EU QUIERE ORILLAR A UCRANIA A CEDERLE EL DONBÁS A RUSIA

“Putin dirá a su población que ha doblegado a la OTAN”.

Ucrania
Internacional
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Los ucranianos, que quieren ser parte de Europa y tener un país libre y soberano, sin estar supeditados a los designios de un dictador imperialista, viven sus horas más delicadas.

No hay fecha ni lugar concreto para un encuentro a favor de la paz en Ucrania, mientras Rusia recrudece sus bombardeos y Donald Trump sigue cambiando la versión de lo que habló con el mandatario ruso, Vladimir Putin, durante su más reciente encuentro en la base militar Elmendorf-Richardson en Anchorage, Alaska.

Trump pasó de afirmar que Rusia aceptará en el terreno tropas de paz que den garantías a Ucrania en un posible alto el fuego y en las que participaría el Ejército norteamericano, a señalar en las últimas horas que Estados Unidos no participará con unidades en el terreno.

Asimismo, se enreda en explicar si el siguiente paso es negociar un alto el fuego o un acuerdo de paz o bien una tregua que por supuesto será favorable para los intereses del Kremlin. De hecho, aseguró que en dos semanas podría reunir a Putin con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski.

El pasado 18 de agosto, durante un encuentro en la Casa Blanca al que asistió Zelenski acompañado por seis líderes europeos más el titular de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Trump insistió en que Ucrania debe ceder terreno para terminar lo más pronto posible con el conflicto. “Podríamos parar este conflicto hoy mismo”.

El presidente Zelenski, dijo, puede poner fin a la guerra con Rusia casi de inmediato. Ucrania debe renunciar a Crimea y darle a Rusia la región del Donbás y renunciar a sus esperanzas de unirse a la OTAN”, remarcó el mandatario estadunidense.

La presión sobre el presidente ucraniano es máxima. La cumbre bilateral entre Trump y Putin sirvió para reposicionar al líder ruso con una narrativa que los medios rusos destacaron como “el reconocimiento de Estados Unidos hacia el liderazgo ruso”. “Trump lo recibió con los brazos abiertos, con alfombra roja y hasta aplausos”.

Palmaditas

Si el entonces presidente estadunidense Joe Biden prometió hacer de Putin “un paria” y dejar a Rusia totalmente aislada como consecuencia de la invasión, Trump no solo lo reivindica: lo ha recibido en territorio de EU a pesar de la orden de detención de la Corte Penal Internacional que pesa sobre Putin por la sustracción, según cifras estimadas del gobierno de Kiev, de 19 mil 500 menores que han sido trasladados a Rusia o a Bielorrusia durante la invasión. Aunque el Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale indica que los secuestros alcanzan los 35 mil.

A Zelenski, en la reciente cita en la Casa Blanca no lo recibieron ni con alfombra roja ni aplausos o con los brazos abiertos; si acaso le dieron unas palmaditas en la espalda para borrar el tremendo espectáculo de febrero pasado, en el que Trump con parte de su gabinete gritaron y humillaron al mandatario ucraniano en una rueda de prensa televisada ante la estupefacción mundial.

Frente a tales circunstancias Zelenski llegó dispuesto a ser mesurado y escuchar el mismo mantra que viene repitiendo el Kremlin desde que inició la invasión el 24 de febrero de 2022. Solo que ahora lo escuchó de boca de Trump.

Para evitar una encerrona no llegó solo, aunque primero dialogó a solas con Trump y después se unieron Mark Rutte, titular de la OTAN; el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; el mandatario francés, Emmanuel Macron; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el presidente de Finlandia, Cai-Göran Alexander Stubb.

Básicamente, Trump puso en manos de Zelenski la responsabilidad de terminar con la guerra aceptando las demandas de Putin. Ante los comentarios del mandatario norteamericano de darle a Putin la región del Donbás, Zelenski reiteró que esto no es “ni fácil ni rápido”, porque habría que hacer una obligada reforma constitucional.

El mandatario ruso lo quiere todo: el Donbás que sus tropas no terminan de controlar al completo es una región rica minera en carbón, en recursos naturales y otros minerales; es acerera, industrial, agrícola y metalúrgica. Antes de la invasión esta región formada por los óblasts de Donetsk y Lugansk era la segunda región con más demografía después de Kiev.

Quedársela, en caso de que fuese cedida por los ucranianos como condición sine qua non para detener la guerra, permitiría que Rusia controlase un amplio corredor terrestre crucial para conectar a Crimea, a través del Mar de Azov, con el Donbás.

Ahora el mandatario norteamericano está abiertamente a favor de que una vez que Ucrania firme la cesión de estos territorios la guerra habrá concluido; además, continúa presionando a Zelenski con la celebración de elecciones y con el pago de una deuda ingente a EU por la ayuda en armas. El mandatario norteamericano ha vuelto a insistir en una deuda por 350 mil millones de dólares que Kiev deberá reparar en alguna forma.

