DONALD TRUMP CEDE ANTE CHINA Y SE REFUGIA EN ORIENTE MEDIO

“El acuerdo con China no es tal: EU simplemente ha cedido”.

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Los aranceles de Trump calientan los precios en la Unión Americana y si bajan las tasas de interés la gente podrá endeudarse a precios más baratos y, por ende, comprar más: pero eso alienta a la inflación.

China reactivó su pedido a Estados Unidos de aviones Boeing que canceló en abril, en su primera reacción al resultado positivo de las conversaciones llevadas a cabo en Suiza entre los equipos negociadores de Beijing y Washington para rebajar la tensión creada a raíz del recrudecimiento de la guerra comercial.

Fue una victoria para el gobierno del presidente Xi Jinping, un pulso arancelario que la economía norteamericana no estaba en posibilidades de sostener: el gobierno de Donald Trump llegó a imponer aranceles recíprocos de 145% a los bienes chinos y en consonancia China gravó los productos norteamericanos con aranceles recíprocos de 125 por ciento.

En una medida transversal, el mandatario chino ordenó detener la venta de tierras raras a EU y paralizó las compras de 45 aviones comerciales Boeing, mientras la compañía norteamericana se desplomaba más de 3% en Wall Street.

Si en 2018 China fue más moderada para responder a Trump en su primera andanada de guerra comercial, en esta ocasión adoptó una política mucho más agresiva. Su respuesta fue contundente.

No se puede ganar una guerra comercial con China, advirtió Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China en España; y recalcó que el gobierno chino ha venido preparándose para la vuelta de Trump al poder y para una segunda ola arancelaria. “China defenderá sus intereses”.

En el mismo sentido, Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional, manifestó lo fácil que es perder una guerra comercial y más si es contra China.

“China es la que tiene un dominio de escalada en esta guerra comercial. Estados Unidos obtiene bienes vitales de China que no pueden ser reemplazados en el corto plazo o fabricados en casa a un costo menor que el prohibitivo. Reducir esa dependencia de China puede ser una razón para actuar, pero luchar en la guerra actual antes de hacerlo es una receta para una derrota casi segura, a un costo enorme”, opinó Posen.

Para este destacado economista de Harvard lo único que le aguarda a los habitantes de la Unión Americana es escasez como resultado de la guerra comercial, que por el momento queda suspendida por un lapso de 90 días entre EU y China en el renglón de los llamados aranceles recíprocos.

Distorsiones

La Unión Americana bajará los aranceles recíprocos de 145 a 30% para los productos chinos y China los reducirá de 125 a 10 por ciento.

En los cuatro meses de gobierno de Trump se han provocado sendas distorsiones en el comercio mundial; algunos corporativos en Europa o incluso en Asia adelantaron desde finales del año pasado por varios meses sus volúmenes de exportaciones anticipándose a la estrategia arancelaria que seguiría el nuevo gobierno en la Casa Blanca.

Algunos cubrieron tres meses o máximo hasta seis meses de sus exportaciones y ya han visto la magnitud del desastre comercial provocado por el nuevo gobierno de EU; resta ahora cubrir el tercer y cuarto trimestres del año con los pedidos en la mesa.

Trump ha decidido dar un impasse de 90 días. Su movimiento se interpreta aquí en Europa como una forma de ceder ante la presión de Beijing y, además, está la propia demanda interna en EU; los meses por venir son marcadamente los de mayor consumo y la escasez no puede hacer mella en días estelares como el Black Friday.

“Los países con déficits comerciales globales, como Estados Unidos, gastan más de lo que ahorran. En las guerras comerciales renuncian o reducen el suministro de cosas que necesitan, ya que los aranceles hacen que cuesten más. En consecuencia, el impacto se siente en industrias, lugares u hogares específicos que enfrentan escasez, a veces de artículos necesarios, algunos de los cuales son irremplazables a corto plazo”, de acuerdo con Posen.

Este intervalo de tres meses que se han dado EU y China en medio de conversaciones que deberán continuar entre los equipos, Trump lo justifica como una intención de su gobierno de no perjudicar a Beijing.

“China estaba siendo lastimada muy mal. Estaban cerrando fábricas. Estaban teniendo muchos disturbios y yo los he visto muy felices porque les hemos propuesto una tregua comercial”, afirmó el mandatario estadunidense.

