RODEADA DE ALIADOS, CHINA MUESTRA SU LIDERAZGO A TRUMP Y AL MUNDO

“Un arsenal de 600 ojivas nucleares que aumenta a un ritmo de 100 al año”.

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Revitaliza su economía; engrosa su ejército; incrementa sus capacidades disuasorias; y se convierte en férreo competidor de Estados Unidos en cuanto a exportación de armamento.

Ante las amenazas arancelarias China muestra no solo su liderazgo económico, sino también su potente rearme militar: su presidente, Xi Jinping, inició septiembre evidenciando músculo geopolítico y geoeconómico, rodeado además de sus incondicionales aliados de Rusia y Corea del Norte, al tiempo que limó asperezas con India en busca de una nueva era de crecimiento comercial: todos están hartos de Donald Trump.

Mientras la estrategia desde la Casa Blanca pasa por utilizar los aranceles como un arma de chantaje, presión y castigo global, la que se enarbola desde Zhongnanhai, sede del palacio de gobierno chino, habla de una nueva disyuntiva histórica: o guerra o paz.

El tremendo arsenal bélico que presumió el mandatario chino durante la conmemoración del 80 aniversario de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial evidenció que para el gigante asiático la seguridad y la defensa pasaron de un segundo plano a ser un cuadrángulo estratégico que revitaliza su economía; engrosa su ejército; incrementa sus capacidades disuasorias; y se convierte en férreo competidor de Estados Unidos en cuanto a exportación de armamento.

Tiene tamaño poblacional para ello: con mil 420 millones de chinos, la meta es que su ejército supere los dos millones de soldados y duplique el número de reservistas; también tiene el potencial económico, aunque este año, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) su Producto Interno Bruto (PIB) no superará 5% de crecimiento. Las perspectivas son de 4.8 por ciento.

Posee además tierras raras y unas multinacionales muy consolidadas en nuevas tecnologías; sigue dando pasos relevantes en Inteligencia Artificial (IA) y ahora también detona a su industria armamentística.

Va siguiendo la misma senda que le ha mostrado Corea del Norte, especializándose en potentes misiles balísticos de mediano y largo alcance, capaces de llegar hasta Washington o más lejos.

Flanqueado por el líder ruso, Vladimir Putin, y Kim Jong-un, de Corea del Norte, el Jinping presidió un pulcro desfile militar diseñado para proyectar poderío militar e influencia geoestratégica.

“Hoy la humanidad se enfrenta a la elección de la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación, el beneficio mutuo o la suma cero. China está en el lado correcto de la historia”, declaró el líder chino mientras lucía un traje al estilo de Mao Zedong.

En el desfile dejó a todos sin aliento el arsenal bélico: drones submarinos; tanques de última generación; armas láser y decenas de misiles balísticos nucleares, entre estos la nueva joya de la corona: el nuevo misil nuclear DF-5C, que tiene un alcance de 20 mil kilómetros.

El South China Morning Post refirió que este misil es la versión moderna y mejorada de los misiles Dongfeng-5 y está diseñado en dos etapas para atacar cualquier parte del planeta, además de que es capaz de transportar hasta diez ojivas independientes.Aliados interesados

Después de pasar revista en un carro descapotable, el mandatario chino volvió al atril en la Plaza de Tiananmén para observar el resto del despliegue militar acompañado por Putin y Kim Jong-un en una demostración de la fuerte sintonía que hay entre ellos. Todos se hablan entre sí como “muy queridos amigos”.

Y es que Rusia y Corea del Norte orbitan, económicamente hablando, alrededor de China: la economía norcoreana, cuyo régimen se disputa en la actualidad ser uno de los más severos y cerrados del mundo, junto con el de los talibanes en Afganistán, no se ha derrumbado gracias a Beijing.

En ese aislamiento el régimen norcoreano también entabla un mayor acercamiento con Rusia a raíz de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, desde el 24 de febrero de 2022.

El Kremlin estaría pagando con petróleo y gas rusos, a precios bajos, la ayuda suministrada por Corea del Norte, que no solo le provee cientos de inexpertos y jovencísimos soldados norcoreanos para que mueran en nombre de la guerra de Putin, sino también armamento. El Servicio de Inteligencia Nacional de Corea del Sur recientemente reveló que ya habrían muerto dos mil soldados norcoreanos.

