Denver, Estados Unidos, 15 de agosto de 2025.— Arizona, Nevada y México volverán a vivir con menos agua del río Colorado mientras persiste la sequía en el oeste de Estados Unidos, anunciaron el viernes autoridades federales.
El río Colorado es una línea vital crítica para siete estados de Estados Unidos, 30 tribus nativas estadounidenses y dos estados mexicanos. Los recortes se basan en proyecciones de niveles en embalses federales, principalmente el lago Powell y el lago Mead, las cuales se publican cada mes de agosto por la Oficina de Recuperación de Estados Unidos.
Arizona nuevamente se quedará sin el 18% de su asignación total del río Colorado, mientras que México perderá un 5%. La reducción para Nevada —que recibe mucho menos agua que Arizona, California o México— se mantendrá en un 7%. California no enfrentará recortes porque tiene derechos de agua prioritarios y es la última en perder en tiempos de escasez.
Décadas de uso excesivo y los efectos de una prolongada sequía, agravada por el cambio climático, significan que hay mucha más demanda de agua de la que fluye realmente a través del río. Los bajos niveles de los embalses en el lago Mead han provocado recortes obligatorios todos los años desde 2022, y los más profundos, que afectaron más a los agricultores en Arizona, ocurrieron en 2023.
Mientras tanto, los estados trabajan para llegar a un acuerdo el próximo año sobre nuevas reglas a largo plazo para gobernar el río en años de sequía. El gobierno del presidente Donald Trump dio un plazo a mediados de noviembre para que los estados alcancen un convenio preliminar, o se arriesguen a una intervención federal. Las negociaciones han enfrentado retrasos debido a que los estados se resisten a ceder la cantidad de agua que deberían.
Originalmente, el Pacto del Río Colorado de 1922 se calculó con base en una cantidad de agua que no existe en el clima actual. Eso hace que los estados de la Cuenca Alta —Nuevo México, Colorado, Wyoming y Utah— tengan mucha menos agua que compartir después de que se envía la cantidad requerida a los estados de la “Cuenca Baja”: Nevada, Arizona y California. Mucha agua también se pierde por evaporación y fugas en la infraestructura.
Durante años, dividir equitativamente el agua del río en la era del cambio climático ha sido un desafío, ya que todos los usuarios principales son reacios a ceder mientras anticipan un futuro más seco. Tiene que haber suficiente agua en los embalses para que llegue a los túneles que conducen el agua río abajo, y la infraestructura clave, como la presa Hoover, depende de ciertos niveles de agua en el lago Mead para generar electricidad.
Los recortes obligatorios y las liberaciones de agua de emergencia son medidas “reactivas”, dijo John Berggren, gerente de políticas regionales de Western Resource Advocates, una organización sin fines de lucro enfocada en el cambio climático.
“Si queremos tener un río Colorado sostenible y no solo responder a una crisis tras otra, necesitamos incorporar grandes cantidades de flexibilidad en este nuevo conjunto de directrices”, afirmó.
Los estados analizan un enfoque llamado flujo natural para gestionar el río, donde la Cuenca Baja recibiría un cierto porcentaje del flujo natural promedio de los últimos años.