BRUSELAS, diciembre 8.- Funcionarios de la Unión Europea estaban finalizando el lunes una importante reforma de su sistema de migración, que incluye deportaciones simplificadas y un aumento de las detenciones, después de años de intenso debate sobre el tema que ha visto el ascenso de partidos políticos de extrema derecha.
Desde que hubo un aumento de solicitantes de asilo y otros migrantes a Europa hace una década, las opiniones públicas sobre el tema han cambiado. Las políticas de migración de la UE se han endurecido y el número de solicitantes de asilo ha disminuido desde niveles récord.
Pese a ello, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proyectó en los últimos días una fuerte crítica a las políticas migratorias del bloque de 27 naciones como parte de una estrategia de seguridad nacional que pinta a los aliados europeos como débiles.
Los ministros reunidos en Bruselas acordaron un concepto de “tercer país seguro” y una lista de países de origen seguros, dijo el ministro danés Rasmus Stoklund. Eso significa que las naciones de la UE pueden negar la residencia y deportar a los migrantes porque provienen de un país seguro o podrían solicitar asilo en uno fuera de la UE.
“Podremos rechazar a personas que no tienen motivo para solicitar asilo en Europa, y entonces será posible para nosotros crear mecanismos y procedimientos que nos permitan devolverlos más rápido”, expresó Stoklund. “No deben ser los traficantes de personas que controlan el acceso a Europa”.
Los ministros también acordaron la formación de un “fondo de solidaridad” para compartir los costos de acoger a refugiados entre las naciones miembros. El fondo está destinado a recaudar 430 millones de euros (489 millones de dólares) para distribuir a países que enfrentan una mayor presión migratoria, incluidos Chipre, Grecia, Italia y España en el sur de Europa. Hungría y Polonia se han opuesto durante mucho tiempo a cualquier obligación de los países de acoger migrantes o pagar por su manutención.

