Beijing, China, 30 de diciembre. El ministro de Exteriores de China criticó una venta récord de armas de Estados Unidos a Taiwán mientras Beijing realizaba, por segundo día, maniobras militares alrededor de la isla que ha reclamado desde hace tiempo como suya.
Wang Yi, el funcionario chino de mayor rango en comentar la operación hasta el momento, también arremetió contra las "fuerzas independentistas en Taiwán" y los líderes de Japón durante un evento diplomático de fin de año en Beijing.
"En respuesta a las continuas provocaciones de las fuerzas independentistas en Taiwán y las ventas de armas a gran escala de Estados Unidos a Taiwán, debemos oponernos con contundencia y contrarrestarlas con firmeza", afirmó Wang en su repaso al año en términos diplomáticos en la nación más grande e influyente de Asia.
Además, reiteró el objetivo de Beijing de una "reunificación completa" con Taiwán, una isla autogobernada que se separó de China durante una guerra civil en 1949 y evolucionó hacia una democracia multipartidista.
El gobierno de Taiwán sostiene que la isla nunca fue formó parte de la China actual, bajo el mando del Partido Comunista, y que los reclamos de soberanía de Beijing son ilegítimos.
Paquete militar irrita a China
El paquete, valorado en más de once mil millones de dólares, anunciado a principios de mes por el Departamento de Estado de Estados Unidos supone la mayor venta de armas de Washington a Taipéi. Incluye misiles, aviones no tripulados, sistemas de artillería y software militar.
Estados Unidos está obligado por sus propias leyes a proporcionar a Taiwán medios para defenderse. Su presidente, Donald Trump, ha aumentado la presión sobre la isla autogobernada para que compre más equipos militares estadunidense, y ha sugerido que Taipéi debería gastar hasta el 10% de su Producto Interno Bruto en defensa.
China respondió a la operación con dos días de ejercicios militares alrededor de Taiwán que inició ayer lunes. Las maniobras se consideran también, en gran medida, una reprimenda a Sanae Takaichi, la nueva primera ministra de Japón, quien enfureció a Beijing el mes pasado al insinuar que Tokio podría intervenir militarmente en Taiwán.
"Japón, que lanzó la guerra de agresión contra China, no solo no reflexiona profundamente sobre los numerosos crímenes que cometió, sino que sus actuales líderes también desafían abiertamente la soberanía territorial de China, las conclusiones históricas de la Segunda Guerra Mundial y el orden internacional de posguerra", manifestó Wang, añadiendo que Beijing "debe estar muy alerta ante el resurgimiento del militarismo japonés".
Otras iniciativas diplomáticas revisadas
En el discurso que revisó lo más destacado de la diplomacia de China durante el año, Wang mencionó la guerra de Israel en Gaza, aplaudiendo los esfuerzos internacionales para facilitar un alto el fuego, pero insistiendo en que es necesario hacer más.
"El mundo todavía le debe justicia a Palestina", declaró. "La cuestión palestina no puede ser marginada de nuevo, y la causa del pueblo palestino por sus derechos democráticos y legítimos no puede terminar en vano".
China mantiene una sólida relación con Israel y la Autoridad Palestina y respalda la solución de dos Estados, según la cual Israel y Palestina existirían como entidades independientes.
Wang también hizo hincapié en el objetivo de China de facilitar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Beijing dice ser imparcial en la guerra, pero en la práctica deja ver su respaldo a Moscú a través de frecuentes visitas de Estado y ejercicios militares conjuntos.
El ministro medió en las conversaciones entre los principales diplomáticos de Tailandia y Camboya a principios de semana, unos contactos que, de acuerdo con los líderes, ayudaron a consolidar un alto el fuego entre los dos vecinos después de meses de enfrentamientos.
Las reuniones fueron el último esfuerzo de China para reforzar su papel como mediador internacional y, especialmente, su influencia en las crisis regionales en Asia. A medida que China se convierte en una fuerza económica y política a nivel global, Beijing lleva más de una década trabajando de diversas formas para aumentar su voz como mediador en asuntos diplomáticos.

