ESPAÑA A LA DERIVA: EL PRESIDENTE SÁNCHEZ AMENAZA CON RENUNCIAR

“El rey sería quien proponga un candidato a la presidencia del gobierno”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
España Presidente

La oposición lo acusa de traicionar al país para entregarlo a los independentistas, no solo catalanes sino también vascos.

Pedro Sánchez ha sumido a España en la deriva populista jugando con el presente y el futuro político del país ibérico, luego de anunciar en una carta escrita el 24 de abril que se tomaría un impasse de cinco días para reflexionar acerca de su continuidad como presidente del gobierno.

Sánchez se ha encerrado en La Moncloa luego de suspender toda su agenda de trabajo e incluso sus propios ministros llegaron a recibir cuestionamientos de la prensa tras afirmar que no tenían contacto ni siquiera telefónico con él.

Ha sido un berrinche frívolo, una actitud que prácticamente sume a España en cuatro escenarios: que decida seguir al frente del gobierno; que dimita y el Congreso nombre a un interino; que convoque otra vez a elecciones a partir del 29 de mayo; o bien que solicite un voto de confianza en el Congreso.

Sánchez lleva cinco meses en el poder tras reelegirse, luego de un año políticamente incierto en 2023 porque él mismo anunció elecciones generales anticipadas y se dio por concluida la legislatura bajo el pretexto de que necesitaba más apoyos para gobernar frente a la oposición del Partido Popular y de la ultraderecha de Vox.

Ahora hay otro pretexto en plena legislatura que arrancó a mediados de noviembre del año pasado: de acuerdo con lo escrito por Sánchez, en cuatro folios, siente una necesidad de dar “una respuesta sosegada” ante una situación que le tiene incómodo e indignado: “Como ya sabrá, y si no le informo, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias previas contra mi mujer, Begoña Gómez, a petición de una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, para investigar unos supuestos delitos de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios”.

En su misiva, expuesta a todos los ciudadanos a través de su cuenta de X (antes Twitter), se autocuestiona y afirma que: “Necesito parar y reflexionar. ¿Merece la pena todo esto?”

Detalles

Sánchez es presidente del gobierno desde junio de 2018 y desde hace 21 años está casado con Gómez, licenciada en Marketing desde hace doce años.

Ella es socia de la Asociación Española de Fundraising, codirectora en Dirección de Captación de Fondos para el tercer sector y directora de la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense.

Y entre 2018 y 2022 fue directora ejecutiva del África Center, una fundación para proyectos sociales.

Precisamente su actividad en esta ONG la ha puesto en el punto de mira: en 2020 Gómez se reunió al menos en dos ocasiones con Javier Hidalgo, consejero delegado de Globalia, para hablar de temas de negocios; de este encuentro surgió un convenio con la filial de Globalia para un proyecto con empresas emergentes en África, que nunca llegó a desarrollarse.

La oposición formada por el Partido Popular (PP) y la ultraderecha de Vox la acusan además de tráfico de influencias y de haber intervenido en la aprobación del rescate millonario de Air Europa, filial de Globalia.

El periodista Ángel Expósito explica al respecto que estos encuentros sucedieron de manera reiterativa: “Hidalgo mantuvo encuentros con la mujer de Sánchez en junio y julio de 2020 como directora del África Center; luego sucedió el rescate de los 475 millones de euros; después respaldó la Unión Temporal de Empresas UTE de su amigo Carlos Barrabés, que llegó a recibir 16 millones de euros; y la consultora de la cual es accionista Begoña, que se llama Inmark, recibió contratos por 140 mil euros; ella ha contado con el espaldarazo de seis ministerios”, afirma.

En su carta Sánchez deja claro que su esposa defenderá su honorabilidad y colaborará con la justicia en todo lo que se le requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos, en apariencia, como inexistentes.

“La denuncia se basa en supuestas informaciones de esa constelación de cabecera ultraconservadora. Subrayo lo de supuestas informaciones porque tras su publicación hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas, al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos medios digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias”, escribió Sánchez.

El líder del PSOE denuncia una campaña de acoso y derribo orquestada por la derecha y la ultraderecha. Y pone el dedo en sus respectivos representantes, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

“Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer, que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen un día sí y otro también”, argumentó.

La turbulencia política española se ha colado en todos los medios de comunicación internacionales. Algunos, como Le Monde, destacan una situación de la política española con un clima cada vez más polarizado.

