CHINA AFIRMA QUE NO QUIERE UNA GUERRA GLOBAL

“Nos dicen que China debería parar a Rusia pero no es así, lo necesario es tener negociaciones para la paz”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
CHINA GUERRA MUNDIAL

China argumenta que quiere la paz en el mundo pero sus esfuerzos reales para que persista son bastante tibios porque sigue poniéndose de perfil ante la invasión de Rusia a Ucrania y ante el sufrimiento de los palestinos en la Franja de Gaza bombardeados por Israel desde hace seis meses, como venganza a los atentados terroristas perpetrados por Hamás el 7 de octubre pasado.

Recientemente, la plataforma financiera Bloomberg difundió que el gobierno de Xi Jinping sigue intensificando su apoyo económico a Rusia con compras cuantiosas de petróleo barato, además de que Beijing ha sido fundamental en su apoyo al Kremlin con intercambio de datos por satélite, además de suministro de componentes microelectrónicos y maquinaria para fabricar tanques.

Buenos deseos y negocios

Quieren la paz pero no se esfuerzan mucho por conseguirla. Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se reúne en Beijing con el mandatario Jinping para preparar la próxima visita de Vladimir Putin, en Sevilla, Yao Ying, embajador de China en España, confía en que pronto habrá negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania.

“Nos dicen que China debería parar a Rusia pero no es así. Que deberíamos hacerlo porque somos la segunda potencia, pero no es así, seguimos con nuestras reformas y queremos tener una economía más abierta al mundo, lo necesario es tener negociaciones para la paz. Nosotros queremos que cese la guerra y se cumpla la Carta de las Naciones Unidas que defiende la soberanía y la integridad de los países”, esgrimió Ying.

El diplomático chino lleva seis meses desempeñando su cargo aquí en España y recién viajó a Sevilla para un desayuno exclusivo con empresarios locales al que asistió Vértigo.

Ying llegó acompañado por un grupo de presidentes y directivos de diversos consorcios y multinacionales chinas interesados en invertir en áreas como el turismo, energías renovables, frutas exóticas y además son atraídos por aprender del cultivo del olivo y de sus derivados.

En particular, a la empresa Air China le seduce la idea de abrir nuevas rutas internacionales directas en el sur de España, en un momento apoteósico para el turismo andaluz.

Cuestionado por los asistentes sobre el impacto de las guerras en el comercio, Ying —que trae un bagaje diplomático importante tras su paso por las legaciones de Afganistán y Pakistán—, respondió que desde luego las negociaciones de paz son “incuestionables” y muy importantes para el orden mundial.

“Estamos viendo el impacto no solo en las tensiones globales, también en el transporte global, en el suministro global, en el intercambio de energía y de cereales, por eso es que el transporte no debe destruirse. Todos debemos trabajar para que haya un adecuado suministro de todos los bienes necesarios”, indicó el embajador de China.

Entre los empresarios españoles hay una creciente preocupación por la deriva que van tomando los conflictos: uno, en el traspatio europeo con Ucrania invadida por Rusia; y, el otro, en Oriente Medio, con la Franja de Gaza destruida por Israel y también invadida por sus tropas. La toma de decisiones está siendo muy de corto plazo.

Ying expresó su punto de vista al respecto: “Ahora el mundo se encuentra en una situación desafortunada: hay muchas guerras; muchos conflictos y mucho sufrimiento; nuestros ministros de Exteriores tienen un entendimiento muy similar en que las guerras no deben continuar”.

Es más, el diplomático recordó que el más grande peligro para la paz y el orden mundial es el terrorismo: “Es una gran amenaza porque son actores no estatales que están surgiendo en países que necesitan una mayor atención y un mayor desarrollo. Debemos entender la espina dorsal de su inestabilidad”.

El papel de China

¿Ha hecho China lo suficiente para desescalar la invasión de Ucrania? ¿Para pedir a Israel un alto al fuego en Gaza? En la opinión de Raúl González, experto militar, China está jugando con el tiempo.

