WASHINGTON, julio 18.- La controversia sobre el manejo de Donald Trump de los registros de la investigación sobre Jeffrey Epstein entró en una nueva dimensión el jueves, cuando su gobierno lucha por cumplir sus promesas de divulgar detalles sobre el caso de tráfico sexual que involucra a un antiguo amigo del ahora presidente.
Trump prometió una demanda después de que The Wall Street Journal describiera una carta de contenido sexualmente sugestivo que, según el periódico, llevaba el nombre de Trump y estaba incluida en un álbum de 2003 para el cumpleaños número 50 de Epstein. Trump negó haber escrito la carta, calificándola de “falsa, maliciosa y difamatoria”.
Esto ocurrió luego que, en los últimos días, Trump haya calificado de “débiles” a sus partidarios que buscan más registros de la pesquisa sobre Epstein, tras años de cortejar el apoyo político de aquellos que han avivado las afirmaciones de un encubrimiento en el caso para proteger a amigos adinerados de Epstein, quien se suicidó en 2019 cuando esperaba ser enjuiciado por cargos federales de tráfico de menores.
Trump también ha protegido a su secretaría de Justicia de ser cuestionada sobre el caso después que ella se retractara de las afirmaciones sobre la existencia de una “lista de clientes” de élites que participaron en los crímenes de Epstein, e incluso ha llegado a afirmar sin pruebas que los archivos fueron manipulados por los demócratas.
En un gobierno que se enorgullece de cambiar la narrativa sobre historias negativas, la saga de Epstein ha tenido un poder de permanencia notable, gracias en parte a las luchas internas en los altos niveles del gobierno, la feroz crítica de Trump a su propia base y el desconcertante misterio de por qué los documentos que su propio gobierno prometió desbloquear permanecerán enterrados, aparentemente para siempre.