Tallahassee, Florida, EU, 14 de agosto. La administración del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, se está preparando para abrir un segundo centro de detención de inmigrantes en una prisión estatal en el norte de Florida, mientras un juez federal decide el destino del centro de detención de inmigrantes del estado en una pista de aterrizaje aislada en los Everglades de Florida, apodada “Alcatraz de los caimanes”.
DeSantis anunció que la nueva instalación estará ubicada en la Institución Correccional de Baker, una prisión estatal a unos 69 kilómetros (43 millas) al oeste del centro de Jacksonville. Se espera que tenga mil 300 camas para la detención de inmigrantes, aunque esa capacidad podría ampliarse a dos mil, según funcionarios estatales.
Después de abrir la instalación de los Everglades el mes pasado, DeSantis justificó la apertura del segundo centro de detención, apodado “Depósito de Deportación” por el estado, diciendo que el gobierno del presidente Donald Trump necesita la capacidad adicional para detener y deportar a más inmigrantes.
“Hay una demanda para esto”, afirmó DeSantis. “Estoy seguro de que se llenará".
El gobernador destacó la relativa facilidad y economía de establecer la instalación del norte en una prisión preexistente, estimando que el costo de construcción será de seis millones de dólares. Eso contrasta con los cientos de millones de dólares que el estado ha comprometido para construir la vasta red de tiendas de campaña y remolques en la instalación del sur en el pantano remoto y accidentado de Florida.
“Esta parte de la instalación no está siendo utilizada en este momento para los prisioneros estatales. Simplemente nos da la capacidad de intervenir, ponerla en funcionamiento rápidamente, ponerla en funcionamiento de manera económica”, dijo DeSantis sobre la prisión estatal, llamando al sitio “listo para usar”.
Podría tomar de dos a tres semanas poner la instalación en funcionamiento, según Kevin Guthrie, el director de la División de Manejo de Emergencias de Florida, la agencia a cargo de construir las instalaciones de inmigración.
DeSantis prometió que, en la nueva instalación, los detenidos contarán con “los mismos servicios” que están disponibles en el primer centro de detención del estado.
Los abogados de los detenidos en la instalación de los Everglades han calificado las condiciones allí como deplorables, escribiendo en un documento judicial que algunos detenidos están mostrando síntomas de COVID-19 sin ser separados de la población general. El agua de lluvia inunda sus tiendas de campaña y los agentes van de celda en celda presionando a los detenidos para que firmen órdenes de remoción voluntaria antes que se les permita consultar a sus abogados.