América Latina enfrentó obstáculos ya conocidos: escasez de financiamiento, regulaciones poco atractivas e infraestructura deficiente.
El desempeño económico a nivel global ha estado mejor de lo previsto a pesar de la guerra comercial que el presidente de Estados Unidos ha desatado contra el mundo entero, incluyendo a sus propios socios comerciales: esta sería una de las conclusiones que se desprenden del más reciente informe semestral presentado por el Banco Mundial (BM).
En concreto, los economistas del organismo internacional destacan que cada región ha encontrado sus propios mecanismos para readaptarse a un escenario económico y comercial más complejo.
Y lo han hecho salvando al PIB global de caer en una recesión: este año el BM prevé que la economía mundial logrará un crecimiento de 2.3%, frente a lo previsto inicialmente en enero y proyectado en 2.7 por ciento.
El organismo, que tiene sede en Washington, pone el enfoque en los pendientes que arrastra cada región: en Europa el reto sigue siendo invertir en empleos e impulsar la productividad de las economías; en Asia hace alusión a reformas pospuestas; en América Latina remarca al emprendimiento para impulsar el empleo y el crecimiento; en África subraya su resiliencia; y en Oriente Medio habla de una mejoría en sus perspectivas económicas.
Solo Asia meridional, de acuerdo con el BM, ha tenido un desempeño económico más estable a lo largo del año, fundamentalmente India.
“Según las proyecciones este año el crecimiento de Asia meridional será sólido, de 6.6%, pero en el horizonte se vislumbra una desaceleración significativa. Las reformas para promover la apertura comercial y la adopción de tecnologías podrían ayudar a la región a crear empleos y catalizar el crecimiento”, apunta el organismo.
Diagnóstico
En opinión de Johannes Zutt, vicepresidente del Banco Mundial para Asia meridional, esta región tiene un enorme potencial económico y sigue siendo la de más rápido crecimiento del mundo.
“Pero los países deben abordar proactivamente los riesgos que ponen en peligro el crecimiento; pueden aumentar la productividad, estimular la inversión privada y crear empleos para responder a la rápida expansión de la fuerza laboral de la región maximizando los beneficios de la IA (Inteligencia Artificial) y reduciendo las barreras comerciales, especialmente para los bienes intermedios”, destacó.
Entre los puntos negativos Zutt remarcó que los países de la región se encuentran entre los menos abiertos al comercio y el financiamiento internacionales: “Los altos aranceles protegen a sectores en los que están disminuyendo las oportunidades de empleo. El sector de las manufacturas también se ve gravemente afectado por los elevados aranceles sobre los bienes intermedios, componentes y materias primas necesarios para la producción, cuyas tasas duplican con creces las de otros mercados emergentes y economías en desarrollo”.
El directivo recordó que los sectores con aranceles más bajos, como los servicios, han sido responsables de tres cuartas partes del crecimiento del empleo durante la última década.
También recomendó aprovechar el potencial de la IA en aras de impulsar la productividad y los ingresos.
“El rápido desarrollo de esta tecnología está transformando la economía mundial y reconfigurando los mercados laborales. La fuerza laboral de Asia meridional está poco expuesta a la adopción de la IA debido al predominio de los trabajos agrícolas y manuales de baja calificación. Sin embargo, los trabajadores jóvenes con un nivel educativo moderado, especialmente en sectores como los servicios empresariales y la tecnología de la información, son más vulnerables”, remarcó.
En los últimos tres años no solo el BM, sino también el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como el Foro Económico Mundial, vienen haciendo hincapié en la relevancia de que a economías con amplia población joven se les capacite para el uso de la IA.
Al respecto, Zutt señaló que la IA también podría generar importantes aumentos de la productividad, especialmente en sectores donde existe un gran potencial para complementar la tarea de los seres humanos.
“Los datos sobre los trabajos en la región indican un rápido crecimiento de la demanda de habilidades de la IA, con una prima salarial de casi 30% en comparación con otros empleos profesionales”, puntualizó.
Europa: pendiente laboral
Sobre la región de Europa y Asia central el BM indica que su crecimiento económico se ha desacelerado este año, en buena medida por una caída en el ritmo de las exportaciones hacia Estados Unidos.
