buena red de internet.
La nueva ruta continúa por la oferta educativa online, las Apps que faciliten la actividad bancaria digital, mientras el e-commerce ha llegado para robarle a las grandes superficies al menos 40% de su clientela presencial.
En América Latina, afirma un reciente estudio, 70% de los ciudadanos está conectado a internet; queda un porcentaje de la población como potenciales internautas. Allí hay un nicho de negocio.
La pandemia, indica el informe de la institución financiera, impulsa la transformación digital de las sociedades occidentales y la misma tendencia acontece en América Latina.
Hay otros hechos llamativos en relación con la tasa de bancarización: la solicitud de ayudas públicas y la necesidad de su depósito en una cuenta personal contribuyó a incrementar la tasa de bancarización y la actividad online en los procesos bancarios.
Respecto del negocio por internet destaca un visible aumento de 60% de actividad y ventas por medio de los canales digitales en Perú, Colombia y México.
“América Latina abraza la economía digital. La región está llamada a ser un escenario clave para la creación y avance de las actividades digitales y de la innovación. La penetración tecnológica está en su punto más alto. El panorama digital crece exponencialmente y hay grandes oportunidades para el crecimiento en comparación con las economías desarrolladas”, anticipan los especialistas.
Dentro de la región son México, Colombia y Brasil los tres países con “más protagonismo” en la economía digital y los tres que centran la inversión en startups.
Algunas startups latinas, como Rappi y iFood, ubicadas en la entrega a domicilio de comida y otras mercancías, se posicionan rápidamente en el gusto de la gente.
Para Alejandro Romero, CEO de la consultora Llorente y Cuenca en las Américas, modelos de negocio como Rappi muestran cómo la innovación y el emprendimiento pueden surgir en cualquier momento, hasta en el menos bueno.
La apuesta es una clave de sol que pasa por innovar, emprender, subirse al carro de la digitalización y construir ideas con modelos de negocio para una realidad en inminente transformación.
Un año después el mundo ha dejado de ser un sitio certero para convertirse en muchos mundos y en muchas regiones en las que siempre brotan oportunidades.
Se sabe más del virus
Un año después de declarada la pandemia cada vez se tiene más información acerca del virus SARS-CoV-2, incluso contraria a la que inicialmente compartieron las autoridades sanitarias chinas con la OMS.
En torno de este virus se entreteje una amplia interconectividad científica que comparte, como nunca antes, todos los hallazgos acerca del patógeno para que este conocimiento acelere la creación de placebos, medicamentos y técnicas necesarias para prevenir el contagio, luchar contra este, evitar la muerte de los pacientes más graves y, en definitiva, cortar la transmisión.
El coronavirus, que China originalmente identificó con características tales como tos seca, fiebre elevada, dolor muscular y una neumonía bilateral, tiene un espectro de síntomas más amplio: ahora se sabe que provoca trombos, anosmia, vómitos, cefaleas intensas, diarreas, conjuntivitis, urticarias, sabañones, fatiga, sensación de ahogo, dolor en el pecho, incapacidad para moverse y hasta provocar úlceras en la lengua; en los menores desarrolla en algunos casos un síndrome inflamatorio multisistémico.
La OMS ha debido reconocer, tras multitud de evidencia científica, que su principal forma de transmisión es aérea y que las gotículas grandes o pequeñas no solo son infecciosas si caen en superficies sino que permanecen un tiempo flotando en el aire. Por eso se ha puesto en entredicho que fumar puede dispersar aerosoles de las personas infectadas.
Hay personas que desarrollan la enfermedad con síntomas y otras están contagiadas pero permanecen asintomáticas aunque transmiten el virus; los científicos hablan de algunas personas con características genéticas que se comportan como superpropagadoras.
Se sigue estudiando si el coronavirus se transmite por los fluidos propios de las relaciones sexuales, así como de la madre al feto; lo más reciente es un estudio publicado en la revista Blood Advances que aborda la afinidad del SARS-CoV-2 con el antígeno del grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias.
“Se explica por qué las personas del tipo A tienen más probabilidades de resultar infectadas y podrían aclarar por qué estos pacientes presentan cuadros más graves”, según lo publicado.
El análisis ha sido llevado a cabo por la Escuela de Medicina de Harvard para comprender cómo los antígenos ABO atraen al virus a fin de explorar sustancias preventivas.