Pesadilla

Posen tiene una postura contraria a la de Trump y sostiene que es la economía de EU la que sufrirá enormemente en una guerra comercial a gran escala con China y prolongada en el tiempo.

“De hecho, la economía estadunidense sufrirá más que la economía china. Y el sufrimiento solo aumentará en Estados Unidos si se intensifica. La administración Trump puede pensar que está actuando con dureza, pero en realidad está poniendo a la economía estadunidense a merced de la escalada china”, indicó el experto.

En un análisis publicado en Foreign Affairs, Posen explicó el riesgo enorme que tiene la economía norteamericana si prevalece la guerra arancelaria con el gigante asiático: “Estados Unidos enfrentará escasez de insumos críticos que van desde los ingredientes básicos de la mayoría de los productos farmacéuticos hasta los semiconductores utilizados en automóviles y electrodomésticos, pasando por minerales críticos, necesarios para los procesos industriales, incluidos igualmente en la producción de armas”.

En una primera fase de la guerra arancelaria, el golpe inicial se resiente en la microeconomía, pero después pasa a afectar a la macroeconomía, un efecto que Posen aborda con claridad: “El choque de la oferta por reducir drásticamente o reducir a cero las importaciones de China, como Trump pretende querer lograr, significaría una estanflación, la pesadilla macroeconómica vista en la década de 1970 y durante la pandemia, cuando la economía se contrajo y la inflación aumentó simultáneamente. Es una situación que puede estar más cerca de lo que muchos piensan. A la Reserva Federal y a los responsables de la política fiscal solo les quedan opciones terribles y pocas posibilidades de evitar el desempleo, excepto aumentando aún más la inflación”.

Respecto de la tregua temporal Andrew Wilson, director de Política Global de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), declaró que el acuerdo permitirá levantar la nube de incertidumbre en materia de política comercial que sigue pesando sobre la inversión, la contratación y la demanda en todo el mundo.

¿A qué acuerdo han llegado los equipos negociadores de China y EU? Los aranceles recíprocos han quedado suspendidos: EU baja los suyos a 30% y China los reduce a 10%. No obstante, siguen vigentes los aranceles adicionales de 20% que la Casa Blanca impuso a Beijing para presionar en el comercio ilegal del fentanilo. También están vigentes los aranceles preexistentes sobre el acero y los automóviles.

El Ministerio de Comercio de China declaró que la suspensión temporal de los aranceles recíprocos son un primer paso relevante para resolver las diferencias mutuas en aras de profundizar el camino de la cooperación.

Por su lado, Matthew Shay, presidente de la Federación Nacional de Minoristas en EU (NRF, por sus siglas en inglés), dijo que se sentía alentado por las negociaciones constructivas: “Esta pausa temporal es un primer paso crítico para proporcionar un alivio a corto plazo para los minoristas y otras empresas que están en medio de pedidos de mercancías para su campaña de otoño e invierno”.

Miedo a la estanflación

El más reciente reporte del Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró que durante el mes de abril la inflación en EU se moderó y tuvo un descenso de una décima respecto de marzo. De forma interanual se ubicó en 2.3%, de acuerdo con información del Buró de Estadísticas Laborales.

Es un dato mejor de lo esperado en momentos en que los economistas advierten de una estanflación en la economía norteamericana. El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reajustó sus expectativas de Producto Interno Bruto (PIB) para el mundo, rebajando cuatro décimas sus perspectivas, pasando el PIB mundial de 3.2 a 2.8% esperado para este año.

Para la economía norteamericana el organismo internacional modificó también sus perspectivas: le restó cuatro décimas a sus estimaciones, reajustando el PIB de 2.2 a 1.8% para 2025.

El año pasado la inflación en EU cerró en 2.9% y el PIB en 2.8%. La Reserva Federal tiene como objetivo reducir la inflación a 2%, pero el escenario es complejo porque aranceles más altos solo encarecen más los productos para los consumidores.

La mayoría de los economistas de prestigiosas universidades, como Harvard y Yale, han recomendado a Trump detener la guerra arancelaria ante el temor de llevar a la economía norteamericana a una recesión con inflación alta.