De hecho, estima un menor PIB en dicha región con datos que anticipan un crecimiento de 2.4%, cuando el año pasado cerró con un PIB de 3.7 por ciento.
A juicio de la analista Antonella Bassani las economías en desarrollo de la región deben emprender reformas audaces para traducir la resiliencia en un mayor crecimiento de la productividad, la producción y el empleo, de modo que deben adaptarse a los cambios demográficos regionales y capitalizar sus ventajas naturales.
Europa sigue arrastrando sobre todo problemas en su mercado laboral y la productividad no mejora; la larga crisis económica desatada en 2008 a causa de la quiebra de las subprime en Estados Unidos fue un mazazo en las economías europeas que aún muestra algunas secuelas.
“Es importante que los países fortalezcan su sector privado, mejoren la educación y se conecten más a nivel internacional, regional y nacional, además de atraer una mayor cantidad de capital privado. El desafío de la región es aumentar las oportunidades de empleo y transformar los trabajos poco calificados en empleos de alta calidad”, reitera Bassani.
Por su parte, el BM le recuerda a Europa que la inversión en infraestructura, la mejora del entorno para los negocios y la movilización de capital privado serán fundamentales para impulsar la productividad.
La complejidad del mercado laboral pasa por sus propios matices, que Bassani resume a continuación: “Los países deben comenzar por invertir en la base del empleo: la infraestructura física y humana. También es necesario mejorar la calidad de la educación, en particular la formación profesional y la educación superior. Todavía hay un potencial sin explotar entre las mujeres y los jóvenes, que están subrepresentados en la fuerza laboral”.
El BM considera que la región adolece de una desaceleración del crecimiento: un retraso de la productividad y un escaso impulso de las reformas.
Hay un problema en la calidad del empleo que Bassani explica así: “Si bien el empleo ha aumentado 12% en los últimos 15 años, especialmente en los servicios, que representan más de la mitad de los puestos de trabajo, la mayoría de las oportunidades se encuentran en puestos relativamente poco calificados y con un potencial de ingresos muy limitado”.
Asia oriental: reformas
Para la región de Asia oriental y el Pacífico la valoración de los economistas del BM es positiva en su desempeño de este año. Sin embargo, el grupo recomienda que se concluyan lo más rápido posible las reformas pendientes tanto en materia económica y financiera como de desregulación.
Solo unas reformas contundentes, señala el BM, son la clave para generar empleo y un crecimiento más rápido en una región que continúa teniendo un desempeño superior al del resto del mundo.
En la actualización económica de Asia oriental y el Pacífico se prevé un crecimiento regional de 4.8% este año; son tan solo un par de décimas menos respecto de 2024.
Hay economías que siguen mostrando un desempeño económico notable, como Vietnam, que ocupa el primer lugar con un crecimiento de 6.6%, seguido de Mongolia (5.9%) y Filipinas (5.3%). Mientras que China, Camboya e Indonesia crecerán alrededor de 4.8 por ciento.
No obstante, este modelo de desarrollo de Asia oriental se enfrenta a nuevos desafíos: 1) El crecimiento laboral se registra en los empleos que ofrecen servicios de baja productividad, casi siempre empleos informales; 2) los jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo; y, 3) la proporción de las mujeres en la fuerza laboral es aún menor.
Aunque se prevé que 25 millones de personas saldrán de la pobreza entre 2025 y 2026, en la mayoría de los países de la región el porcentaje de la población que puede pasar a ser pobre ahora es mayor que el de la clase media.
Para Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico, la región se enfrenta a una paradoja de empleo: “El crecimiento económico es relativamente sólido, pero no se crean suficientes empleos de calidad. La aplicación de reformas más contundentes para eliminar los obstáculos al ingreso de empresas y a la competencia puede desbloquear la entrada de capital privado y permitir que las empresas dinámicas y productivas prosperen”.
En sus pronósticos, el BM indica que el crecimiento se desacelerará en esta región en 2026, con un PIB promedio que podría ubicarse en 4.3 por ciento.
