El presidente norteamericano lleva meses obsesionado con el mantra de ser el líder mundial que está acabando con las guerras del mundo y ha llegado a presumir que en ocho meses de mandato ha terminado con ocho guerras.
Donald Trump quiere emular el plan de paz de 20 puntos que presentó para la Franja de Gaza para dar por terminada la invasión de Rusia a Ucrania, que va camino de cumplir cuatro años en febrero próximo. Los intereses de los gazatíes ni siquiera fueron tomados en cuenta, como tampoco acontece con los ucranianos.
En ese esquema pragmático del presidente de Estados Unidos todo tiene que ver con hacer dinero: un corte de caja que por supuesto deberá ser favorable para sus propios intereses y los de las multinacionales norteamericanas.
A Gaza la piensa explotar con el beneplácito de Israel y de los países del Golfo; y a Ucrania pretende repartírsela con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Mientras se publica este artículo el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, solo ha logrado ganar unos días de margen para dar algunas pinceladas al plan de Trump, que como indican los medios europeos parece que fue dictado por Putin.
La filtración en varios medios de comunicación —como Bloomberg— de las conversaciones entre Steve Witkoff, enviado especial de Trump para negociar el alto el fuego y la paz en Ucrania, con Yuri Ushakov, asesor de Putin, el pasado 14 de octubre, han sido muy criticadas y comentadas aquí en Europa e interpretadas como una revelación de lo cercana que es la relación (casi con complicidad) entre Trump y Putin.
En parte de la conversación revelada Witkcoff habla de un plan de 20 puntos similar al de Gaza e incluso llega a sugerirle a Ushakov que Rusia debe quedarse con el Donetsk (y algo más); y desliza que en la próxima llamada telefónica entre Trump y Putin sea el líder ruso quien externe una felicitación a Trump por los avances para lograr un acuerdo con Ucrania: “Reiterar que felicitan al presidente por este logro, que lo han apoyado, que lo han respaldado, que respetan el hecho de que sea un hombre de paz y que está realmente feliz de haber visto cómo se ha producido. Yo diría eso. Creo que a partir de ahí la llamada será muy buena”.
En dicha conversación Ushakov responde con beneplácito: “De acuerdo, de acuerdo, amigo mío. Creo que este punto podría ser discutido por nuestros líderes. Oye, Steve, estoy de acuerdo contigo en que lo felicitará, que dirá que el señor Trump es un verdadero hombre de paz, etcétera. Lo dirá”.
En los últimos días Reuters citó a tres fuentes que señalan que el plan estadunidense de 28 puntos se basó en un informe ruso presentado a la Casa Blanca en octubre. Ushakov declaró a la televisión estatal que Moscú había visto la última versión del plan estadunidense, afirmando: “Algunos aspectos pueden verse positivamente, pero muchos requieren discusiones especiales entre expertos”.
El mandatario norteamericano lleva meses obsesionado con el mantra de ser el líder mundial que está acabando con las guerras del mundo y ha llegado a presumir que en ocho meses de mandato ha terminado con ocho guerras. La más importante y que en campaña prometió concluir en 24 horas fue la invasión de Ucrania; y a pesar de su enésima propuesta la paz sigue resistiéndose.
Un plan que hunde a Ucrania
No son 20 puntos, sino 28 los que presentó EU al presidente Zelenski; y además bajo un ultimátum desde la Casa Blanca en el que prácticamente condena a Ucrania a aceptarlo o bien quedarse sola, sin ningún apoyo estadunidense para seguir resistiendo de forma desgarradora a la invasión rusa.
¿Cuál es el sustrato de este plan? Fundamentalmente, Ucrania pierde el territorio invadido: “Crimea, Lugansk y Donetsk serán reconocidos como de facto rusos. Jersón y Zaporiyia quedarán congelados a lo largo de la línea del frente, mientras Rusia cederá otros territorios acordados que controla fuera de las cinco regiones. Todas las fuerzas ucranianas se retirarán de la parte del Donetsk que actualmente controlan y esta zona de retirada se considerará una zona neutral desmilitarizada de amortiguamiento, reconocida internacionalmente como territorio perteneciente a la Federación Rusa”.