Los aranceles de Trump solo sirven para calentar los precios y si bajan las tasas de interés la gente podrá endeudarse a precios más baratos y, por ende, comprar más. Eso alienta más a la inflación. Una inflación en EU de 4% este año, con un PIB de 1.8%, es una estanflación que causará muchos trastornos internos en la macroeconomía y causará destrucción de empleo y quiebra de empresas en la microeconomía.

En un estudio reciente el Bank of America advierte que la economía norteamericana languidece mientras los inversores dejan sus posiciones en EU para refugiarse en Europa y Japón.

“En abril pasado, los inversores retiraron ocho mil 900 millones de dólares de acciones estadunidenses y enviaron siete mil 800 millones de dólares a acciones extranjeras”, según el organismo privado.

Mercados

Pero la intranquilidad reina igualmente en otros mercados, como el de los bonos del Tesoro norteamericano, cuya situación lleva varias semanas dando voces de alerta sobre fuga de capitales, venta de activos y reducción de posiciones extranjeras en los bonos de mediano y de largo plazo.

“Por cada entrada de 100 dólares en las acciones estadunidenses, desde las elecciones presidenciales de 2024 han salido cinco dólares en las últimas tres semanas”, señalaron desde Bank of America.

A su vez, Wall Street indica que la renta variable europea registró una entrada de tres mil 400 millones de dólares en acciones y la renta variable japonesa también se benefició de cuatro mil 400 millones de dólares en diversas empresas que conforman el índice Nikkei. “La mayor preocupación está en las ventas que siguen registrando los bonos del Tesoro de EU”.

Bank of America también reveló que sus clientes privados, que en conjunto tienen 3.7 billones de dólares en activos, han comenzado a mostrar inquietud por los riesgos de deflación en la economía norteamericana.

Hay temor frente al comportamiento de los precios. Recientemente, la cadena Walmart, el minorista más grande del mundo, alertó que no es inmune a los aranceles y que ya está subiendo precios en varios artículos.

“Haremos todo para mantener nuestros precios lo más bajos posible, pero dada la magnitud de los aranceles, incluso en los niveles reducidos anunciados por China y EU en esta tregua de 90 días, no podemos absorber toda la presión dada la realidad de los estrechos márgenes minoristas”, afirmó Doug McMillon, presidente ejecutivo de la cadena comercial.

Si bien 60% de los alimentos que vende Walmart son de origen estadunidense, muchos otros bienes no perecederos son importados fundamentalmente de China. “Los aranceles ya han encarecido colchones, juguetes, aparatos electrodomésticos y otros productos”.

El investigador de la Universidad de Georgetown, Abraham Newman, destacó que EU está en una posición de debilidad en la ronda de negociaciones arancelarias debido al peso del mercado de bonos.

“El mercado de bonos ya ha señalado que no soportará el costo de estos aranceles más elevados… Las consecuencias para Estados Unidos de haber impuesto aranceles superiores a 100% eran demasiado elevadas: los puertos se estaban vaciando y las familias estadunidenses podrían haberse visto realmente obligadas a privar a sus hijos de regalos en la próxima Navidad. El acuerdo anunciado con China no es tal: Estados Unidos simplemente ha cedido”, escribió Newman en un artículo publicado en el Grand Continent

Acuerdos millonarios en Oriente Medio

Como resultado de su visita a Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, el presidente de EU logró cerrar sendos acuerdos de inversión favorables para la Unión Americana.

Qatar, por ejemplo, invertirá diez mil millones de dólares en instalaciones militares de EU. Los dos países lograron un acuerdo para inversiones entre ambos por valor de más de 243 mil 500 millones de dólares.

Arabia Saudita acordó inversiones por 600 mil millones de dólares y se firmaron 145 acuerdos adicionales por valor de más de 300 mil millones de dólares. Se cerró un acuerdo de 142 mil millones de dólares para que los saudíes compren equipos y servicios militares de más de una docena de empresas de defensa norteamericanas.

Con Emiratos Árabes Unidos signaron un proyecto denominado Asociación de Infraestructura de IA con inversiones previstas por 100 mil millones de dólares y la creación en EU de 20 mil puestos de trabajo. Se firmó el compromiso de un marco de inversión de Emiratos Árabes Unidos por 1.4 billones de dólares a diez años para desarrollar en diversas partes de EU.

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