“Los resultados de crecimiento dependerán del aumento de las restricciones comerciales, la atenuación de la incertidumbre y la desaceleración del crecimiento mundial, así como de las decisiones de política interna, especialmente la dependencia en algunos países de los estímulos fiscales en vez de aplicar reformas estructurales”, según el organismo.
América Latina: emprendimiento
En cuanto a América Latina y el Caribe, el BM analiza que una de las vías para que esta región pueda romper con su ciclo de bajo crecimiento es impulsando el emprendimiento para crear empleos, estimular la productividad y acelerar la innovación.
Se trata de una región condicionada por una inflación persistente; un aumento de la deuda; debilidad en la inversión en medio de una incertidumbre mundial que solo alimenta la volatilidad. Esta región podría crecer 2.3% de media este año y 2.5% en 2026.
Sobre el desempeño regional, Susana Cordeiro, vicepresidenta para América Latina y el Caribe, destaca que los gobiernos del área han guiado sus economías a través de repetidas crisis, preservando al mismo tiempo la estabilidad. “Ahora es el momento de seguir construyendo sobre esa base, acelerando las reformas para mejorar el clima de negocios e invertir en la infraestructura apropiada y movilizar el capital privado”.
El entorno externo sigue siendo complejo, con una caída de la demanda mundial y de los precios de las materias primas, que se proyecta disminuirán alrededor de 10% en 2025 y otro 5% en 2026, lo que perjudicará a sectores clave.
En el ámbito interno, en esta región el BM observa que la inflación persiste y la deuda pública se mantiene elevada, con una relación deuda sobre del PIB que ascendió a 63.8% en 2024, frente a 59.9% en 2019.
Por el contexto demográfico de la región, el organismo insta a implementar reformas internas para atraer inversión y fomentar el emprendimiento transformador a través de empresas de alto crecimiento con base en la tecnología.
La apuesta pasa por fomentar el emprendimiento; en opinión de William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe, el emprendedor es el actor clave del desarrollo: “Identifica oportunidades, innova y asume los riesgos necesarios para generar valor agregado y empleo”.
Si bien el apoyo al emprendimiento es sólido, la mayoría de las empresas de la región son microempresas o pequeñas empresas con limitadas posibilidades de crecer, representando hasta 70% del total de empresas en algunos países.
Maloney observa que en la región hay un grupo más pequeño de empresas transformadoras que podría impulsar la productividad y la innovación: “Pero se enfrentan a obstáculos ya conocidos, como la escasez de financiamiento, una regulación estricta y un déficit de habilidades e infraestructura deficiente”.
El ejemplo africano
De acuerdo con el BM el comportamiento este año del continente africano es un ejemplo de resiliencia, sobre todo en la parte relacionada con el África subsahariana.
En esta región se prevé que el crecimiento llegará a 3.8% en 2025, un aumento respecto de 3.5% de 2024. Esta aceleración refleja la disminución de las presiones inflacionarias y una modesta recuperación de la inversión pese a la persistente incertidumbre económica mundial.
Si en algo pone énfasis el organismo internacional es en el servicio de la deuda externa, que aumentó más del doble en la última década y llegó a 2% del PIB en 2024. El número de países del África subsahariana con alto riesgo de sobreendeudamiento casi se ha triplicado: pasó de ocho en 2014, a 23 en 2025, es decir, casi la mitad de la región.
El BM alerta que el ritmo de crecimiento sigue siendo insuficiente para reducir de forma significativa la pobreza extrema o crear la cantidad de empleos de calidad necesarios para satisfacer las demandas de una fuerza laboral en rápido aumento.
África experimenta el cambio demográfico más grande y rápido del mundo y para aprovechar esta oportunidad los países deben acelerar un crecimiento que genere empleos de alta calidad.
“Durante los próximos 25 años la población en edad de trabajar de África subsahariana aumentará en más de 600 millones de personas. El desafío será generar mejores empleos para esta creciente población, dado que hoy en día solo 24% de los nuevos trabajadores consigue empleos remunerados. Es esencial promover un cambio estructural que favorezca la creación de más empresas medianas y grandes si se busca generar gran cantidad de empleos asalariados”, de acuerdo con Andrew Dabalen, economista en jefe del Banco Mundial para la región de África.

