Nueva York, Naciones Unidas, 19 de agosto. Un récord de 383 trabajadores humanitarios fueron asesinados en zonas de conflicto en todo el mundo en 2024, casi la mitad de ellos en Gaza durante la guerra entre Israel y Hamás, informó la oficina humanitaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con motivo del día anual que rinde homenaje a las miles de personas que se adentran en zonas de crisis para ayudar a los otros.
El jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher, afirmó que este récord debe ser una llamada de atención para proteger a los civiles atrapados en conflictos y a todos aquellos que intentan ayudarlos.
“Los ataques a esta escala, sin ningún tipo de rendición de cuentas, son una acusación vergonzosa contra la inacción y apatía internacional”, expresó Fletcher en un comunicado en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. “Como comunidad humanitaria, exigimos —una vez más— que aquellos con poder e influencia actúen por la humanidad, protejan a los civiles y a los trabajadores humanitarios y responsabilicen a los responsables”.
La Base de Datos de Seguridad de los Trabajadores Humanitarios, que guarda registros desde 1997, indicó que el número de muertes pasó de 293 en 2023 a 383 en 2024, incluyendo más de 180 en Gaza.
La mayoría de los cooperantes fallecidos eran personal nacional que servía a sus comunidades y fueron atacados mientras trabajaban o en sus hogares, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, conocida como OCHA.
En lo que va de año, las cifras no muestran signos de revertir la tendencia al alza, señaló la agencia.
En 2024 se registraron 599 ataques importantes que afectaron a trabajadores humanitarios, un notable incremento frente a los 420 en 2023, según las cifras de la base de datos. Los ataques en 2024 también hirieron a 308 trabajadores humanitarios y dejaron 125 secuestrados y 45 detenidos.
En los últimos siete meses ha habido 245 ataques importantes y 265 trabajadores humanitarios han perdido la vida.
Uno de los ataques más letales y horribles del año tuvo lugar en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, cuando las tropas israelíes abrieron fuego antes del amanecer del 23 de marzo y mataron a 15 médicos y socorristas en vehículos claramente marcados. Las tropas arrasaron los cuerpos junto con sus vehículos destrozados y los enterraron en una fosa común. Los trabajadores de la ONU y los rescatistas no pudieron llegar al sitio hasta una semana después.
“Incluso un solo ataque contra un compañero es un ataque contra todos nosotros y contra las personas a las que servimos”, apuntó Fletcher. “La violencia contra los trabajadores humanitarios no es inevitable. Debe terminar.”
Según la base de datos, la violencia contra los cooperantes aumentó en 21 países en 2024 en comparación con el año anterior, siendo las fuerzas gubernamentales y sus afiliados los responsables más habituales.
El mayor número de ataques importantes el año pasado se registró en los territorios palestinos con 194, seguido de Sudán con 64, Sudán del Sur con 47, Nigeria con 31 y República Democrática de Congo con 27, de acuerdo con la base de datos.
En cuanto a las muertes, Sudán, donde la guerra civil aún está en curso, fue el segundo después de Gaza y Cisjordania con 60 trabajadores humanitarios fallecidos en 2024. Eso fue más del doble de los 25 decesos de 2023.
Líbano, donde Israel y los insurgentes de Hezbollah libraron una guerra el año pasado, vio a 20 trabajadores humanitarios asesinados en comparación con ninguno en 2023. Etiopía y Siria registraron 14 asesinatos cada uno, aproximadamente el doble que en 2023, y en Ucrania hubo 13 desde los seis en 2023, según la base de datos.