India, 10 de diciembre de 2025. — El cambio climático está poniendo en jaque los sistemas hídricos y energéticos de Asia, lo que amenaza a millones de personas y obliga a los países a destinar inversiones multimillonarias para proteger servicios básicos, según dos informes recientes.
De acuerdo con el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), los desastres relacionados con el agua se intensifican en toda la región, mientras que la inversión actual es insuficiente. Entre 2025 y 2040, las naciones asiáticas necesitarán 4 billones de dólares —unos 250 mil millones anuales— para garantizar agua y saneamiento. Aunque 2.700 millones de personas tienen acceso al agua para la mayoría de sus necesidades básicas, más de 4.000 millones continúan expuestas a agua no potable, ecosistemas deteriorados y riesgos climáticos crecientes.
El informe destaca avances en zonas rurales, donde cerca de 800 millones de personas lograron obtener agua corriente desde 2013, con India como uno de los principales motores de este progreso. Sin embargo, Asia enfrenta una “triple amenaza”: presiones ambientales, baja inversión y efectos acelerados del cambio climático. Entre 2013 y 2023, la región registró 244 inundaciones importantes, 104 sequías y 101 tormentas severas, eventos que han frenado avances en desarrollo y aumentado la vulnerabilidad de megaciudades costeras e islas del Pacífico.
Paralelamente, el sector energético también sufre pérdidas crecientes. Un estudio del Grupo de Inversores de Asia sobre el Cambio Climático y del MSCI Sustainability Institute advierte que las empresas eléctricas de Asia enfrentan actualmente 6.300 millones de dólares anuales en daños por calor extremo, inundaciones y escasez de agua. Para 2050, esa cifra podría superar los 8.400 millones si no se aceleran las medidas de adaptación.
Con Asia generando el 60% de la energía mundial y dependiendo fuertemente del carbón, los riesgos son mayores: olas de calor que reducen la eficiencia de las plantas y sobrecargan redes, ríos con menor caudal que limitan el funcionamiento de centrales térmicas e hidroeléctricas, e inundaciones que amenazan instalaciones en zonas bajas. Empresas como NTPC (India), PLN (Indonesia) y Tenaga Nasional (Malasia) figuran entre las más afectadas.
Aunque la mayoría de las compañías ha comenzado a evaluar sus riesgos climáticos, pocas cuentan con planes de adaptación financiados y detallados. Expertos señalan que cerrar la brecha de inversión en energía podría ser más viable que en el sector agua-saneamiento, pero advierten que algunos países podrían optar por financiamiento regional menos estricto en materia ambiental.
Los eventos recientes ilustran la urgencia. En Vietnam, el tifón Kalmaegi dejó sin electricidad partes de Quy Nhon y provocó inundaciones que sumergieron barrios enteros. “No puedo regresar porque mi casa está bajo el agua. Solo quiero saber si mi familia está a salvo”, dijo Hai Duong, de 29 años, mientras buscaba cargar su teléfono en un centro comercial.