“No tiene prisa, ni rehúye la posibilidad de erigirse como un líder a nivel mundial, simplemente sabe dónde están los mercados y para eso ha creado la Nueva Ruta de la Seda, que es su collar de perlas e intenta influir en África y en Sudamérica para abrir nuevas rutas comerciales que le lleven a tener la posibilidad de comerciar de una forma global”, afirma.

Hay que tener en cuenta, agrega el analista del Instituto para el Desarrollo de la Inteligencia en el Ámbito del Terrorismo, Seguridad y Defensa (Iditesde), que también China tiene un conflicto con Rusia por las rutas del Ártico. El comercio y el consumo son dos aristas de peso específico para el gigante asiático en el camino de su expansión.

“En este momento, China no quiere granjearse enemistades, ni polarizar. De por sí la situación ya está bastante polarizada y a Beijing, para sus propósitos, le conviene tener un perfil bajo que le permita tener influencia mediante inversiones en puertos e infraestructuras en terceros países que le acerquen más los mercados a su producción”, de acuerdo con el coronel español.

China, agrega González, sabe que con el tiempo llegará a ese liderazgo pero ahora no le interesa entrar en conflicto directamente con Estados Unidos para no tener un déficit económico. “Ya la economía china tiene bastantes problemas con su burbuja inmobiliaria y quiere consolidar su crecimiento económico”.

En el mismo sentido, Javier Jiménez Olmos, doctor en paz por la UNED, subraya que China ante los conflictos bélicos actuales ha decidido mantener un bajo perfil que ya practicaba últimamente bajo el soft power.

“A China le interesa sobre todo conservar su poder económico y también financiero y por lo tanto no quiere problemas con terceros países ni alinearse claramente con uno y con otro; aunque, evidentemente su posición es siempre más cercana a Rusia”, destaca el también miembro del Observatorio para la Paz de Zaragoza.

Jiménez Olmos, que también tiene una formación como estratega militar al igual que González, recuerda que el foco de atención de Beijing se centra en el mar de China y todos los estrechos relacionados con la entrada y salida del mar de China.

“Tiene un interés enorme para proteger sobre todo su comercio. No digamos Taiwán, que para China es siempre una parte de su reivindicación; no sabemos, hasta qué punto, va a llegar probablemente en un futuro a derivar en un conflicto más grave”, apunta.

Con varios libros sobre análisis internacional, Jiménez Olmos señala que la alineación o no de China respecto al tema de Gaza está por el reconocimiento de la solución de los Dos Estados (Two State Solution), esto es, a favor del estado de Palestina y del estado de Israel.

“Sin embargo, no tiene una actitud muy beligerante por la misma razón y tampoco se alinea claramente con Israel porque recordemos que China tiene la región de Xinjiang, de mayoría musulmana, que hace frontera con países de mayoría musulmana. Entonces no le interesa soliviantar a todas estas poblaciones. En resumen, China trata de nadar y de guardar la ropa porque sobre todo está interesada en su política exterior de soft power a través del comercio, más que por asuntos belicistas”, a juicio de Jiménez Olmos.

Se enturbian las relaciones con Europa

Durante su intervención en el foro empresarial en Sevilla, el embajador Yao Ying defendió que China no es un riesgo y llegó a llamar la atención al decir que en Beijing “preocupa esa percepción” que se pueda tener no solo en España, sino en el resto de la Unión Europea.

“Observamos también con mucha atención que tenemos muchas sanciones y restricciones, hay políticas contra China o bien que señalan que no quieren recibir una serie de productos de proveedores chinos, vemos una serie de limitaciones”, dijo.

El diplomático continuó con su reproche: “Nos gustaría ver que Europa, que toda la Unión Europea, que es además un símbolo del multilateralismo y que ha creado una serie de leyes sin precedentes, pueda facilitar el comercio internacional. El problema actual que tenemos no es entre España y China, sino entre China y la UE. Nosotros solo queremos normas de mercado más justas; así no habrá problemas comerciales”.

En diciembre del año pasado, en Beijing, los dirigentes de la UE se reunieron con el presidente Jinping (hacía cuatro años que no se veían) bastante interesados en el déficit comercial de Europa con el gigante asiático.