Además, Kim Jong-un ha dedicado doce años a pertrechar con más y más misiles a su país, que además posee tecnología para la bomba atómica. La venta de misiles norcoreanos a Rusia por debajo de su precio le ha permitido al Kremlin disponer de arsenal de forma rápida y económica.

De acuerdo con NK Insights entre junio del año pasado y febrero de 2025 habrían salido seis mil 500 contenedores desde Corea del Norte cargados con aproximadamente 400 mil lanzacohetes, 200 mil cohetes Grad y 500 mil municiones de artillería. Todo con un valor aproximado de 32 mil 500 millones de dólares.

Y Xi también es un aliado fundamental en este engranaje a tres: en todo momento le ha tendido la mano a Putin. Lo ha sostenido a lo largo de casi cuatro años de invasión y de sanciones, permitiendo además que el comercio bilateral se expanda de mayor manera, eso sí, beneficiándose del gas y el petróleo rusos también a precios preferenciales.

Hay medios de comunicación europeos, como la BBC, The Guardian o Le Fígaro, que señalan que China está “hinchándose” de petróleo ruso, favoreciendo además sus reservas que estarían camino de máximos históricos. The Economist estima que el petróleo ruso significa 30% de las reservas chinas.

Mucho de fondo

Para esta ceremonia Xi se rodeó de Putin y Kim Jong-un. Para diversos expertos internacionales es más que una declaración de intenciones: se trata de una clara advertencia para Washington y el resto de países occidentales. “China es imparable”, repitió incesantemente el líder chino con un rostro jovial.

Dan Sabbagh, editor de temas de defensa y seguridad del periódico The Guardian, escribió al respecto que no fue un intento sutil de proyectar poder: “China mostró armas nucleares lanzadas por aire, mar y tierra; una tríada destinada a demostrar que la aspiración a largo plazo de Beijing es igualar el poderío militar de Estados Unidos”.

El periodista británico hizo notar además que el arsenal nuclear de China crece más rápido que el de cualquier otro país: tiene un estimado de 600 ojivas, que aumenta a un ritmo de 100 al año, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

“Su objetivo es llegar a mil 500 para 2035, según Washington, aunque incluso en ese momento el arsenal de Beijing sería más pequeño que el de Estados Unidos o Rusia, que tienen más de cinco mil ojivas en sus existencias. Sin embargo, tal es el poder destructivo de las armas nucleares, que un puñado de ojivas podría matar a cientos de miles o más”, señaló Sabbagh.

Los medios de comunicación europeos se han hecho eco de todos y cada uno de los movimientos, gestos, declaraciones y la complicidad mostrada entre Xi, Putin y Kim. “Una amenaza para Occidente”.

Ni un ápice de los guiños se perdieron las páginas de los medios británicos, franceses, alemanes e italianos, que mostraron las sonrisas del norcoreano y su mirada de lince mientras prometía al ruso enviarle más y más soldados. “Cuenta con ello”.

Por su lado, el columnista de asuntos internacionales Simon Tisdall abordó con singularidad este gran evento destacando primordialmente la reacción del presidente de EU, Donald Trump, quien unas semanas atrás intentó su propio desfile militar al estilo de las autocracias, pero se quedó en algo casi de comedia.

“Esta muestra de solidaridad y fuerza (se quejó Trump) era nada menos que un intento de conspirar contra Estados Unidos. A Trump le gustan los desfiles militares, es decir, los suyos. Más aún, le gusta estar en el podio, en el centro de atención… Se presenta a sí mismo como el número uno del mundo”, escribió Tisdall.

Las imágenes que salieron de la capital china esta semana es un desafío para EU en tres aspectos: 1) China es una nación orgullosa que no se dejará intimidar, como lo demostró el triunvirato de Beijing; 2) hay un rápido avance de China hacia la paridad militar global con Washington; y, 3) Xi proyecta el futuro papel de liderazgo global de China.

“Lo más preocupante para la marina estadunidense que patrulla el Pacífico occidental fue la presentación de misiles hipersónicos, con capacidad nuclear y de largo alcance y drones submarinos”, destacó el periodista.

Hacer las paces con India

Antes de las conmemoraciones militares, en Beijing se celebró la 25 conferencia anual de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), donde sobraron sonrisas, cordialidad y hasta fotos con viajes inusuales: el diario New York Times lo abordó como “la diplomacia en limusina de Putin”, al difundir que este se ofreció a “darle un ride” en su flamante limusina al mandatario norcoreano y, luego, al primer ministro de India, Narendra Modi.