De las elecciones, la agencia Reuters —que estuvo presente en la reunión en la Casa Blanca— refirió que el líder ucraniano dijo en la rueda de prensa con Trump que estaba abierto a celebrar elecciones en su país si la guerra con Rusia llega a su fin.

“Sí, por supuesto, estamos abiertos a las elecciones. Tenemos que hacer seguridad en las circunstancias y un poco tenemos que trabajar en el Parlamento, porque durante la guerra no se pueden celebrar elecciones”, reiteró con calma con una mirada llena de tristeza.

Las elecciones en Ucrania están actualmente suspendidas bajo la ley marcial. Trump interrumpió al líder ucraniano y le dijo: “¿Entonces estás diciendo que durante la guerra no puedes tener elecciones?” A lo que el presidente Zelenski, con una sonrisa, reiteró que se necesitaba una tregua en la guerra para que los ucranianos pudieran participar en unas elecciones democráticas, abiertas y legales.

Europa quiere garantías

“Estamos trabajando activamente en los detalles, en cómo será la arquitectura de estas garantías, junto con todos los participantes de la coalición de voluntarios y Estados Unidos. Este es uno de los mayores logros de la reunión en Washington”, afirmó Zelenski al día siguiente de su reunión con Trump y ya de vuelta en Kiev.

Desde marzo pasado aquí en Europa, por iniciativa de los líderes de Francia y Reino Unido, se creó una coalición de voluntarios —también conocida como “coalición de los dispuestos”— con la intención de enviar tropas a terreno ucraniano como garantía tras la firma de un acuerdo de paz.

Los expertos estiman que se necesitarían varios miles de soldados para ofrecer una garantía creíble de mantenimiento de la paz. Hace unos días la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reiteró que Rusia tiene un millón y medio de soldados y que Europa necesitaría hacer una inmensa movilización de unos soldados que no tiene. En la mayoría de los países europeos, después de la Segunda Guerra Mundial, el servicio militar obligatorio dejó de funcionar, lo que significa escasez de tropas, pero también escasez de reservas.

¿Cuántos soldados se tendrían que poner en el terreno? ¿Quién pagará a esos contingentes sus gastos y avituallamientos? ¿Cómo se podría asegurar ese alto al fuego a lo largo de una línea del frente de más de mil kilómetros de largo en el este de Ucrania?

Mientras Italia y Alemania siguen pensando si apoyar o no esta medida, a Francia y Reino Unido se unieron Dinamarca, Suecia, Países Bajos, España y Portugal, así como Estonia, Letonia y Lituania.

El presidente de Francia se comprometió a darle mayor forma a este compromiso de países en las próximas dos semanas. De hecho, antes de la reunión del 18 de agosto en la Casa Blanca, Macron recalcó la necesidad de garantías de seguridad para Ucrania en cualquier acuerdo de paz con Rusia y agregó que Moscú no quiere la paz, sino la “capitulación” de Kiev.

El balance de este encuentro para los líderes europeos que arroparon a Zelenski es de prudencia y de un optimismo cauteloso. Aunque los medios norteamericanos publicaron una filtración: mientras acontecía la reunión y tras tomarse una foto grupal, Trump hizo un comentario al oído al presidente Macron: “Creo que Putin quiere hacer un trato por mí… ¿Entiendes? Esto es tan loco como suena”.

Trump disfruta su liderazgo

Convertido en el foco de atención, Trump insistió a los presentes que puede organizar tan pronto como sea posible una reunión trilateral entre él, Putin y Zelenski. Es más, desde el Despacho Oval el republicano llamó al dictador ruso para comentarle lo que había dialogado con Zelenski y presionó para un encuentro lo más pronto posible. Putin le propuso verse los tres en Moscú, a lo que Zelenski se negó.

Luego de esa llamada Macron volvió a insistir en que después de una reunión trilateral tendría que organizarse un encuentro a cuatro para incluir a Europa también. “Las garantías de seguridad de Ucrania son también las garantías de seguridad de Europa”, remarcó el presidente francés.

Por lo pronto, un exultante Trump ya asumió ser el vocero del dictador ruso, que ha encontrado en él a un aliado perfecto para orillar a Ucrania a rendirse mientras se enreda el tema de cómo parar el conflicto. El propio canciller alemán, Friedrich Merz, presente en la reunión, intentó seguir la lógica: “No veo cómo se puede firmar un acuerdo de paz sin un alto el fuego, mientras Putin sigue ordenando que todos los días sus tropas avancen y hay nuevos bombardeos. Lo primero es un alto el fuego”.

En opinión de Raúl González, del Instituto para el Desarrollo de la Inteligencia en el ámbito del Terrorismo, Seguridad y Defensa (Iditesde, con sede en Madrid), Trump se ve no solo con toda la superioridad física, política y económica, sino con una superioridad moral y se cree que es el garante de los valores occidentales. “Ya lo dijo en diferentes reuniones con líderes europeos”.