“Necesitamos hacer que nuestra relación comercial y económica sea más recíproca y equilibrada”, declaró entonces Charles Michel, presidente del Consejo Europeo y agregó que el bloque espera que China tome medidas más concretas para aumentar el acceso al mercado para las empresas extranjeras.

En dicha ocasión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró la necesidad de buscar un balance comercial más equilibrado porque “políticamente” los líderes europeos no podrán tolerar que nuestra base industrial se vea socavada por la competencia desleal.

La UE señala que tiene un déficit comercial con China, superior a los 400 mil millones de dólares, resultado de las facilidades para que los empresarios chinos vendan sus productos en la UE y las dificultades en política comercial para que los empresarios europeos y sus productos entren en los mercados chinos. También los europeos acusan a China de no ceder para llevar a cabo una investigación antisubsidios de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos.

De acuerdo con Euractiv, el comercio de bienes entre China y la UE en 2023, aunque disminuyó, aún se situó en 783 mil millones de dólares, lo que representa un promedio de casi 1.5 millones de dólares de intercambios comerciales por minuto.

Las importaciones chinas de maquinaria, productos farmacéuticos y bebidas alcohólicas procedentes de la UE crecieron un 15.7%, un 13.7% y un 6.1%, respectivamente. Al mismo tiempo, las exportaciones chinas de nuevos productos energéticos, electrónicos y otras materias primas a la UE han acelerado las transiciones ecológica y digital de Europa.

Según las estadísticas chinas, el stock de inversión bidireccional entre China y la UE superó los 250 mil millones de dólares a finales de 2023. La inversión de la UE en China en 2023 fue de diez mil 600 millones de dólares, 5.5% más, superando los diez mil millones de dólares por segundo año consecutivo. En el mismo período, la inversión de China en la UE fue de ocho mil 200 millones de dólares, 17.4% más.

La realidad es que si bien a la UE le interesa expandirse en China hay vientos de desconfianza y recelo hacia las políticas de subsidios chinas y hacia el rol estratégico de China en el mundo.

Desde junio de 2023, la Comisión Europea anunció medidas para bloquear a las empresas chinas Huawei y ZTE y dejar de contratar operadores que utilicen equipos chinos.

El Ejecutivo de la UE y los expertos en ciberseguridad de los países miembros presentaron un informe para reducir su dependencia hacia los fabricantes chinos de equipos de telecomunicaciones.

En el documento se señala que Huawei y ZTE suponen “riesgos más altos” que otros proveedores de 5G. A partir de entonces, casi la totalidad de los países miembros de la UE están adoptando o bien preparando medidas legislativas para permitir que los servicios de seguridad bloqueen los contratos con Huawei. Hay un enorme recelo hacia Beijing y su astuta forma de penetrar en los países y en los mercados.

Reino Unido acusa a China de espionaje

En marzo pasado Estados Unidos y Reino Unido acusaron a China de llevar a cabo una campaña de espionaje masiva. Funcionarios estadunidenses y británicos han presentado cargos y sanciones conjuntas contra China ante una supuesta campaña de espionaje llevada a cabo desde Beijing contra millones de personas incluidos legisladores, académicos y periodistas.

Autoridades de ambos lados del Atlántico han acusado al grupo de piratas informáticos apodado APT31 de ser un brazo del ministerio de Estado de Seguridad de China.

Entre los afectados se encuentra personal de la Casa Blanca, senadores estadunidenses y parlamentarios británicos, además de funcionarios gubernamentales.

La acusación, revelada por fiscales estadunidenses contra siete de los presuntos piratas informáticos chinos involucrados todavía no identificados, resultó en el compromiso confirmado o potencial de cuentas de trabajo, correos electrónicos personales, almacenamiento en línea y registros de llamadas telefónicas de millones de ciudadanos.

Tanto Reino Unido, como Estados Unidos, han sancionado a la empresa científica y tecnológica Wuhan Xiaoruizhi que, según las declaraciones, actuaba como pantalla para llevar a cabo dichos ataques.

La UE ha mostrado su solidaridad con Reino Unido por el impacto de las cibercampañas maliciosas y está vigilante y dispuesta a tomar medidas cuando sea necesario.