También The New York Times asegura que la investigación contra Begoña ha puesto en duda el futuro político del que quizá sea el líder progresista más destacado de Europa. Y The Guardian asevera que Manos Limpias es un grupo de presión cuyo líder tiene relación con la extrema derecha, mientras Bloomberg aventura que España está al borde de otras elecciones.

Clima de crispación

La España de blanco y negro está atrapada en un clima de polarización ciudadana y crispación política; ha vuelto al discurso guerracivilista de rojos contra personas derechas y entre buenos y malos.

A esa maquinaria de odio ha contribuido el presidente Sánchez, quien a través de dividir a la sociedad se ensalza como el mejor gobierno progresista, al que la ultraderecha no deja avanzar. Todos los que no piensan como él son fascistas.

También están decisiones polémicas, como la formulación de la Ley de Amnistía que podría quedar aprobada durante el mes de mayo y permitirá la salida de los presos políticos de las cárceles y hasta los señalados por los delitos de odio.

El retorno de Carles Puigdemont es otro de los temas álgidos. El expresidente del Govern de Cataluña no solo espera retornar a España, sino que recientemente la Sala Segunda del Tribunal Constitucional ha avalado que Puigdemont, todavía prófugo de la justicia como es hasta el momento su situación jurídica, pueda presentarse a las elecciones catalanas. Amenaza con volver al poder y realizar otro referendo para conseguir la independencia de Cataluña.

A Sánchez la oposición lo trata de traidor. Lo acusa de traicionar a España para entregarla a los independentistas, no solo catalanes sino también vascos, que no piensan quedarse atrás.

Núñez Feijóo, cabeza del PP, habla de una actitud infantil asumida por el presidente Sánchez que deja tirado al país para hacer “una reflexión” bajo el pretexto de que su esposa está siendo atacada.

“No puede irse así, como lo ha hecho; desaparecer cinco días y cancelar toda la agenda pública. Lo que tiene que hacer es gobernar. Es España lo que tiene que prevalecer, no el interés de Sánchez por encima del de los españoles”, argumentó Núñez.

En medio de este escenario, ¿qué opciones tiene España enfrente? La politóloga Cristina Monge indica que la primera opción de Sánchez es dimitir y una persona de su gobierno podría ocupar su cargo. En este caso podría ser María de Jesús Montero, vicepresidenta segunda y actual ministra de Hacienda; ella sería la primera mujer presidenta de España.

“También podría convocar a elecciones, pero habría que hacerlo después del 29 de mayo para esperar a que pase un año desde el periodo en que fueron convocadas en 2023”, indica. Y podría Sánchez volver a presentarse a las elecciones, aunque resulte paradójico.

Otra posibilidad es convocar a un voto de confianza en el Congreso: el presidente Sánchez presentaría un discurso para evaluar con cuántos apoyos sigue contando entre los legisladores y si en la votación obtiene la mayoría simple eso significa su continuidad.

Si renuncia, hay que tener en cuenta que la estructura gubernamental de España está diseñada de forma en que el gobierno tiene que tener una continuidad. Si Sánchez dimite, hay un proceso claro: el artículo 101 de la Constitución señala que “el gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su presidente”.

Si Sánchez finalmente dimite, el gobierno cesa y continuaría en funciones hasta la toma de posesión de un nuevo Ejecutivo.

El rey sería quien proponga un candidato a la presidencia del gobierno; esto último quiere decir que el nuevo candidato debe someterse a una sesión de investidura, tener una mayoría absoluta en la primera votación o una mayoría simple en una segunda votación que se celebraría 48 horas después.

Si el candidato no es investido, se abriría un plazo de dos meses para proponer nuevos candidatos. Si no pasa, el rey Felipe VI deberá disolver ambas cámaras y convocar a nuevas elecciones generales.

¿Va a quedarse Sánchez o se irá finalmente del gobierno? Hay una división de opiniones aquí en España, mientras las tertulias hablan día y noche de la nueva crisis política provocada por el inquilino de La Moncloa.

La gobernabilidad, que ya venía siendo complicada, será más difícil en caso de quedarse después de encender el infierno. Sánchez, que es un oportunista, quizá vea en irse del poder la posibilidad de convertirse en presidente del Consejo Europeo.

En efecto, el próximo junio habrá elecciones en el Parlamento Europeo y se renovará el órgano de gobierno de la Comisión Europea; y en julio Charles Michel dejará la presidencia del Consejo Europeo.

Durante las últimas semanas se han barajado de hecho los nombres de Mark Rutte, primer ministro de Países Bajos, y el de Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, para suceder a Michel. Aunque Sánchez tampoco está descartado…