Como son zonas vitales para Ucrania para el tránsito de mercancías por el Mar Negro, Trump propone que Rusia no impedirá que Ucrania utilice el Río Dniéper para actividades comerciales e indica que habrá acuerdos para el libre transporte del grano a través del Mar Negro.
Una vez firmada la capitulación de Ucrania la Casa Blanca da a Zelenski 100 días para convocar a elecciones y garantizar en su Constitución que Ucrania no podrá ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y deberá reducir drásticamente a su Ejército.
Asimismo, los países del Grupo de los Siete (G7), léase Reino Unido, Italia, Francia, Japón, Alemania, EU y Canadá, aceptarán el reingreso de Rusia para restablecer el formato del G8. Bajo la segunda presidencia de Barack Obama, tras Putin invadir Crimea, las potencias decidieron echar a Rusia de las reuniones anuales de este club.
Por supuesto que la Casa Blanca reivindica que todas las sanciones contra Rusia se levantarán y su economía quedará reintegrada en la economía global.
Nada se menciona sobre la orden de la Corte Penal Internacional que pesa sobre Putin, aunque Trump propone una amnistía para todas las personas involucradas en el conflicto, algo muy favorable para el Kremlin.
Listo para explotar a Ucrania
De este plan, además de Rusia, también EU sale muy beneficiado porque Kiev deberá recompensar a Washington por mantener la paz y ofrecer una garantía de protección. Eso sí, se rechazan las misiones de paz de los ejércitos europeos y la presencia de los cascos azules.
En cuanto a la reconstrucción, serán las multinacionales norteamericanas las que tengan preferencia para ello y para participar en la explotación de la infraestructura de gas, incluidos los oleoductos y las instalaciones de almacenamiento y explotación de recursos minerales, así como tierras raras.
Trump propone un diálogo entre Rusia y la OTAN, mediado por Estados Unidos, para resolver todas las cuestiones de seguridad y crear condiciones para la desescalada con el fin de garantizar la seguridad global y aumentar las oportunidades de cooperación y desarrollo económico futuro.
En opinión de Javier Jiménez Olmos, doctor en Paz y Seguridad Internacional, este plan es una falta de respeto a la soberanía nacional y al derecho internacional. “Como ha expresado el presidente Zelenski, significa la paz a cambio de la dignidad. Una paz propiciada y favorable a los intereses de Moscú. Un tremendo dilema para Zelenski”, de acuerdo con el también miembro del Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza.
Respecto de qué hará Europa, este coronel retirado del Ejército del Aire y del Espacio de España cree que los europeos terminarán aceptando un plan tan poco favorable a Ucrania y a la misma Europa, tal como ya ha sucedido en otras materias relacionadas con la seguridad, como la aceptación del incremento de los gastos militares de la OTAN.
“Un plan que de llevarse a cabo en su totalidad significará para Ucrania una pérdida de 20% de su territorio. Un precedente que permitirá la vulneración de fronteras. Un precedente para autorizar el uso de la fuerza militar cuando una potencia considere invadir unas fronteras internacionalmente reconocidas y apoderarse de parte o lo que considere del país invadido”, dijo.
También está la cuestión de cómo se reconstruirá Ucrania. Trump propone que los fondos congelados a Rusia se utilicen de la siguiente manera: 100 mil millones de dólares en activos en esfuerzos liderados por Estados Unidos para reconstruir Ucrania. “Estados Unidos recibirá 50% de los beneficios de este proyecto y Europa añadirá 100 mil millones de dólares para aumentar la inversión disponible en la reconstrucción”.
Otro punto álgido se relaciona con la central nuclear de Zaporiyia. “Trump propone que quede bajo la supervisión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y que la electricidad producida se distribuya equitativamente entre Rusia y Ucrania”.
Rechazo de Europa
¿Qué dice el Kremlin respecto del plan de Trump? Putin señala que este plan podría servir como base para un arreglo final, si bien los pormenores se los reserva para el nuevo encuentro que tendrá en Moscú con Witkoff.
En cuanto a los líderes europeos, entre ellos hay resquemor: tal y como reportó para The Guardian Jennifer Rankin, corresponsal en Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, condenó que se pretenda dividir unilateralmente a una nación soberana.
