Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 16 de julio. Estados Unidos envió a cinco migrantes, a los que describe como criminales “bárbaros”, a la nación africana de Eswatini, en una expansión del programa de deportación a terceros países, en gran parte secreto, del gobierno del presidente Donald Trump, informó el Departamento de Seguridad Nacional.
Estados Unidos deportó a ocho hombres a Sudán del Sur, otro país africano, después de que la Corte Suprema levantara las restricciones para enviar personas a países con los que no tienen vínculos. El gobierno de Sudán del Sur se ha negado a decir dónde están esos hombres, también descritos como criminales violentos, tras tomarlos bajo custodia hace casi dos semanas.
En una publicación hecha por la noche en X, la secretaria adjunta de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, señaló que los cinco hombres enviados a Esuatini, quienes son ciudadanos de Vietnam, Jamaica, Cuba, Yemen y Laos, habían llegado en un avión, pero no especificó cuándo ni dónde.
Afirmó que todos eran criminales convictos e “individuos tan singularmente bárbaros que sus países de origen se negaron a recibirlos de vuelta”.
Los hombres “han aterrorizado a las comunidades estadunidenses” pero ahora están “fuera del suelo estadunidense”, añadió.
McLaughlin manifestó que los hombres habían sido condenados por delitos que incluían asesinato y violación infantil, y que uno era un pandillero “confirmado”. Sus publicaciones en redes sociales incluían fotos de fichas policiales de los hombres y lo que, afirmó, eran sus antecedentes penales y sentencias. No fueron identificados por su nombre.
No se sabe si los hombres fueron deportados desde prisión o si fueron detenidos en operaciones de inmigración, y hasta el momento, ni el Departamento de Seguridad Nacional ni el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (DHS e ICE, respectivamente, por sus siglas en inglés) han respondido a solicitudes de aclaración.
Cuatro de los cinco países de donde son originarios los hombres han sido históricamente reacios a recibir de vuelta a algunos ciudadanos cuando son deportados de Estados Unidos. Ese problema ha sido recurrente para el Departamento de Seguridad Nacional incluso antes del mandato de Trump. Algunos países se niegan a recibir de vuelta a cualquiera de sus ciudadanos, mientras que otros no aceptan a personas que han cometido delitos en Estados Unidos.
Al igual que en Sudán del Sur, las autoridades de Esuatini no han comentado sobre algún acuerdo para aceptar deportados de terceros países o qué sucedería con ellos en ese país. Grupos cívicos del país africano expresaron preocupaciones sobre el secretismo de un gobierno acusado durante mucho tiempo de reprimir los derechos humanos.
“Ha habido una notable falta de comunicación oficial por parte del gobierno de Esuatini respecto a cualquier acuerdo o entendimiento con Estados Unidos para aceptar a estos deportados”, indicó Ingiphile Dlamini, portavoz del grupo prodemocracia SWALIMO, en un comunicado enviado a la agencia The Associated Press.
Se ignora si los hombres se encuentran retenidos en un centro de detención, cuál es su estatus legal o cuáles eran los planes de Esuatini para ellos, agregó.