JOHANNESBURGO, a 23 de noviembre. La cumbre del Grupo de los 20 en Sudáfrica concluyó este domingo con la notable ausencia de Estados Unidos, el próximo país en liderar el bloque, luego que el gobierno del presidente Donald Trump boicoteara los dos días de conversaciones que involucraban a líderes de las economías más ricas y principales economías en desarrollo del mundo.
Eñ presidente sudafricano Cyril Ramaphosa declaró clausurada la cumbre en Johannesburgo golpeando un mazo de madera sobre un bloque como lo haría un juez, en una tradición del G20. El mazo normalmente se entrega al líder del próximo país que ostentará la presidencia rotativa, pero ningún funcionario estadounidense estuvo presente para recibirlo.
La economía más grande del mundo boicoteó una cumbre destinada a reunir a naciones ricas y en desarrollo debido a las afirmaciones de Trump de que Sudáfrica persigue violentamente a su minoría blanca afrikáner.
En una decisión de último minuto, la Casa Blanca dijo que tenía la intención de que un funcionario de su embajada en Sudáfrica asistiera a la entrega del mazo. Pero Sudáfrica se negó, diciendo que era un insulto que Ramaphosa lo entregara a un funcionario de embajada de menor rango. Al final, ninguna delegación estadounidense fue acreditada para la cumbre, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudáfrica.
Sudáfrica anunció que la entrega ocurrirá más tarde, posiblemente en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Trump ha dicho que Estados Unidos organizará la cumbre del próximo año en su club de golf en Doral, Florida.
“Este mazo de esta cumbre del G20 clausura formalmente el encuentro y ahora pasa al próximo presidente del G20, que es Estados Unidos, donde nos volveremos a ver el próximo año”, dijo Ramaphosa al cerrar la cumbre, sin hacer referencia en su discurso a la ausencia estadounidense.
Ruptura con la tradiciónLa primera cumbre del G20 en África también rompió con la tradición el sábado al emitir una declaración de líderes el día de apertura de las conversaciones, cuando las declaraciones generalmente se emiten al final de la cumbre.
La declaración fue significativa ya que se produjo frente a la oposición de Estados Unidos, que durante meses ha sido crítico de una agenda sudafricana para el grupo que se centró en gran medida en el cambio climático y la desigualdad de riqueza global, enfoques que el gobierno de Trump despreció. Argentina informó que también se opuso a la declaración después que su presidente Javier Milei, aliado de Trump, también se ausentara de la cumbre.
Otras naciones del G20, incluidas China, Rusia, Francia, Alemania, el Reino Unido, Japón y Canadá, respaldaron la declaración, que pedía más atención global a cuestiones que afectan específicamente a los países pobres, como la necesidad de ayuda financiera para sus esfuerzos de recuperación después de desastres climáticos, encontrar formas de aliviar sus niveles de deuda y apoyar su transición a fuentes de energía verde.
“Sudáfrica ha utilizado esta presidencia para colocar las prioridades de África y el Sur Global firmemente en el corazón de la agenda del G20”, resaltó Ramaphosa.
Después de su discurso, Ramaphosa fue abrazado y felicitado por otros mandatarios por albergar una cumbre en gran medida ensombrecida por el boicot de Estados Unidos, y se le escuchó en un momento de micrófono abierto que no estaba destinado a ser transmitido diciendo: “No fue fácil”.
El G20 está "luchando"Sudáfrica defendió su declaración del G20 como una victoria para la cumbre y para la cooperación internacional frente a la política exterior de “Estados Unidos primero” del gobierno de Trump. Sin embargo, las declaraciones del G20 son acuerdos generales que no son vinculantes, y su impacto a largo plazo ha sido cuestionado.
Además, aunque la declaración incluyó muchas de las prioridades de Sudáfrica, algunas propuestas concretas no llegaron al documento final. No se mencionó un nuevo panel internacional sobre desigualdad de riqueza, similar al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático designado por Naciones Unidas, que Sudáfrica y otros habían solicitado.
El G20 se formó en 1999 en respuesta a la crisis financiera asiática y está compuesto por 19 economías ricas y en desarrollo, la Unión Europea y la Unión Africana, pero algunos han cuestionado su efectividad para ayudar a resolver las crisis globales más prominentes, como la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Oriente Medio.
La declaración de 122 puntos de Johannesburgo hizo sólo una referencia a Ucrania en un llamado general para el fin de los conflictos globales y la cumbre parecía no haber hecho diferencia en la guerra de casi cuatro años, incluso cuando mandatarios o delegaciones de alto nivel de todas las principales naciones europeas, la UE y Rusia se sentaron en la misma sala para la reunión del G20.

