“Si esperamos a que los políticos se pongan de acuerdo el cambio será nunca. No cuenten con los políticos para arreglar nada: ustedes lo tendrán que hacer solos”, advirtió el fundador y presidente de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, al dar la bienvenida a un grupo de 21 dreamers mexicanos que visitan la capital del país.
Se trata de un grupo de jóvenes originarios de distintas regiones de la República como Puebla, Guerrero, Oaxaca, Morelos, Ciudad de México y Michoacán, entre otras entidades donde nacieron pero no crecieron porque sus padres los llevaron desde niños a radicar en Estados Unidos.
En el evento organizado para darles la bienvenida los dreamers compartieron sus historias, los retos y las adversidades que enfrentan como migrantes mexicanos ilegales en EU, aunque son beneficiarios del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), una política migratoria que les permite estudiar o trabajar de forma legal en el vecino país del norte.
Los dreamers están en la CDMX por iniciativa del Instituto de Estudios Mexicanos (IEM) de la Universidad de Nueva York, en colaboración con el Centro Ricardo B. Salinas Pliego a través de Kybernus y Arte & Cultura, así como las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) Mixteca y La Colmena.
José Higuera López, director interino del IEM, dijo que “organizamos este viaje con estudiantes y personas de la comunidad que tienen estatus DACA. Es muy importante para nosotros realizar estas actividades, pues para que ellos puedan salir del país debe existir una razón académica, humanitaria o de trabajo. Y como técnicamente son indocumentados aunque tengan el permiso DACA, se les otorga un permiso especial que tiene un término horrible al que llaman ‘libertad condicional’”.
Debido a ello, explica, “la única manera en que podemos hacer este tipo de viajes es con apoyos como el que brindan Grupo Salinas y algunas instituciones académicas para poder realizar este reencuentro con su cultura y con el país que los vio nacer, pero no crecer”.
Valores
Durante el encuentro, Salinas Pliego abordó la importancia de contar con más y mejores oportunidades que permitan a las personas vivir y desarrollarse en entornos prósperos, así como construir su futuro sin romper con su identidad cultural.
Asimismo, en un acto de empatía dedicó palabras de aliento para los soñadores: “Al margen de los obstáculos que impone el gobierno de allá o el gobierno de acá, los individuos que sufren circunstancias difíciles, como aquellos que no pudieron ver a sus padres, sus abuelos, o aquellos que no tienen este arraigo familiar al cual estamos tan acostumbrados los latinos, tienen toda una vida por delante y sé que lograrán enfrentar las adversidades con éxito, independientemente de las circunstancias”.
Destacó que “tenemos una lengua en común y eso también tiene un gran valor, ya que es nuestra lengua madre, además de este arraigo familiar que, particularmente en la cultura latina, es de suma importancia. Ojalá podamos hacer lo mismo con otras personas que se encuentren en esta situación. Pero a ustedes quiero felicitarlos porque, a pesar de las situaciones adversas, han salido adelante y eso es lo más importante”.
Libertad
Salinas Pliego hizo énfasis en señalar las diferencias socioculturales que distinguen a nuestro país de otras partes del mundo, al puntualizar que “en EU y en algunos países de Europa es común la desintegración del núcleo familiar; ellos han sustituido este núcleo por el gobierno; y ningún gobierno en el mundo te puede procurar y cuidar como la propia familia”.
En este sentido, advirtió que “esa falsa promesa del welfare state (estado de bienestar) ha causado mucho daño: si no fuera por el welfare state ustedes no tendrían por qué tener el problema de estar en esta situación del DACA, porque por muchos años EU fue un país al que la gente iba a trabajar, a crear fortuna y a ser libre, pero nada más: no tenían garantizada la seguridad social ni otras prestaciones; llegabas con lo básico y si no encontrabas trabajo pronto, te morías de hambre, no existía ningún tipo de apoyo. Por eso el tránsito de personas era libre y podías entrar y salir del país cuando quisieras”.
Añadió que “hoy en día, como cualquier persona por el simple hecho de estar viva tiene derecho a una bola de cosas (como el welfare state), no los quieren dejar entrar a ustedes, porque ni modo que los estadunidenses le den subsidio a todo el mundo. En ese punto tienen razón, puesto que no se pueden tener las dos cosas. Lo que está mal es el estado de bienestar: debieron dejar a las familias en paz, que la familia cuide a sus familiares y que las fronteras permanezcan abiertas para que personas como ustedes puedan entrar y salir con total libertad y no ser etiquetados como criminales. Más aún cuando muchos de ustedes tienen más de 20 años viviendo allá”.
Finalmente, hizo hincapié en la necesidad de tomar las riendas sin esperar ayuda de algún gobierno: “En cualquier sistema de justicia existe algo que se llama statute of limitation; esto quiere decir que si te portaste mal, después de un tiempo se borra en automático. Entonces, ¿cómo es que no existe un statute of limitation para esta condición de ilegalidad? Que, además, nunca debió haber sido ilegal”.
Y subrayó: “Si esperamos a que los políticos se pongan de acuerdo el cambio será nunca. No cuenten con los políticos para arreglar nada: ustedes lo tendrán que hacer solos y es muy posible que tengan que seguir siendo ilegales. Pero no se desanimen, porque ilegal no quiere decir inmoral; no son criminales: son gente que trabaja y que le echa ganas. Eso merece todo el respeto de cualquier persona; independientemente de que un gobierno los etiquete como ilegales, no se dejen, no pierdan su dignidad nunca y sigan luchando, porque al final valdrá la pena”.

Identidad cultural
“No tengo palabras para describir lo que siento al finalmente poder regresar a mi lindo México y ver que no es en nada como lo pintan allá; la gente es muy linda y amable, contrario a lo que se dice: que hay narcos por todos lados, que te cuides porque te van a secuestrar, que mires a tu alrededor. De hecho, no traigo joyas ni cosas de valor por esa misma razón”, comenta Sarahí Márquez Sánchez, originaria de Puebla.
En su experiencia, cuenta, “las diferencias entre la sociedad estadunidense y la mexicana son notorias al instante, porque no te miran raro por tu color de piel, las personas te preguntan cómo estás, te saludan o te hacen la plática; verdaderamente parecen estar interesadas, cosa que en EU no es común. Por el contrario, la gente se la pasa metida en su celular y no quiere ser molestada. Aquí la gente tiene un brillo especial por su calidez y es algo que, aun siendo de aquí, no conocía”.
En su visita a la CDMX los dreamers recorren espacios representativos de la cultura nacional, como la zona arqueológica de Teotihuacán, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Rufino Tamayo, el Castillo de Chapultepec, el Zócalo y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a fin de conocer una parte del vasto legado cultural de su país de origen.