Este especialista explica que ahora mismo Zelenski se encuentra en una tesitura de intentar conseguir un pacto en el que sabe que lleva todas las de perder. “En cambio, Putin cuenta con la simpatía de Trump porque le ve un líder potente; ve un líder con peso; con una serie de características que se acercan a la idea que él tiene de su propio liderazgo. Y es cierto que va a sacarle todo el partido económico. Es lo que busca Trump”, señala.

Trump actúa como intermediario, remarca González, pero también como parte interesada y eso hace que la balanza no esté en medio, entre Putin y Zelenski.

“Por otro lado, Putin ha conseguido ganar tiempo y la estabilización del frente no favorece en absoluto a Ucrania, porque no tiene personal y tampoco tiene músculo económico, por mucho armamento que vaya a comprar a Estados Unidos para mantener una guerra de tanto tiempo prolongada; y más teniendo en cuenta que si hay un parón Rusia va a rearmarse”, destaca.

El asesor militar recuerda a Vértigo que Rusia ha volcado todas sus finanzas a una economía de guerra, tiene más recursos para aprovechar su proyección en el frente y lo hará rearmándose. “No nos equivoquemos, Rusia sabe manejar la zona gris mejor que nadie”.

Rusia, remarca, sale vencedora desde el punto de vista de que Putin dirá a su población que ha doblegado a la OTAN; y Trump sale favorecido por una serie de contratos millonarios y la imagen de líder absoluto.

Ucrania y los ucranianos, que quieren ser parte de Europa y tener un país libre y soberano, sin estar supeditados a los designios de un dictador imperialista, viven sus horas más delicadas. Su destino pasa por una encrucijada histórica: o darle 20% de su rico territorio a Putin y arriesgarse a una nueva invasión en unos años, o convertirse en la moderna versión de Alemania, cuando al final de la Segunda Guerra Mundial una parte quedó bajo el yugo soviético y la otra bajo el dominio de EU.

Crece el temor a otro Acuerdo de Múnich

Hace unos días el investigador en temas históricos Robert Zaretsky escribió un interesante artículo que desdibuja el peligro de los paralelismos entre las negociaciones impuestas por Adolf Hitler para quedarse con los Sudetes, que pertenecían a Checoslovaquia, y lo que emane de los Acuerdos de Alaska entre Donald Trump y Vladimir Putin. “Hay un temor por que sea un segundo Múnich”.

Zaretzky, profesor de la Universidad de Houston, trajo a la memoria reciente que en el acuerdo de 1938 el primer ministro británico Neville Chamberlain “regaló” a Hitler una gran parte de Checoslovaquia. “A cambio, Chamberlain proclamó que había ganado honor y paz para nuestro tiempo, solo para darse cuenta un año después de que, en cambio, había ganado el deshonor y la guerra para su tiempo”.

Este prolífico escritor remarcó el peligro de lo que ya sucedió en 1938 porque Chamberlain acordó no solo la autonomía de los Sudetes, que era la demanda de Hitler, sino también la secesión de facto de la región a Alemania.

Y lo hizo sin consultarlo con su gabinete ni con los franceses o con los propios checos, que eran los más afectados. “Creyó que así saciaría el apetito de Hitler de tener más territorio”.

Y actualizó Zaretzky: “Resulta que los temores sobre Alaska 2025, el evento en el que hace unos días un delincuente convicto extendió una alfombra roja para un criminal de guerra, estaban justificados. Si no es una repetición del Acuerdo de Múnich de 1938, se parecía a este desastre diplomático anterior en formas que eran tanto esperadas como inesperadas”.

Esta historia (la de Chamberlain y Hitler) que se desarrolló hace menos de un siglo, Zaretzky cree que es paralela de manera sorprendente y aleccionadora a la Cumbre de Alaska entre Trump y Putin.

Exigencia rusa

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que Moscú debe ser incluido en cualquier conversación sobre las garantías de seguridad de Ucrania y criticó que la diplomacia europea sea torpe y agresiva e intente influir en Trump.

“Discutir seriamente las garantías de seguridad sin Rusia es un camino a ninguna parte”, afirmó Lavrov durante una visita de trabajo a Jordania.

Agregó que China, aliada de Rusia, debería figurar entre los garantes de seguridad de Ucrania, reviviendo una propuesta presentada por primera vez por los negociadores rusos durante las conversaciones en Turquía en la primavera de 2022, recién iniciada la invasión.

Zelenski ofrece acuerdo

Un complaciente Zelenski acudió a la Casa Blanca el pasado 18 de agosto para escuchar parte de lo que hablaron Trump y Putin en su encuentro en Alaska. Y a la cita asistió no solo de traje: también le llevó de regalo un palo de golf de un soldado ucraniano y una carta escrita por su mujer, Olena Zelenska, dirigida a la primera dama de EU, Melania Trump, agradeciéndole su iniciativa para escribirle a Putin y mediar por el pronto retorno de los niños ucranianos a sus respectivas familias.

Para terminar de agradar al mandatario norteamericano Zelenski le ofreció un paquete por 100 mil millones de dólares para adquirir armamento estadunidense y coproducir drones por 50 mil millones de dólares.

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