En la cumbre de la OCS fue especialmente relevante el acercamiento entre India y China, que llevan años de rivalidad y también de conflictos fronterizos, con escaramuzas que dejan muertos de uno y de otro lado de la frontera que comparten en el Himalaya.

El acercamiento propiciado por Modi aconteció en medio de su rabia por los aranceles de 50% impuestos por Trump contra India como represalia por comprar petróleo y gas baratos de Rusia y violar las sanciones occidentales. Está tan indignado el premier indio, que no ha querido tomarle la llamada telefónica a Trump.

Modi defiende, como es natural, el derecho soberano de su nación para decidir con quién hacer negocios, inversiones y comercio. La presencia de Modi en la OCS resultó un dardo envenenado para la Casa Blanca.

“En los últimos años la OCS ha desempeñado un papel muy importante en la conexión de la familia extendida de toda la región euroasiática. India siempre ha tenido un papel constructivo y positivo como miembro activo; el pensamiento y la política de India hacia la OCS se basan en tres pilares principales: S de Seguridad; C de Conectividad y O de Oportunidad”, declaró Modi durante su discurso en dicho evento.

El premier indio sabe que el tren del progreso pasa por China y sus inversiones con la Nueva Ruta de la Seda. Durante su participación en la OCS indicó que su país trabaja en iniciativas como el puerto de Chabahar y el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur con la finalidad de aumentar la conectividad con Afganistán y Asia Central.

Asimismo, propuso crear un Foro de Diálogo de Civilizaciones bajo la OCS para “compartir con nuestras antiguas civilizaciones, arte, literatura y tradiciones en una plataforma global”.

En presencia de António Guterres, titular de Naciones Unidas (ONU), el premier indio pidió que la ONU con motivo de su 80 aniversario inicie un inminente camino de reformas. “Hay unanimidad”.

Así, el Sur Global se presenta como un nuevo polo de poder ante EU y las economías occidentales y sus instituciones. La única economía que había venido creciendo a tasas superiores a 7% en la etapa posterior a la pandemia era India… hasta que volvió Trump a la Casa Blanca. Antes de los nuevos aranceles de 50% la previsión del FMI para India era de un crecimiento de 6.4% este año y también para 2026. Ahora habrá que revisar el escenario a la baja.

¿Qué acordaron China e India en la OSC? Como principales partes interesadas en el comercio y las finanzas mundiales se comprometieron a trabajar juntos para lograr sistemas de gobernanza más equitativos.

Acelerarán los intercambios culturales y las visas para estudiantes, así como establecerán nuevos vuelos comerciales entre ambas capitales.

Los dos líderes recalcaron el concepto de un siglo asiático sugiriendo una visión compartida para el resurgimiento de la región en el escenario global.

Juegos de poder

Vladimir Putin y Xi Jinping lograron un acuerdo con el que Donald Trump también ha querido seducir al líder ruso: en el pasado encuentro en la base militar de Elmendorf-Richardson el presidente norteamericano llegó a proponer al líder ruso una serie de negocios entre EU y Rusia, como la explotación de las tierras raras o la construcción de importantes infraestructuras energéticas, uniendo a ambos países a través del Estrecho de Bering.

Sin convenirse nada al respecto, el anuncio más rimbombante lo dan a conocer ahora, pero desde Beijing: China y Rusia construirán el tan esperado gasoducto Power of Siberia 2 a través de Mongolia.

Es un golpe de efecto diplomático muy relevante para la figura del mandatario ruso, siempre celoso del poderío económico chino, y que ha salido reforzada como una pieza clave en geopolítica. En menos de un mes Putin se ha reunido con los dos máximos representantes del poder económico global: con Trump el pasado 15 de agosto y con el presidente de China el 31.

¿Putin y Xi eternos?

Los dos superan los 70 años de edad y parecería que el tiempo no pasa por ellos: Vladimir Putin cumplirá en octubre próximo 73, mientras que en junio pasado Xi Jinping celebró su 72 cumpleaños.

De acuerdo con CNN un micrófono abierto captó parte de la conversación entre Putin y Xi sobre longevidad, inmortalidad y trasplante de órganos mientras caminaban acompañados por el norcoreano Kim Jong-un en la Plaza de Tiananmén.

El mandatario chino, cuenta CNN, llegó a decirle a su homólogo ruso que “hoy a los 70 años la gente sigue siendo joven” y aseveró que gracias a la ciencia habrá posibilidad de vivir hasta los 150 años.

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