Taipéi, Taiwán, 30 de diciembre. El Ejército Popular de Liberación de China llevó a cabo este martes un segundo día de maniobras militares a gran escala alrededor de Taiwán, desplegando una demostración de fuerza con fuego real como parte de lo que denominó "Misión Justicia 2025" para demostrar su capacidad de disuadir cualquier apoyo armado externo a la isla autogobernada que, según sostiene desde hace años, forma parte de su territorio soberano.
El Comando del Frente Oriental del EPL envió destructores, fragatas, cazas y bombarderos a aguas al norte y sur de la isla para poner a prueba su capacidad de coordinación mar-aire y de bloqueo. Sus fuerzas terrestres realizaron ejercicios de fuego real de largo alcance en las aguas al norte de la isla y organizaron un entrenamiento con fuego real, además de un simulacro de ataque conjunto de largo alcance con unidades aéreas, navales y de misiles en las aguas al sur de Taiwán, logrando lo que el portavoz del comando, Li Xi, llamó "efectos deseados".
Las maniobras aumentaron la tensión alrededor del estrecho de Taiwán, pero el impacto se extendió más allá de la presión militar y alcanzó la rutina diaria. La Administración de Aviación Civil de Taiwán fue notificada de que se habían establecido siete "zonas peligrosas" temporales alrededor del estrecho. Los horarios de los cuatro aeropuertos internacionales de la isla mostraban el martes por la tarde que más de 100 vuelos internacionales y domésticos sufrieron modificaciones, retrasos o cancelaciones, según sus webs.
La agencia noticiosa oficial china, Xinhua, publicó un comentario ayer por la noche que indicaba que las maniobras enviaron un mensaje inequívoco: Beijing siempre está listo para prevenir cualquier intento de separar Taiwán de China. Cada escalada, apuntó, sería respondida con contramedidas más fuertes.
"Al congraciarse con Estados Unidos con gestos de lealtad servil y promover compras de armas, el PPD está atando a toda la isla de Taiwán a su catastrófico carro secesionista, sin tener en cuenta la opinión pública", escribió, refiriéndose al gobernante Partido Progresista Democrático.
Detectan 130 aviones y un globo chino
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, informó que la isla actuará de manera responsable, sin intensificar el conflicto ni provocar disputas.
"China ha aumentado recientemente la presión militar de manera frecuente, esta no es una conducta propia de una gran nación responsable", escribió en Facebook.
El Ministerio de Defensa de Taiwán señaló que detectó 130 aviones —incluyendo cazas y bombarderos—, 14 barcos militares y otras ocho embarcaciones oficiales alrededor de la isla entre las seis de la mañana de ayer y las seis de la mañana de este día. Sus fuerzas siguieron vigilando la situación y desplegaron aviones, barcos de la Marina y sistemas de misiles costeros en respuesta. Noventa de los aviones chinos cruzaron la línea media del estrecho. También se avistó un globo militar chino, apuntó.
De acuerdo con el reporte, la unidad de artillería de largo alcance del EPL en Fujian, una provincia del sureste de la China continental, disparó rondas de fuego real hacia una zona objetivo al norte de la isla, con zonas de impacto dispersas alrededor de la línea a 44 kilómetros (24 millas náuticas) de su costa.
El ministro taiwanés de Defensa, Wellington Koo, indicó que las acciones de las tropas chinas son altamente provocadoras, socavan la estabilidad regional y representan amenazas de seguridad y perturbaciones para los barcos que navegan por la zona, la actividad comercial y las rutas aéreas.
Aunque Beijing envía aviones de guerra y buques de la Armada hacia la isla casi a diario, la magnitud de estas maniobras agravó la tensión entre ambas partes. China ha prometido tomar la isla, por la fuerza si fuese necesario.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Zhang Xiaogang, manifestó que los ejercicios sirvieron como una firme advertencia a las fuerzas separatistas "independentistas de Taiwán" y a las fuerzas externas, aunque no nombró a ningún país.
Además, criticó al gobierno de Lai por lo que calificó de complacencia con fuerzas externas y búsqueda de la independencia, diciendo que esa es la causa fundamental de la alteración del statu quo en el estrecho y de la escalada de tensiones.
La semana pasada, Beijing impuso sanciones contra 20 empresas estadounidenses relacionadas con la defensa y a 10 ejecutivos tras el anuncio de Washington de que venderá armas a gran escala a Taiwán valoradas en más de 10.000 millones de dólares. Esas operaciones aún deben recibir el visto bueno del Congreso estadounidense.
De acuerdo con sus leyes, Estados Unidos está obligado a asistir a Taipéi en cuestiones de defensa, un punto que se ha vuelto cada vez más polémico con China a lo largo de los años.
Beijing critica a Tokio
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes que, aunque no fue informado de las maniobras militares con antelación, no le preocupaban especialmente, presumió de su "gran relación" con su homólogo chino, Xi Jinping, y sugirió que no creía que Xi fuera a atacar Taiwán.
La situación de Taiwán también intensificó las tensiones entre China y Japón. Beijing ha expresado su malestar por una declaración de la primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, en la que afirmó que su ejército podría involucrarse si China toma medidas contra la isla democráticamente gobernada. En el gigante asiático sigue existiendo una desconfianza generalizada hacia Tokio que se remonta varias generaciones, cuando el Japón imperial tomó brutalmente partes del país en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, criticó tanto a Japón como alas "fuerzas independentistas en Taiwán".
"Japón, que lanzó la guerra de agresión contra China, no solo no reflexiona profundamente sobre los numerosos crímenes que cometió, sino que sus actuales líderes también desafían abiertamente la soberanía territorial de China, las conclusiones históricas de la Segunda Guerra Mundial y el orden internacional de posguerra", manifestó Wang, añadiendo que Beijing "debe estar muy alerta ante el resurgimiento del militarismo japonés".
China y Taiwán se gobiernan por separado desde 1949, cuando el Partido Comunista llegó al poder en Beijing tras una guerra civil. Las fuerzas del derrotado Partido Nacionalista huyeron a la isla, que más tarde pasó de la ley marcial a una democracia multipartidista.