Durante una comparecencia con legisladores europeos en Estrasburgo, Von der Leyen destacó que Rusia no muestra signos de verdadera voluntad para poner fin al conflicto y remarcó que continúa operando con una mentalidad sin cambios desde los días de la Cumbre de Yalta en 1945.
“Así que debemos dejar claro que no puede haber una división unilateral de una nación europea soberana y que las fronteras no pueden cambiarse por la fuerza. Si hoy legitimamos y formalizamos el socavamiento de las fronteras, abriremos las puertas a más guerras mañana; y no podemos permitir que esto ocurra”, afirmó.
Describiendo la situación como volátil y peligrosa, Von der Leyen afirmó que “hasta ahora no hemos visto señales de Rusia de verdadera disposición para poner fin a este conflicto. Así que debemos mantener la presión sobre Rusia”.
También se sumó a este criterio Kaja Kallas, Alta Representante de Exteriores de la UE, quien reiteró que Rusia presiona a Trump para que frene la guerra porque la economía rusa está golpeada por las sanciones y sus fuerzas siguen perdiendo gente en el terreno.
“La idea de que Ucrania está perdiendo es también completamente falsa. Si Rusia pudiera conquistar Ucrania militarmente ya lo habría hecho a estas alturas. Putin no puede alcanzar sus objetivos en el campo de batalla, así que intentará negociar su camino hasta allí”, advirtió.
Kallas recordó que en el siglo pasado Rusia atacó a 19 países en varias ocasiones: “En cualquier acuerdo de paz tenemos que centrarnos en cómo obtener concesiones de la parte rusa para que detenga la agresión para siempre y no intente cambiar las fronteras por la fuerza”.
A su vez, los gobiernos de Berlín, París y Londres manifestaron al unísono su inquietud por un plan de paz que no ha sido consensuado, ni siquiera consultado, con Europa.
“Todo acuerdo que afecte a los países europeos, a la Unión Europea o a la OTAN precisa de la aprobación de los socios europeos y del consenso entre los aliados”, de acuerdo con un comunicado difundido por el gobierno del primer ministro Friedrich Merz.
Por su lado, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reiteró que Europa no puede confiar en la palabra de Putin y criticó que Washington quiera obligar a Kiev a reducir su Ejército.
El mandatario galo ordenó el pasado 27 de noviembre la creación de un servicio militar voluntario de diez meses a partir del próximo verano para jóvenes de entre 18 y 19 años que solo servirán en misiones en el territorio nacional.
En un primer momento se incorporarán al servicio militar voluntario tres mil jóvenes y deberían aumentar a diez mil en 2030; aunque en función de la amenaza crecerían hasta los 50 mil efectivos en 2036 y de ser necesario el servicio militar sería obligatorio.
La realidad es que se palpa la desconfianza hacia una paz creíble y duradera en la región: desde los gobiernos de Berlín, París y Londres siguen alertando que Putin no se conformará con Ucrania.
RECUADROS
Rusia reforzará su plan de defensa
De acuerdo con el periódico La Razón, Rusia y sus aliados se van a rearmar gracias al campo de pruebas desarrollado en Ucrania durante casi cuatro años. Así lo dio a conocer Vladimir Putin en la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), de la que forman parte además otras cuatro exrepúblicas soviéticas aliadas de Moscú, como son Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
El mandatario ruso anunció un programa para reforzar las capacidades militares del bloque y para ello propuso un programa integral de modernización del armamento empleado por las fuerzas colectivas de esta alianza, tomando como punto de partida la eficacia demostrada por el armamento ruso en escenarios de combate reales.
Contrapropuesta de Zelenski
Durante las negociaciones en Ginebra entre Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano, y Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelenski, el plan de 28 puntos de Trump quedó reducido a 19 puntos.
No se conoce a cabalidad todo el acuerdo propuesto por Kiev, pero los medios ucranianos destacaron que Zelenski reiteró que no puede reconocerse el territorio expropiado militarmente por Rusia; y que Ucrania tomará sus propias decisiones sobre su ingreso a la OTAN, así como a la Unión Europea.
Rubio calificó las conversaciones como “muy, muy positivas”.

